Acto solemne de la XV Legislatura en el Congreso, en directo

«Todo sigue igual. Ni el Rey puede hacer más ni Sánchez va a hacer menos tras escucharle».

«El Rey ha hecho un discurso de gran calado, con un mensaje muy firme ante Sánchez en defensa de la Constitución, que cumple 45 años acosada por tierra, mar y aire. Ha reclamado una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos. Ha rechazado las imposiciones y las exclusiones. Y ha hecho un alegato a favor de la Transición frente a quienes pretende un cambio de régimen por la puerta de atrás. «Aquel momento histórico es una constante fuente de motivación porque representa el espíritu más noble en el ejercicio de la política», ha afirmado. El Rey ha marcado líneas rojas ante la nueva legislatura».

«El Rey hace lo que puede ante un presidente del Gobierno que este mismo sábado envía a los suyos a reunirse con los separatistas en Ginebra, con un mediador internacional que es el que le gusta a ETA, para ver qué pasos se pueden ir dando de cara a la independencia de Cataluña (y el País Vasco). Felipe VI ha defendido con firmeza la Constitución (que Sánchez y Pumpido están tuneando) y el pacto de la Transición (que Sánchez quiere superar con el argumento de que la sociedad ha cambiado). Pero todo eso, que está bien dicho, no va a frenar un ápice el plan de matriz autoritaria y antiespañola que ha puesto en marcha el presidente del Gobierno. Todo queda dicho con un dato: los aliados que sostienen a Sánchez no han acudido al acto de apertura de las Cortes que abría el Rey. Por cierto, como nota a pie de página, cómico que los tertulianos del régimen elogien «la altura» del discurso de Armengol cuando ha hecho un mitin del PSOE sin respetar su papel institucional como presidenta del Congreso».

«Sánchez, con las manos en los bolsillos y la cara crispada, como siempre que comparte espacio institucional con el Rey, conversa con el jefe del Estado que ha intentado, en su mensaje, conectar a la juventud con los valores de la transición, los mismos que desmonta cada día el gobierno».

«El Rey habla para la España que querríamos, pero no es ya la España que quiere, impone y fabrica Sánchez. Quizá con esto defiende la supervivencia de la Corona, pero a la vez legitima un Gobierno que destroza todo lo que él defiende».

«Felipe VI manda un mensaje claro a las Cortes: «Nuestra obligación, la obligación de todas las instituciones, es legar a los españoles más jóvenes una España sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos»».

«El Rey predica en el desierto. Cumpliendo con su obligación institucional, seguro que su mensaje lleno de valores llega a gran parte de los españoles. Pero sus representantes, los que apoyan a Pedro Sánchez, están trabajando justamente para acabar con ellos. Fundamentalmente con el de la igualdad de todos los españoles».

«Este discurso es la antítesis del que pronunció Sánchez en su investidura: frente al «muro» del presidente, el llamamiento del Rey a una política «sin imposiciones ni exclusiones» y a una España «sólida y unida, sin divisiones ni enfrentamientos»».

«El discurso del Rey está plagado de referencias al legado de la Transición como impulsor de la estabilidad y el desarrollo de España. -Un país que en 1978 alcanza su mejor expresión en el entendimiento mutuo sin imposiciones ni exclusiones y en la voluntad de integración que enriquece, con la diversidad y el pluralismo, nuestro proyecto común, nuestro vínculo emocional y solidario como Nación-».

«El Rey resalta el papel de la Princesa de Asturias tras la Jura de la Constitución el pasado 31 de octubre: «Para la Corona, el juramento de la Princesa es condición de su continuidad en el desempeño de la misión asignada a la Monarquía Parlamentaria en la Constitución»».

«El Rey comienza su discurso con un mensaje claro: «La regularidad de este acto a lo largo de nuestra vida democrática no le priva de su sentido constitucional». Asimismo, subraya con claridad sus funciones: "Para las Cortes Generales, representar al pueblo español, titular de la soberanía nacional. Para la Corona, simbolizar la unidad de España y su permanencia».

«Mientras se celebra el acto solemne vemos publicado en El País (que ejerce de borrador del BOE) que la primera reunión de PSOE y Junts con el mediador será este sábado 2 de diciembre en Ginebra (Suiza).

Resulta de lo más oportuno anunciarlo hoy para confirmar algo que ya sabíamos: y es que en España no manda el PSOE sino Puigdemont».

«Puigdemont ha dejado claro que Sánchez es su rehén, lanzando desde su refugio en el extranjero que, si no cumple con el chantaje firmado, tendrá problemas. Es obsceno tener que tratarse eso un día tan solemne como éste».

«La solemnidad de la llegada del Rey, con la parada militar ante las Cortes y la gran carga institucional del ceremonial, contrasta dolorosamente con la situación política que vivimos por la huida hacia adelante del candidato del PSOE que perdió las elecciones y hoy nos gobierna».