¿Quiénes sobrevivirán?
Calma tensa en el último Consejo de Ministros: se van Montero, Belarra y otros que aún no lo saben
Este martes fue día de despedidas en la Moncloa, puesto que la semana que viene habrá un Gobierno nuevo, una vez investido Sánchez. Y solo dos personas tienen su puesto asegurado en él
Este martes fue día de despedidas en la Moncloa. El Consejo de Ministros en funciones se reunió por última vez, ante la perspectiva de que Pedro Sánchez sea investido presidente el jueves, en primera votación y con una mayoría absoluta de 179 escaños.
La próxima semana ya habrá un nuevo Gobierno. O uno, al menos, renovado y ligeramente más reducido, en el que solo Sánchez y Yolanda Díaz tienen sus puestos asegurados. Nadie más.
De hecho, muchos de los que este martes llegaron al palacio presidencial con su cartera de piel a cuestas no volverán. Cuatro de ellos ya lo saben seguro. La primera, Nadia Calviño, en su caso por voluntad propia: quiere ser la próxima presidenta del Banco Europeo de Inversiones, un puesto para el que compite con la danesa Margrethe Vestager. La semana pasada, Calviño se aseguró el apoyo de Alemania, crucial para el desenlace de la batalla por el BEI.
También para Irene Montero, Ione Belarra y Alberto Garzón éste fue su último Consejo de Ministros. Aunque, en realidad, las ministras de Igualdad y de Derechos Sociales llevan meses en las mazmorras políticas, cumpliendo la condena impuesta por Sánchez y su socia.
A Montero no le dejan comparecer desde la Moncloa desde el 28 de febrero, cuando aún estaba viva la polémica por la reforma de la ley del ‘solo sí es sí’ entre el PSOE y Podemos. Por su parte, Belarra apareció por última vez en la sala de prensa el 17 de enero. En lo que va de año, ambas han ido por libre en las reuniones del Consejo de Ministros, sin apenas entablar conversación con nadie, a decir de sus compañeros.
Tras el encuentro de este martes compareció en solitario la ministra portavoz, que aprovechó para hacer un panegírico del presidente y del trabajo del Gobierno desde el inicio de la legislatura pasada y hasta hoy. Según Isabel Rodríguez, estos años han servido para avanzar en «convivencia y democracia»; para avanzar en «más democracia».
La portavoz se dirigió a la «ciudadanía de buena fe» que pueda estar sintiendo «inquietud» por los acuerdos de Sánchez con el independentismo, especialmente por una ley de amnistía «impecable desde el punto de vista jurídico», como la definió. A esos ciudadanos les pidió «confianza, que viene avalada por la trayectoria de un presidente que no ha hecho más que mejorar la vida de los españoles», según Rodríguez.
La portavoz también expresó su gratitud y la de todos los ministros al presidente por su confianza. Y habló en nombre de todos al expresar el «orgullo de haber podido contribuir con nuestro país». Se van, siguió Rodríguez, con la «tranquilidad de haber cumplido con España, los españoles y las españolas».
Ella es uno de los nombres que está en el alero. En el PSOE dan por hecho que Sánchez cambiará de portavoz gubernamental a partir de la próxima semana. Como informó El Debate a finales de octubre, en los mentideros políticos se especula con la salida del ministro del Interior, aunque no sería la primera vez que a Fernando Grande-Marlaska se le da por amortizado y Sánchez lo ratifica.
Tampoco está asegurada la permanencia de la titular de Justicia, Pilar Llop. Si el presidente decide cesarla tendrá que nombrar a su cuarto ministro de Justicia en poco más de cinco años. Pilar Alegría tiene un pie fuera del Ministerio de Educación, Raquel Sánchez también ha acumulado papeletas para abandonar el Ministerio de Transportes y a Margarita Robles la quieren jubilar todos los socios del presidente.
María Jesús Montero y Félix Bolaños parecen tenerlo más fácil para continuar, aunque si algo caracteriza a Sánchez es su imprevisibilidad. Ambos formaron parte del equipo negociador de la investidura. El ministro de la Presidencia fue el encargado de pasar el trago de explicar la ley de amnistía este lunes, después de que el grupo parlamentario socialista registrara la proposición de ley en el Congreso. La vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, también está bien situada para continuar.
Una de las pocas certezas sobre el nuevo Ejecutivo es que Podemos no tendrá voz ni voto. Las incógnitas se resolverán en cuestión de días.