La táctica que emplea Otegi para ocultar los más de 300 crímenes de ETA que siguen impunes
Culpó al Estado de no querer la desaparición de ETA el mismo día en que se presentaba un libro con los más de 300 asesinatos sin resolver
Arnaldo Otegi calificó de «absoluta crudeza» su afirmación de que «el Estado no quería que la violencia armada de ETA desapareciera de la ecuación política de este país». Estas palabras focalizaron hacia el Estado todo el debate en torno a la sentencia del Tribunal Constitucional que declaraba nulo el juicio por el caso Bateragune con el que la Justicia desbarató el intento de Otegi y sus acólitos por reconstruir la ilegalizada Batasuna y ocultaba la verdadera intención de aquella operación: reconstruir un brazo político que justificara los asesinatos y crímenes de la organización terrorista.
La izquierda abertzale, y más concretamente Arnaldo Otegi, nunca dice una palabra que no la ha pensado y meditado una y otra vez. El más claro ejemplo es su empeño en no emplear la palabra «condena» para hablar de los asesinatos de ETA. También se vio claro este jueves cuando habló de la «violencia armada». En ningún momento se le escapó la palabra «terrorismo».
Por eso es de destacar que hable de «crudeza» el mismo día que en Vitoria se presentaba el libro «Sin Justicia», una investigación concienzuda del director del Centro Memorial Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, y la profesora universitaria e investigadora, María Jiménez, sobre los más de 300 asesinatos de ETA que siguen sin resolverse.
Más de 300 asesinatos que implican a más de 300 familias que incluso décadas después de que ETA les despojara de sus allegados no saben ni quién les asesinó, ni por qué y, lo que es más cruel, sin que nadie pagara por el crimen.
Las víctimas
El miércoles, el profesor de la Universidad de Deusto y víctima del terrorismo, Iñaki García Arrizabalaga, afirmaba en una entrevista que «que un exterrorista se arrepienta ante una víctima es el mayor gesto para deslegitimar a ETA». Eso es precisamente todo lo contrario de lo que evidenció un exterrorista como Arnaldo Otegi en su declaración del jueves.
Así, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo en el País Vasco, Covite, respondió al líder de Bildu que «quienes impedisteis que el terrorismo de ETA desapareciese de la ecuación política durante décadas fuisteis vosotros, Arnaldo Otegi. Los únicos responsables del terrorismo de ETA son los propios miembros de ETA y todos aquellos que apoyasteis y alentasteis el terrorismo».
'Una familia vasca. Los Baglietto'
Y las declaraciones de Otegi se produjeron al día siguiente de que el consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local de la Comunidad de Madrid, Miguel Ángel García Martín, asegurara que "debemos denunciar a quienes traten de blanquear el terrorismo y las crueldades que cometió ETA durante tantos años en nuestro país, tal y como refleja el documental 'Una familia vasca. Los Baglietto'.
Este documental, producido por la Fundación Miguel Ángel Blanco, narra precisamente la persecución que ETA ejerció contra una familia, los Baglietto, y que acabó con el asesinato del exconcejal de la UCD, Ramón Baglietto, a manos justamente del etarra Cándido Azpiazu, un asesino que dos décadas antes, cuando tan solo era un bebé, había sido salvado in extremis de morir atropellado por un camión gracias a que Ramón Baglietto lo cogió de los brazos de su madre, que sí murió en aquel atropello.
La crudeza de la historia de la familia Baglietto no solo se queda ahí sino que años después, cuando Azpiazu salió de prisión, no tuvo mejor idea que abrir una cristalería justamente en el bloque de viviendas en el que vivía la viuda de Ramón Baglietto.
Sin embargo, este jueves solo se habló de la «crudeza» de las palabras de Arnaldo Otegi. Y ninguna se refirió a las acciones terroristas de ETA.