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El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel AlbaresEuropa Press

Albares insta a todos los embajadores a impulsar el uso del catalán, el gallego y el vascuence en la UE

El titular de Exteriores ha afirmado que España tiene una riqueza lingüística que «merece ser acogida y recogida» en las instituciones comunitarias

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha instado este miércoles a todos los embajadores a seguir trabajando para que el catalán, el gallego y el vascuence sean reconocidas como lenguas oficiales de la Unión Europea (UE). Asimismo, el titular de Exteriores también les ha impedido que impulsen su difusión a través del Instituto Cervantes.

Esta ha sido uno de los puntos destacados de la intervención del ministro en la apertura de la Conferencia de Embajadores que ha reunido en Madrid a 130 representantes diplomáticos destinados por todo el mundo para transmitirles los principales retos y prioridades de la política exterior de España para la nueva legislatura.

Para Albares, España tiene una riqueza lingüística que «merece ser acogida y recogida en la Unión Europea porque es nuestra identidad y nuestro interés nacional».

Así, el Instituto Cervantes debe servir también para impulsar el conocimiento del catalán, gallego y vascuence, mostrando «la diversidad y riqueza lingüística y cultural de España. Esa es también una labor fundamental que deberéis pasear con orgullo por el mundo».

El ministro ha explicado que el objetivo de la Conferencia de Embajadores es definir una acción exterior «eficaz que defienda nuestros intereses, promueva nuestros valores y proteja a nuestros ciudadanos», ha resumido Albares.

El ministro ha destacado que se trata de aprovechar el hecho de que «España tiene una posición activa y líder en el ámbito internacional reconocida por nuestros socios y aliados en el mundo» y que «se escucha en Bruselas, en Washington y en Pekín».

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones, José Manuel Albares

Por ello, el papel de la diplomacia «debe ensancharse», ya que en tiempos de cambios «no basta con una diplomacia reactiva, necesitamos una diplomacia activa, propositiva, anticipativa, aportando ideas, promoviendo iniciativas económicas, políticas, culturales»