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Alberto Núñez Feijóo haciéndose un selfie

Alberto Núñez Feijóo haciéndose un selfieTarek/ PP

La estrategia del PP

La jugada de riesgo de Feijóo: ¿Puede perder el debate a tres de TVE sin participar?

La incomparecencia de un candidato siempre entraña peligros. Y más aún a 48 horas del final de la campaña, con muchos últimos escaños en el aire. Abascal aprovechará su oportunidad

El PP trata de fingir que no va a prestar ninguna atención al debate a tres en TVE entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal, pero lo hará. Dicen los populares que la «España no televisiva» espera de sus políticos «más cercanía y menos platós», pero en realidad la ausencia de su candidato corresponde a una decisión enteramente estratégica: nada tiene que ver con lo que demandan o no los españoles a su clase política.

El principal partido de la oposición no quería dar otra «foto de Colón» a la izquierda, como la que, en febrero de 2019, movió al presidente del Gobierno a convocar elecciones generales para abril de ese año. No quería visibilizar dos bloques, puesto que él aboga precisamente por «romper los bloques políticos del sanchismo» y acabar con la polarización.

En el comité de campaña del PP no se lo pensaron demasiado porque tardaron poco en concluir que era más lo que Feijóo podía perder que lo que podía ganar en un debate a cuatro. Como alternativa, Feijóo ofreció a Sánchez un debate a siete en el que también estuvieran ERC, Bildu y el PNV, pero el candidato del PSOE lo rechazó. Entonces tuvieron claro que la mejor decisión era huir de esa «encerrona» a cuatro.

Y siguen defendiendo su posición, aunque se da una paradoja: Feijóo no quiere ir, pero le gustaría que el debate a tres no se celebrara. De hecho, desde su equipo de campaña deslizaron el martes que la Junta Electoral Central debería suspenderlo, después de que la sección de UGT en RTVE difundiera una hoja informativa pidiendo que la ciudadanía no vote al PP ni a Vox. «No voten al odio», decía.

¿El debate a tres entraña riesgos para Feijóo?, ¿puede perderlo sin participar siquiera, por renunciar a la autodefensa? La incomparecencia siempre tiene riesgos. Y más aún a 48 horas del final de la campaña, con muchos últimos escaños en el aire (de ahí los mítines improvisados de Sánchez en Huesca, San Sebastián y Cuenca).

Por una parte, Sánchez y Díaz van a actuar como si Abascal fuera el futuro vicepresidente de Feijóo; dando por sentado un gobierno de coalición entre el PP y Vox que Feijóo tratará de evitar si el resultado se lo permite. Por la otra, Abascal va a aprovechar su oportunidad para decirle al electorado que él es la única garantía de cambio ante un líder del PP que prefiere una abstención del PSOE antes que gobernar con Vox.

Sea como fuere, no hay precedentes de un candidato que haya perdido unas elecciones por no asistir a un debate. De hecho, es habitual -y la ciudadanía lo tiene asumido- que el político que va por delante en las encuestas remolonee ante algunos debates, como hizo el propio Sánchez por partida doble en abril y noviembre de 2019 negándose a un cara a cara contra Pablo Casado. O como hizo Mariano Rajoy en diciembre de 2015 cuando envió a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a un debate con Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera en TVE.

Por lo pronto, el PP ha evitado que la cadena pública coloque un atril vacío, como pretendían los candidatos del PSOE y Sumar. Así que Sánchez y Díaz hablarán al aire cuando se dirijan a él. Lo demás está por ver en los 90 minutos que dure el debate, pero también en el postdebate: es de prever que el PP rebata los argumentos de Sánchez, Díaz y Abascal a través de sus canales habituales.

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