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Sánchez maniobra para colocar a Calviño en la Vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones
España tiene que proponer un candidato en octubre, pero Sánchez quiere hacerlo ya por si entonces el presidente es Feijóo. En realidad ella quería presidir el BEI, pero se ha quedado sin opciones
Pedro Sánchez está maniobrando para dejar colocada a Nadia Calviño en la Vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones que España comparte con Portugal de forma alterna, según revelan fuentes del BEI a El Debate. Ése y no otro es el motivo por el que la vicepresidenta económica ha renunciado a ir en las candidaturas del PSOE al Congreso, a diferencia de la inmensa mayoría de los ministros socialistas. Menos ella, Pilar Llop y José Luis Escrivá.
Sánchez está intentando acelerar a julio un nombramiento que, en realidad, el Gobierno de España no tendría que hacer hasta octubre, tres meses después. Pero para entonces es muy probable que el presidente sea Alberto Núñez Feijóo y no él. De ahí las prisas y el intento de retorcer los tiempos y mecanismos europeos.
Desde octubre de 2020 ocupa esa Vicepresidencia el portugués Ricardo Mourinho, que antes fue viceministro de Hacienda en su país. Los mandatos de los ocho vicepresidentes del BEI duran seis años, pero como España y Portugal comparten un asiento, a mitad de mandato se relevan. Así que a España le toca a partir de octubre de este 2023.
Feijóo quiere para el cargo al economista Román Escolano, quien fuera último ministro de Economía de Mariano Rajoy. Aunque la cartera le duró muy poco, porque fue nombrado en marzo de 2018 y solo tres meses después se produjo la moción de censura contra Rajoy. Escolano ya fue vicepresidente del BEI entre 2014 y 2018. En 2020 volvió a la entidad financiera como jefe de Riesgos. El pasado mes de marzo, el líder del PP lo recuperó para el equipo económico de la nueva fundación del partido, Reformismo21.
Un premio de consolación
La Vicepresidencia de BEI es, en realidad, un premio de consolación para Calviño, que aspiraba a cotas más altas: aspiraba a ser la primera mujer en presidir una entidad cuyo cometido principal es conceder préstamos a proyectos que contribuyan a los objetivos de la UE. Pero el adelanto electoral ha trastocado por completo sus planes.
El actual presidente del BEI, el alemán Werner Hoyer, termina su mandato en enero de 2024, y ya ha anunciado que no aspirará a la reelección para un tercero (para entonces llevará 12 años en la Presidencia). Así pues, la sucesión está en marcha y los aspirantes deben presentar su candidatura a lo largo de este mes de junio.
Calviño tenía opciones de salir elegida siendo ministra de Economía de España, porque además contaba con un plus: a partir de julio tomará por turno las riendas del Ecofin, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros de la UE. La elección del presidente del BEI corre a cargo de los ministros -normalmente de Economía y/o Hacienda- de los 27 países miembros; que son a su vez los que forman el Consejo de Gobernadores del BEI. De ahí que no estuviera mal posicionada en la parrilla de salida.
Sin embargo, el adelanto de las generales al 23 de julio y las malas perspectivas electorales de Sánchez han convertido a Calviño en un pato cojo, en una mala apuesta. Y ahora el presidente del Gobierno está tratando por todas las formas de que España no espere hasta octubre para proponer al relevo del portugués Mourinho, sino hacerlo antes de abandonar la Moncloa. Y así privar de todo margen de maniobra a Feijóo.
En esa estrategia de dejar las últimas fichas colocadas por lo que pueda pasar el 23 de julio se enmarca también el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Memoria Democrática, en contra del criterio de la mayoría de miembros del Consejo Fiscal. Poco le ha importado al fiscal general del Estado, que a su vez fue colocado por Delgado en el cargo cuando ella renunció.