Sánchez medita nombrar a Vara y Puig ministros, relevar a Marlaska por Robles y cuatro carteras para Sumar

Con la votación de investidura del jueves asegurada, Pedro Sánchez ya está pensando en la composición de su futuro Consejo de Ministros, que compartirá con Yolanda Díaz.

Según ha podido saber El Debate de fuentes próximas al presidente, Sánchez quiere dar entrada en su Gobierno a Guillermo Fernández Vara y Ximo Puig, dos de los presidentes regionales que se vieron apeados del poder en las elecciones municipales y autonómicas en Extremadura y la Comunidad Valenciana, respectivamente.

Además, el presidente planea el relevo del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que lleva con él desde el principio y ha sobrevivido a no pocas crisis. Y no será el único cesado. La sorpresa es que una de las opciones que Sánchez baraja es que le sustituya Margarita Robles, que cambiaría Defensa por Interior después de más de cinco años.

A mayores, Sánchez reserva un ministerio para un relevante representante del socialismo vasco. Cataluña también tendrá voz en la Moncloa, pero no será la de Miquel Iceta, cuyos días en el Gobierno asimismo parecen tocar a su fin. Sánchez se llevó a Iceta a Madrid como ministro de Política Territorial y, cuando vio que no era lo esperado, lo envió a Cultura y Deporte. Desde allí trató de capear el caso Rubiales.

Sumar se queda cuatro ministerios

Según el esquema que tiene Sánchez en la cabeza, a Sumar le corresponderían cuatro ministerios, uno menos que ahora, porque el nuevo Consejo de Ministros será algo más reducido que el actual. El presidente se está planteando la posibilidad de que el socio minoritario conserve el Ministerio de Igualdad. Si finalmente sigue adelante con esa idea habrá controversia, porque destacados socialistas -incluidos ministros- han venido pidiendo a su jefe de filas que recupere para el PSOE esa cartera, un constante foco de conflicto con Irene Montero al frente.

Díaz mantendría el Ministerio de Trabajo y también el de Consumo, aunque Alberto Garzón no seguirá siendo ministro con toda probabilidad. La cuarta cartera para Sumar sería Sanidad, destinada a la líder de Más Madrid, Mónica García, que abandonaría así la Asamblea madrileña y sus enfrentamientos con Isabel Díaz Ayuso.

No habrá ningún representante de Podemos: Sánchez los quiere lejos, pero su socia los quiere más lejos todavía, aunque en el grupo parlamentario de Sumar sobrevivan cinco diputados morados. Podemos lleva reclamando un ministerio desde septiembre, cuando el candidato a la investidura era Alberto Núñez Feijóo. Pero con nulo éxito.

Este martes se reunió por última vez el actual Consejo de Ministros en funciones, en un ambiente de calma tensa, dado que solo Sánchez y Díaz tienen el puesto asegurado de aquí a la semana próxima. Las cuatro salidas confirmadas son las de Nadia Calviño, que opta a la Presidencia del Banco Europeo de Inversiones, Irene Montero, Ione Belarra y Alberto Garzón. Ellos llegaron a la Moncloa sabiendo que era su último Consejo de Ministros; otros no tenían información pero sí sospechas. Y temores.

Por lo que respecta a Grande-Marlaska, este periódico ya adelantó el 26 de octubre que su continuidad estaba más que complicada. En su contra juega el hecho de que Sánchez se haya marcado como prioridad en su acuerdo con Sumar reformar la Ley de Seguridad Ciudadana. La legislatura pasada los socios lo intentaron y fracasaron, de lo que en parte se culpó al ministro del Interior.

Uno de los grandes misterios es quién sustituirá a la todavía vicepresidenta económica, un peso pesado del Ejecutivo. Calviño fue la legislatura pasada el mayor muro que encontró Unidas Podemos. Se da por hecho el relevo en la Portavocía del Gobierno, que desde el verano de 2021 ocupa Isabel Rodríguez, la también ministra de Política Territorial. Las ministras de Justicia, Educación y Transportes, Pilar Llop, Pilar Alegría y Raquel Sánchez, también están en seria duda.

La conformación del nuevo Ejecutivo será, a buen seguro, el tema estrella de los corrillos en el debate de este miércoles y jueves. Aunque Sánchez no tiene intención de soltar prensa hasta después de su investidura. En enero de 2020, Pablo Iglesias se le adelantó y filtró la cuota de Unidas Podemos en el Gobierno antes que el presidente. Esta vez no quiere que suceda lo mismo.