El increíble secreto que esconde la foto usada por Puigdemont para humillar a España con el beneplácito del PSOE
Sánchez aceptó un posado con una imagen de 1 de octubre pese a una orden del Parlamento Europeo que prohibía promocionar el referéndum ilegal: ahora Puigdemont le exigirá legalizarlo
La imagen de la humillación a España presidió el encuentro entre un Puigdemont victorioso, en su despacho en Bruselas, y el enviado especial de Pedro Sánchez para rendirle pleitesía, el secretario de Organización, Santos Cerdán, clave también en los acuerdos entre el PSOE y Bildu en Navarra.
La delegación socialista aceptó posar frente a un inmenso mural que ensalzaba el referéndum ilegal de independencia de 1 de octubre de 2017, con una urna elevada a los cielos por un votante en una plegaria simbólica a favor del prófugo que tiene en sus manos la continuidad de Sánchez.
Al sapo que se tragó el PSOE se le añade ahora una prueba de su rendición ante el líder de Junts y de su nulo respeto por la ley, incluso la europea: el delegado socialista aceptó posar en esa instancia a sabiendas de que el propio Parlamento Europeo había prohibido expresamente la utilización pública de esa imagen exaltando al independentismo.
Así consta en la documentación obtenida por El Debate, demostrativa de dos hechos importantes: la indiferencia de Puigdemont a las instrucciones de las instituciones, incluso internacionales; y la aceptación premeditada de todo ello por parte del PSOE, que luego intentó disimular la humillación difundiendo imágenes recortadas y vídeos sin sonidos del encuentro para taparlo todo.
La foto de la vergüenza
El lugar escogido, una sala presidida por la fotografía de urna del 1-O, la misma que el expresidente intentó colar a la UE y que las instituciones comunitarias ordenaron retirar, sin que el número tres del PSOE pusiera impedimentos. En esta puesta en escena perpetrada por el fugado de Waterloo, nada quedó sujeto a la improvisación.
Sánchez aceptó mantener la reunión bajo una foto de las urnas del 1-O prohibida expresamente por el Parlamento Europeo con la que Puigdemont humilló a España
Es más, ante el revuelo y lejos de reprochar las intenciones del líder de Junts, desde Ferraz insistieron en que la foto estaba pactada, mostrando así su conformidad con las imágenes que se distribuyeron, en las que se cuidó mucho el ángulo en el que fueron tomadas para que no apareciera la fotografía al completo, solo una parte, y en ningún momento se viese la urna.
Pero la instantánea elegida por Puigdemont para decorar las paredes de la sala no fue casual y refleja a la muchedumbre que se agolpaba durante el procés. Una muchedumbre de simpatizantes independentistas con los que representar a todos los futuros beneficiarios de la ley de amnistía que Sánchez ya ha pactado con Junqueras y con la que se borrarán de un plumazo todos los delitos cometidos por aquellos que desafiaron al Estado aquel 1-O.
Además, la imagen ya estaba grabada en la mente de todos, pues formaba parte de una exposición impulsada por los independentistas en la UE, «Contribución de Cataluña al progreso social y político de Europa».
Una exposición sobre la historia catalana que pasó el filtro de la institución gracias a que los de Puigdemont ocultaron la existencia de esta enorme fotografía, por lo que posteriormente tuvieron que retirarla. Para excusarse y evitar su eliminación alegaron que omitieron ese pequeño detalle debido a la «lentitud del procedimiento» de autorización.
Sin embargo, la actitud de los eurodiputados de Junts, capitaneados en este asunto por Toni Comín, que intentó colar sin pudor alguno la imagen. Según la documentación en poder de El Debate procedente del propio Parlamento Europeo, en el listado de las imágenes que Comín remitió a la institución para la aprobación de la muestra, efectivamente no se encontraba la fotografía, pero en uno de los ejemplos visuales de cómo sería finalmente la exposición, sí.
En concreto, en una de las simulaciones de cómo se estructuraría la muestra, la imagen de la discordia aparecía en primer plano, bajo la denominación TL-5, pero en el listado completo de las imágenes que se iban a reproducir no había ni rastro de la fotografía de la urna, ni en ningún otro punto del dossier remitido al Parlamento, por lo que todo apunta a que ya estaba pensado incluirla.
Este trampantojo fue detectado el pasado 4 de septiembre desde la Dirección de Planificación Operativa de la Dirección General de Logística e Interpretación de Conferencias del Parlamento Europeo, que advirtió por correo electrónico a Comín de que «después de una verificación in situ», una de las imágenes «no formaba parte del expediente que se presentó originalmente» para la exposición de la muestra, por lo que, al amparo del reglamento, solicitaron «que se retire la fotografía, a más tardar, mañana 5 de septiembre a las 9:00 horas», informa Alicia Martín.
El reglamento al que hacían referencia las autoridades comunitarias señala que cualquier exposición «deberá ser autorizada por escrito con antelación» y en el caso de no cumplir con la normativa se «podrá cancelar el acto cultural o la exposición en cuestión en cualquier momento o hacer que se eliminen los elementos» no autorizados.
Además, añadieron que procederían a una nueva revisión de la muestra para asegurarse de que la imagen había sido retirada y para verificar que no se había incorporado cualquier otro material no autorizado.
Por su parte, Comín procedió a responder para justificarse y alegó que la imagen no fue «presentada inicialmente para autorización porque se incorporó al diseño de la exposición en un momento posterior», con la excusa de «la lentitud del procedimiento» y la premura para la inauguración, por lo que le era imposible cumplir con los plazos.
De esta forma, sentenció que «sería perjudicial para la imagen de este Parlamento eliminar una imagen que muestra una urna», pues a su juicio, el Parlamento tenía la «oportunidad de defender la democracia y sus valores fundacionales con acciones», obviando que esa imagen representaba todo lo contrario, el desafío del independentismo frente a un Estado democrático.
Varapalo europeo
Sin embargo, el eurodiputado Christophe Hansen, como responsable de los actos culturales y exposiciones, zanjó que «la solicitud de eliminación se realizó porque la exposición de elementos no autorizados constituye una clara violación» de las normas de las instituciones de la Unión, por lo que reiteraba su necesidad de eliminar la imagen de la discordia, como finalmente ocurrió.
El PSOE pudo conocer esa prohibición de antemano o, antes de dejarse inmortalizar bajo la imagen de la sumisión, hacer una simple al Parlamento Europeo para determinar si Puigdemont podía exhibirla, en cuyo caso hubiera conocido el veto.
La foto del 1-O resume las exigencias de Puigdemont: internacionalizar el 'conflicto' e imponerle a Sánchez un referéndum
Pero ahora, una vez que la instantánea ocupó todas las portadas por los intentos de Junts de exponerla de forma irregular, el expresidente, prófugo de la Justicia, ha visto en su reunión con el PSOE una oportunidad de oro para dejar a los socialistas y al futuro Gobierno que salga de esas negociaciones arrodillado porque todo apunta a que conseguirá sus objetivos.
Que son mayores que los ya firmados por el PSOE y ERC: una ley de amnistía total, beneficiosa incluso para los CDR y Tsunami Democràtic, la condonación de la deuda catalana por un importe de 15.000 millones de euros y el traspaso a la Generalitat de la gestión de las Cercanías catalanas, algo que hace escasos meses la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, consideraba imposible e ilegal.
Según el entorno de Puigdemont consultado por este periódico, la investidura de Sánchez llegará si acepta la figura de un relator internacional, que convierta a España en el Ulster y culmine con unos acuerdos similares a los del «Viernes Santo» en Irlanda; y la aprobación de un referéndum de autodeterminación, con ése u otro nombre, a celebrarse en la segunda mitad de la legislatura, entre 2025 y 2027. Y de ahí, aseguran, no se moverá: la foto de la humillación fue, en realidad, su última palabra.