El Rey se decanta por Feijóo y sus 172 votos contrastados frente a la inconcreción de Sánchez

Nunca Felipe VI se había visto en la tesitura de tener que decantarse por un candidato a la investidura entre dos aspirantes y descartar al otro. Menos aún su padre, Juan Carlos I. Hasta este martes, en el que otra de esas normas no escritas de la democracia española quedó en papel mojado, con el Rey en medio del fuego cruzado entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Finalmente, el jefe del Estado solventó la papeleta haciendo el encargo al líder de los populares y ganador de las pasadas elecciones, que fue también el que más apoyos esgrimió en la ronda de consultas celebrada en Zarzuela. Concretamente 172 escaños: 137 del PP, 33 de Vox, uno de UPN y otro de Coalición Canaria. Durante esa ronda, el monarca ni siquiera pudo conocer de primera mano las intenciones de cuatro de los potenciales apoyos de Sánchez, porque ERC, Bildu, Junts y el BNG no se molestaron en acudir a su llamada.

Así lo explicó la Casa del Rey en un comunicado: «El Partido Popular ha sido el grupo político que ha obtenido mayor número de escaños en las pasadas elecciones. En este sentido, conviene señalar que, salvo en la Legislatura XI, en todas las elecciones generales celebradas desde la entrada en vigor de la Constitución, el candidato del grupo político que ha obtenido el mayor número de escaños ha sido el primero en ser propuesto por Su Majestad el Rey como candidato a la Presidencia del Gobierno. Esta práctica se ha ido convirtiendo con el paso de los años en costumbre». Y añadió: «En el procedimiento de consultas llevado a cabo por su Majestad el Rey no se ha constatado, a día de hoy, la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre».

A última hora de la tarde, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, se encargó de comunicar la decisión de Don Felipe después de una intensa jornada. El día empezó con Santiago Abascal reafirmando su apoyo a Feijóo a pesar de las tensiones de los últimos días. Continuó con Sánchez entrando en la carrera en la última vuelta, a pesar de que, hasta el lunes, el PSOE había asegurado que no se daría «codazos» con el PP por ir el primero a la investidura. Y terminó con Feijóo y Abascal inaugurando una «nueva etapa de colaboración», en palabras del líder de Vox, después de que el presidente del PP le agradeciera públicamente su apoyo y reconociera que en las últimas horas ambos habían hablado para solventar «discrepancias y malos entendidos».

Escuchadas las partes, Felipe VI optó por desoír las razones de Sánchez, que horas antes había afirmado en la Moncloa: «Hay una evidencia: solamente hay una mayoría parlamentaria posible, no hay otra alternativa que reeditar un Gobierno de progreso». Y, por el contrario, por atender las del candidato del PP. Feijóo hizo valer no solo su condición de ganador, sino además el respaldo de los más de 11 millones de españoles que el pasado 23 de julio votaron al PP, Vox, UPN y Coalición Canaria. Eso y el «deber» de darles voz. «Dejar huérfano este deseo de pasar página sería una irresponsabilidad», sostuvo desde el Congreso.

Tanto Sánchez como Feijóo, y también Yolanda Díaz, habían adelantado que respetarían y acatarían la decisión del Rey, fuera cual fuese. Pero no así el resto de los socios del presidente del Gobierno en funciones. Estos ya han abierto la veda e iniciado una campaña contra Felipe VI -otra más- por designar candidato a la investidura a quien no tiene apoyos para convertirse en presidente del Ejecutivo. No, salvo que el PNV cambiara de opinión, algo que parece muy improbable.

La fecha, por decidir

Ahora falta que la Mesa del Congreso, controlada por el PSOE, fije la fecha del debate de investidura. En su comparecencia de este martes, Armengol no quiso adelantar escenarios. Sin embargo, poco antes Feijóo había dejado caer que la semana que viene le parecería muy precipitado, porque hasta el lunes 28 de agosto no podrá empezar a hablar con los grupos parlamentarios (hasta ese día no quedarán formalmente constituidos, tras el visto bueno del órgano de gobierno de la Cámara).

El PSOE, Sumar y el resto de los partidos del bloque de izquierdas e independentista llevan un mes criticando a Feijóo por su determinación en presentarse a la investidura, puesto que la dan por fallida. El candidato del PP reconoció este martes desde el Congreso que no está en disposición de garantizar que subirá de los 172 síes actuales: «Mal puedo asegurar un Gobierno», sostuvo, pero también adelantó que no cejará en su empeño. Y fijó cuatro ejes del que será su discurso ante la Cámara: «La defensa de la Constitución, el impulso del Estado autonómico, la preservación de la separación de poderes y el respeto a las sentencias judiciales y a los procedimientos judiciales».