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Pedro Sánchez, en el Senado

Pedro Sánchez, en el SenadoEFE

Cara a cara en el Senado

Sánchez recurre al asesinato de Miguel Ángel Blanco y al 11-M para eludir sus pactos con Bildu

Feijóo intenta en vano, hasta en tres ocasiones, que el presidente se comprometa a romper sus acuerdos con Otegi y no aceptar sus votos ni en ayuntamientos ni en el Gobierno de Navarra

La decisión de Bildu de retirar a siete de los 44 etarras condenados que llevaba en sus candidaturas -los que lo fueron por asesinato- cambió el guion del debate de este martes entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, pero no tanto como al presidente le habría gustado.

Él habría querido correr un tupido velo y zanjar la polémica. Pero ésta continúa, toda vez que quedan 37, respecto a los que ni Arnaldo Otegi ni tampoco la Abogacía del Estado piensan hacer nada.

Así que Sánchez hizo de la necesidad virtud y emprendió el ataque furibundo contra Feijóo para no responder de sus pactos con Bildu; para no contestar a la petición que le hizo el líder del PP hasta en tres ocasiones. «Si lo de Bildu no es decente, tampoco lo es que pacte con ellos. Garantice hoy que su pacto con Bildu se acabó. No se puede soplar y sorber a la vez, o rompe con Bildu o con la decencia», sostuvo Feijóo.

En lugar de eso, el presidente del Gobierno arrojó al líder de los populares el cadáver de Miguel Ángel Blanco y hasta el atentado del 11-M. Sánchez señaló que, con el joven concejal de Ermua «recién asesinado», el Gobierno de José María Aznar acercó a 120 presos de ETA y excarceló a 311.

También acusó a los populares de «difamar» a las víctimas de los atentados del 11-M. «En el mayor atentado de la historia de España y Europa el PP mintió, mantuvo esa mentira y difamó a las víctimas. Hoy usted parece decidido a igualarlo», añadió.

Feijóo no daba crédito a lo que estaba escuchando. «Qué soberbia ante los españoles y qué sumiso ante sus socios. Le ha faltado darles las gracias a los asesinos, qué pena. 144 años de historia del PSOE para acabar a disposición de Bildu», replicó.

El líder de la oposición volvió a pedir al presidente, en dos ocasiones, que se comprometa a no aceptar los votos de Bildu tras el 28 de mayo, ni en los ayuntamientos vascos y navarros ni en el Gobierno de la Comunidad Foral. Pero Sánchez volvió a zafarse.

El de este martes ha sido el último cara a cara mantenido entre Sánchez y Feijóo antes de las elecciones del 28 de mayo, que la oposición plantea como un plebiscito contra el presidente.

Esta vez, y a diferencia del anterior, el líder socialista no ha tenido tiempo ilimitado, porque el formato era distinto: no un pleno monográfico, como lo fue el del 25 de abril, sino una sesión de control al Gobierno en el Senado.

Entonces, Sánchez y Feijóo trasladaron la batalla electoral a la Cámara Alta, en un mal debate del presidente. Porque trató de marcar el paso con el anuncio de 20.000 viviendas de nueva construcción para alquileres asequibles en terrenos del Ministerio de Defensa, pero no logró la efectividad deseada: en las dos semanas previas había abusado demasiado del comodín de la vivienda.

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