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Patxi López, durante su intervención en el pleno de este martesEFE

Tarde aciaga en el Congreso

La amnistía supera el primer trámite con 178 votos y el PSOE confía en que vaya perdiendo interés

Los socialistas hicieron lo posible para que la toma en consideración de la proposición de ley pasara por la Cámara Baja haciendo el menor ruido posible. El PP y Vox prometen seguir

El Congreso aprobó este martes, con 178 votos a favor, la toma en consideración de la proposición de ley de amnistía y la creación de tres comisiones de investigación parlamentarias exigidas por los independentistas. Un voto menos que la mayoría que cosechó Pedro Sánchez en la investidura, por la baja de Coalición Canaria, que ya había adelantado que por este aro no pasaría.

El primer Pleno ordinario de la legislatura estuvo deslucido por la ausencia en la bancada azul de Pedro Sánchez, que partió hacia Estrasburgo tras recibir en la Moncloa al Rey Abdalá II bin Al Husein de Jordania; y la de más de medio Gobierno, puesto que el debate coincidió con la sesión de control al Ejecutivo en el Senado.

Los socialistas hicieron lo posible para que la toma en consideración de la proposición de ley de amnistía pasara por la Cámara Baja haciendo el menor ruido posible. De hecho, cuando el grupo parlamentario socialista la registró en el Congreso fue el ministro Félix Bolaños el que la defendió delante de los medios.

Sin embargo, este martes la tarea le fue encomendada al portavoz del grupo socialista, Patxi López, que hizo un discurso menos apasionado de lo que acostumbra y mecánico. También los portavoces de Sumar, Bildu, el PNV y el resto de socios mantuvieron un tono poco enardecido, en una estrategia que no parecía casual.

López repitió varios de los argumentos que los socialistas llevan dando los dos últimos meses. Pero los portavoces de Junts y ERC, Josep Maria Cervera y Gabriel Rufián, hundieron su línea de flotación argumental cuando afirmaron que lo siguiente será el referéndum de autodeterminación.

En el PSOE han cambiado de estrategia, a la fuerza. En vista de que nada les está funcionando con la amnistía, el verificador y el resto de las cesiones a los secesionistas, ahora se han encomendado al tiempo. Esperan que, una vez pasado el trago de este martes, el «suflé», vaya bajando. Como fue bajando el año pasado por estas fechas -según el PSOE- la polémica reforma del Código Penal para derogar el delito de sedición y rebajar el de malversación. Aseguran que la Navidad ayudará. El lunes, en la presentación de su segundo libro, Sánchez ya dijo que la amnistía «no se compadece con las verdaderas preocupaciones de la ciudadanía».

De diluir la amnistía se irán encargando los propios socialistas, que por lo pronto este miércoles han decidido contraprogramar la sesión de control al Gobierno en el Congreso con la presentación de una denuncia contra Vox y Santiago Abascal ante la Fiscalía por delito de odio e incitación a la violencia, por sus declaraciones al diario argentino Clarín. Denuncia que, además, confirmó por la mañana desde la sala de prensa de la Moncloa la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, borrando nuevamente la línea divisoria entre el Ejecutivo y el PSOE.

«Todos los recursos»

Sin embargo, que la amnistía pase a un segundo plano les resultará complicado. Puesto que, durante el debate, tanto Alberto Núñez Feijóo como Abascal anunciaron que no cejarán en su lucha. «Utilizaremos todos los recursos legales y democráticos» y ante «todas las instancias nacionales e internacionales, políticas y judiciales», afirmó el líder de los populares delante de la bancada socialista.

Alberto Núñez Feijóo durante su intervenciónEFE

A mayores, el propio presidente deberá comparecer ante la Cámara Baja el próximo 20 de diciembre. Sobre el papel, para informar del último Consejo Europeo bajo la Presidencia de turno de la UE, pero la oposición aprovechará la ocasión para insistir en lo que el líder de Vox calificó este martes como «el golpe socialista a la convivencia, la ley y la nación».

Mientras los socialistas tratan de pasar pantalla en público, en privado están manteniendo conversaciones con ERC y Junts, que quieren introducir algunos cambios en la proposición de ley del PSOE, ahora que se abre el plazo de enmiendas.

El momento más tenso de la tarde en el Congreso se produjo cuando la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, señaló con nombres y apellidos al juez Pablo Llarena, a la periodista Ana Rosa Quintana o al presidente de La Razón, Mauricio Casals.

Fue durante el debate sobre la creación de una de esas comisiones de investigación acerca del caso Pegasus y de la operación Kitchen. En ese momento el portavoz del PP. Miguel Tellado, afeó a la presidenta de la Cámara Baja su actitud contemplativa. «No puede venir aquí a pasar la tarde», recriminó a Francina Armengol. A lo que ésta respondió que conoce «perfectamente» sus funciones.