Investigación
Un emisario de Putin que se reunió con Puigdemont se fugó de un hospital de Barcelona y murió al llegar a Rusia
Era un agente especializado en asuntos militares. Fue la persona que ofreció al expresidente catalán los 10.000 mercenarios rusos
Uno de los agentes rusos que actuó como emisario de Vladímir Putin ante el expresidente catalán Carles Puigdemont apareció muerto en el momento en que regresó a Rusia. El agente, llamado Sergéi Motin, era un militar que participó en el encuentro que Puigdemont organizo 24 horas antes de la declaración unilateral de independencia para buscar fondos rusos con los que financiar el procés.
Antes de marcharse a Rusia, Motin fue ingresado en la Clínica Diagonal de Barcelona el 24 de mayo de 2018. El militar ruso comenzó a encontrarse mal y esas dolencias tenían su origen en una enfermedad que tenía desde hacía tiempo. Tras pasar un mes ingresado, un fin de semana, aprovechando una menor presencia médica, decidió fugarse de las instalaciones hospitalarias. La abrupta salida la llevó a cabo sin abonar la correspondiente cuenta por los servicios que le prestaron.
En concreto, dejó a deber un total de 19.842,40 euros. En el desglose de la cuenta figura que sólo la estancia tuvo un coste de 5.304 euros. Su paso por la UCI costó 3.750 euros y el conjunto de tratamientos que recibió ascendieron a 3.875 euros. La factura, que continúa a día de hoy impagada seis años después, fue remitida por un alto cargo del hospital a los Mossos d´Esquadra a través de una denuncia, que finalmente fue archivada. el hospital remitió también una grabación en vídeo del momento de la fuga.
Al día siguiente de escaparse de la clínica cogió un vuelo con destino a Moscú. Precisamente, justo después de regresar a su país fue donde murió en extrañas circunstancias. El ingreso en la clínica corrió a cargo de uno de los asesores de Puigdemont que se encontraban con él presentes en la reunión clave en la que los rusos ofrecieron financiación y los 10.000 mercenarios. Otro asesor del expresidente catalán fue el encargado de hacer de traductor entre el emisario de Putin y el hospital.
Este hecho forma parte del sumario del caso Voloh, donde el magistrado Joaquín Aguirre, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, investiga la injerencia de Rusia en España a través de los líderes independentistas. Los investigadores de la Guardia Civil que investigan el tema han logrado interceptar varias llamadas telefónicas y mensajes de texto intercambiados por David Madí, empresario catalán de la máxima confianza de Puigdemont.
En los chats, que están siendo analizados minuciosamente por el juez de Aguirre, se afirma que Puigdemont le ordenó crear tres grupos de trabajo para «conseguir que la futura república catalana desarrollara una legislación propia sobre las criptomonedas adecuada a los interesas rusos». Seguidamente se incluía esta otra frase: «y así ellos podrían ayudar».
Se trata de la exigencia que Nikolay Sadovnikov, el agente del Ministerio de Exteriores de Rusia que se reunió con Puigdemont, exigió a los líderes independentistas para financiar los primeros meses de una hipotética Cataluña independiente. El magistrado Aguirre recuerda en su auto de prórroga para continuar investigando el asunto, que poco después de que estos hechos tuvieran lugar fue nombrado consejero de Economía el actual presidente catalán, Pere Aragonès.
«Se puso de manifiesto que los líderes independentistas estaban diseñando, precisamente, el banco central catalán del que el Instituto Catalán de Finanzas sería el embrión, elemento fundamental para garantizar la soberanía monetaria y financiera de un eventual estado independiente. De esa tarea se estaría encargando el equipo liderado por el actual consejero de Economía y vicepresidente Pere Aragonès», sostiene Aguirre.