Abascal, arropado por los afiliados tras su reelección al frente de Vox: «Vamos a continuar adelante pese a quien le pese»

«Frente a los agoreros, frente a los mentirosos, frente a los traidores y los corruptos, frente a los enemigos de España y frente a los profetas del desaliento el futuro es nuestro. El futuro pertenece a los patriotas», aseveró Santiago Abascal ante los más de 2.000 afiliados –según datos de Vox, 2.200– que acudieron este sábado al acto público tras la Asamblea General Extraordinaria que volvió a encumbrarle como líder del partido cuatro años más, hasta 2028. A ellos les pidió mantener el «entusiasmo», ante los ataques que augura que vendrán para su formación en los próximos meses.

Antes que él subieron al escenario varios miembros de su nuevo Comité Ejecutivo. Intervinieron la diputada María Ruiz, la portavoz parlamentaria, Pepa Millán, los vicepresidentes autonómicos Alejandro Nolasco, Vicente Barrera, José Ángel Antelo y Juan García-Gallardo, y el secretario general y desde ahora también vicepresidente único de la formación, Ignacio Garriga, que respaldaron con rotundidad el liderazgo de Abascal.

Tras ellos, también quisieron estar, de forma telemática, quienes son a día de hoy dos de los aliados internacionales con quien Abascal mantiene una estrecha relación, la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, y el recién nombrado presidente de Argentina, Javier Milei. Ambos felicitaron a Abascal por su reelección y le animaron a seguir dando la batalla que comparten. Aludió a ellos el líder de Vox más tarde, en su discurso, para defender que muestra de que a su partido le queda mucho futuro es el éxito que hoy tienen estos partidos aliados en Europa y al otro lado del Atlántico.

Abascal entraba, acompañado de Garriga, pasadas las 12 en el auditorio del Hotel Marriott Madrid Auditorium minutos después de que la Asamblea General le nombrara oficialmente presidente del partido, renovando así su mandato por cuarta vez consecutiva desde que nació Vox en 2014. Lo hacía recibido por gritos de «¡Presidente!» y aplausos de los miles de afiliados que le esperaban con banderas de España y del partido.

Gran parte de su discurso tuvo este sábado un eje fundamental, dado el contexto en el que se produce, que puede desglosarse en varios: qué es Vox, por qué nace y qué futuro tiene. «El ruido ensordecedor de los medios de comunicación es proporcional al aliento que recibimos en la calle», comenzó. Señaló que volvió a presentarse para presidir el partido ante la petición, no de ningún medio –ironizó ante la campaña mediática que denuncia que se produce contra la formación–, sino de afiliados, simpatizantes y votantes de Vox, de quienes dijo que muchos se han mostrado preocupados de que el partido se harte o tire la toalla. «No lo vamos a hacer», aseguró, reivindicando su compromiso político nacido del ejemplo de su padre en la lucha por España y por la libertad. «Pelearé por ello hasta que me falte el aliento y lo haré donde vosotros queráis», manifestó.

«No vamos a tirar la toalla; no nos vamos a rendir. Esta columna no se derriba. Vamos a continuar adelante pese a quien le pese», incidió Abascal, que defendió que lo que llevó a fundar el proyecto y a seguir hoy en él son las convicciones, de las que afirmó que «siguen absolutamente intactas». Y enumeró una serie de ideas, desde la unidad nacional, la protección de las fronteras o el campo hasta la libertad de los padres a elegir la educación para sus hijos, la defensa de la vida o una Europa de naciones soberanas, que, según subrayó, «solo Vox» defiende. Estas ideas, dijo, las seguirá defendiendo el partido, al menos, remarcó, mientras él esté al frente.

Abascal arremetió contra la estrategia que, a su juicio, solo busca «desalentar» a afiliados y votantes de Vox. «No solo somos inmunes al desaliento, sino que tenemos entusiasmo y decisión. (...) Como Vox no se muere, se mueren por matar a Vox», señaló, vaticinando que no desaparecerá «el acoso y las mentiras». Quiso rebatir las informaciones que, según denunció, mienten sobre Vox, como la existencia de divisiones o corrientes en el partido, la bajada de afiliados o las purgas. «¿Dónde está la corriente interna? ¿Qué idea de estas que hemos defendido ha dejado de ser defendida por Vox? Son películas de ciencia ficción de los medios», zanjó.

Reforma del artículo 49

En su intervención, Abascal anunció que pedirá un referéndum consultivo sobre la reforma del artículo 49 de la Constitución recién aprobada en las Cortes, con el único rechazo de Vox –pese a estar a favor del cambio de término que plantea– por estar en desacuerdo con la forma y el fondo de la misma. Su objetivo es que al menos dos diputados más se sumen a su propuesta para llegar a los 35 que hacen falta para promoverlo en el Congreso.

Año electoral

Abascal defendió que, frente a lo que pronosticaban las encuestas entonces, Vox logró entrar en Andalucía, condicionando el Gobierno la primera vez, en Cataluña, superando la suma de PP y Cs, en el País Vasco, en Navarra, también en Ceuta y Melilla. Han tenido representación en todas las regiones menos en Galicia, y esperan conseguirlo ahora, tras las elecciones del 18 de febrero. Para ello, apeló a hacer «un esfuerzo de convicción» y apuntó al elevado dato de abstención que se produjo en los anteriores comicios.

Aludió también a la otra gran cita electoral: las europeas. Las describió como un «momento histórico» para España y para Europa, pues esta, afirmó, «se juega su existencia». Vox tiene puestas muchas esperanzas en que haya una nueva mayoría conservadora en la Eurocámara. «Vox no se presenta, en contra de lo que dicen los mentirosos, para salir de Europa. Vox se presenta para salvar a Europa, a la Europa verdadera, a la Europa de siempre», afirmó Abascal.