Sucesos
Un hombre trata de asesinar a su mujer porque le ordenó que no trabajase y ella le desobedeció
El cónyuge decidió circular en sentido contrario al coche de su mujer por la misma carretera. Se los cruzó y esperó a que medio vehículo hubiera pasado para estampar a gran velocidad el suyo contra la parte de atrás del coche en el que viajaban su esposa e hijos
El hombre es natural de Marruecos y su mujer también. Ella huyó de su marido y se instaló en Murcia con sus dos hijos: le daba muy mala vida y ella quería empezar de nuevo. No tardó en encontrar trabajo en una empresa de alimentación. Alquiló una casa de campo y se esforzó a diario por darle a sus hijos un futuro de esperanza.
El marido no lo permitió. Se vino para España siguiéndolos y se instaló en casa de su mujer. No hacía nada, salvo levantar la mano para beber cerveza y subir los pies en el sillón antes de encender la televisión. Ese era su trabajo. A pesar de que era ella la que con su empleo pagaba las cervezas, él se reviró y le dijo: «Tú no vas a trabajar más. Sólo los hombres trabajan. Las mujeres se quedan en casa limpiando cocinando y cuidando de los hijos».
La mujer le confrontó y le dijo que buscase él trabajo para mantenerles, pero a él le dio lo mismo y siguió bebiendo. La semana pasada, la mujer se arregló para irse a trabajar. Su turno comenzaba a las 13:00. El marido le prohibió salir de la casa: «Tú no vas a trabajar más». Ella se le encaró como nunca había hecho en Marruecos. Los dos hijos, uno de 18 años y otro de 16 apoyaron a su madre. El hombre, al encontrar semejante rechazo, se largó de la casa.
La vecina de la mujer era su hermana: «¿Le puedes pedir a tu marido que me lleve al trabajo? Es que voy a llegar tarde y puedo tener problemas en la empresa», le pidió. Su cuñado no puso pega. Comprendió la situación y se decidió a ayudarla. Los hijos también se montaron en el coche: «Es que como vuelva papá con el cabreo que lleva nos da una paliza a los dos», se justificaron.
El hombre se salió del pueblo y se dirigió hacia la empresa por una carretera de dos carriles, uno por sentido. El marido les esperaba: no iba a dejar pasar la desobediencia. Decidió circular en sentido contrario al coche de su mujer por la misma carretera. Se los cruzó y esperó a que medio vehículo hubiera pasado para estampar a gran velocidad el suyo contra la parte de atrás del coche en el que viajaban su mujer e hijos. Quería sacarlos de la carretera y hacerles volcar.
Lo logró. El coche cayó por una cuneta y dio varias vueltas de campana. El agresor, insatisfecho todavía, se bajó de su coche con un cuchillo de grandes dimensiones en la mano. Corrió hacía ellos con la intención de apuñar a su mujer que estaba atrapada y medio inconsciente. El hijo mayor de ambos logró salir del vehículo y trató de hacerle desistir defendiéndose con una piedra, pero su padre se abalanzó sobre él. El joven corrió y el padre le persiguió tratando de apuñalarle. Al final, el menor de edad, la mujer y el cuñado empezaron a gritar: «¡Policía!», y el agresor se asustó y huyó.
A la mujer la han tenido que operar a vida o muerte de una hemorragia interna y de fracturas complicadas en pierna y brazo. Al cuñado también le metieron a quirófano por una fea fractura de cadera y de las dos piernas. Mientras, la policía busca al agresor: se ha fugado y no se sabe si se ha escondido en su país o se oculta en España a la espera de una oportunidad para concluir su propósito.