El PP trata de pasar página
Historia de un enredo: el PSOE intenta atrapar a Feijóo en la tela de araña de la amnistía
Los socialistas están exprimiendo la polémica por la supuesta voluntad del líder de Feijóo de indultar a Puigdemont, que no es tal. El relato de los hechos ayuda a entender algunas claves
Hacía más de un mes que El País no dedicaba su noticia principal de portada al PP. En concreto, desde el 8 de enero. El PP se encamina en Galicia a renovar su mayoría absoluta, tituló aquel lunes. Y, de pronto, el diario lleva tres días seguidos abriendo su edición con el principal partido de la oposición. El domingo: La mayoría absoluta del PP peligra a una semana de las elecciones y Feijóo, abierto a un indulto condicionado a Puigdemont. El lunes: El giro de Feijóo con los indultos descoloca al PP en plena campaña. Y este martes: El mensaje del PP de Feijóo sobre Junts: «Si quieren reconciliación de verdad, hablamos». Aprieta el PSOE y, con él, aprietan sus medios afines en esta recta final de la campaña gallega. Unas elecciones que si pierde el PP perderá Alberto Núñez Feijóo y si gana el BNG (logrando sumar) ganará Pedro Sánchez. He ahí la endiablada paradoja.
«Error no forzado», «tiro en el pie», «volantazo», «temeridad», «sinsentido»… desde que el sábado por la noche trascendiera la supuesta disposición de Feijóo a indultar a Carles Puigdemont si volviera a España y se presentara ante la Justicia se acumulan los calificativos.
En el PP han vivido estos días entre la estupefacción y la indignación
Los populares han vivido las últimas horas con una mezcla de incredulidad, estupefacción, desconcierto y enfado. Enfado sobre todo en el PP de Galicia, donde no esperaban un fuego amigo de semejante intensidad a una semana de jugarse el todo o nada en las urnas. Los gallegos votan en clave preeminentemente regional, y la amnistía ha tenido en esta campaña una resonancia limitada. Pero el episodio ha dado oxígeno a un PSOE mortecino, y también a Vox. «Las cosas que se han conocido suponen el fin de una infamia (…). Todo era una gran hipocresía, una gran mentira. Ahora en el PP dicen que es bueno darle el indulto a Puigdemont y reconocen que estuvieron negociando la amnistía», afirmó el domingo José Luis Rodríguez Zapatero en un mitin en Ferrol, en una clara tergiversación de las informaciones conocidas.
El origen de todo
El relato de los hechos ayuda a entender algunas claves. Aunque hay una que sigue siendo inexplicable: la motivación de Feijóo con todo esto. El detonante fue un encuentro informal que el líder del PP mantuvo el viernes en Lugo con 16 periodistas que habitualmente cubren la información del PP nacional. En ese ambiente distendido, Feijóo habló demasiado de los «y si», en condicional. «Y si» Puigdemont hubiera vuelto a España para entregarse en lugar de seguir huido; «y si» el independentismo mostrara arrepentimiento y renunciara a la vía unilateral; «y si» el PP hubiera aceptado la propuesta de amnistía que Junts le puso sobre la mesa en agosto, en el marco de unos contactos preliminares para la investidura…
Y todos esos «y sis» acabaron plasmados en titulares y crónicas entre el sábado por la noche y el domingo por la mañana, que es cuando el equipo de Feijóo pactó con los periodistas la publicación de la información salida de esa charla. Feijóo ya había reconocido en el pasado, públicamente, algunos contactos con Junts. De hecho, siempre sostuvo que habría sido presidente si hubiese aceptado la amnistía que le exigió Puigdemont a cambio. Pero de algunas informaciones publicadas por medios de izquierdas se desprendía, sin matices ni condiciones, que negoció la amnistía y que no está en contra de indultar a Puigdemont.
Horas antes de que estallara la polémica, el líder de los populares había asegurado en una comida mitin en Sarria: «Yo he dicho en varias ocasiones, a pesar de que el PSOE se haya burlado de mí, que Junts nos ofreció sus votos para nuestra investidura a cambio de la amnistía. Y lo he dicho en varias ocasiones, que, evidentemente una vez conocido este ofrecimiento, no tardamos ni un día en descartar estos votos».
El comunicado del PP en caliente
La misma noche del sábado, en Génova 13 empezaron a ser conscientes de la magnitud del embrollo. A las 0.22 horas de la madrugada del domingo, el partido envió un comunicado a la prensa en estos términos: «1. El PP nunca indultaría a una persona acusada por cualquier delito que no mostrara total arrepentimiento por sus actos ni mostrara propósito de enmienda. 2. Esas condiciones no se dieron con los indultos del procés. Y menos aún se dan con los que no han sido procesados aún por haber abandonado nuestro país para escapar de la acción de la Justicia y de los tribunales españoles. 3. Nuestra postura es clara: ni amnistía (porque es inconstitucional) ni indultos (porque son injustos y arbitrarios) para aquellos que desafiaron al Estado y dicen que lo volverían a hacer». Minutos después se envió un argumentario a los cargos del partido en similares términos.
El domingo, Feijóo tenía despejada la agenda hasta las seis de la tarde, cuando daba un mitin en Otero de Rey. Sin embargo, su equipo decidió que diera un canutazo en Ferrol por la mañana para tratar de colocar un cortafuegos. «Dije que ‘no’ y sigo diciendo ‘no’ a cualquier amnistía porque es ilegal, inconstitucional y rompe el principio de igualdad entre los españoles», proclamó ante las cámaras. «Dije y digo ‘no’ a cualquier tipo de indulto porque no se da ni una sola de las condiciones», añadió.
Pero para entonces el PSOE había desplegado toda su maquinaria ante el regalo inesperado. El domingo, María Jesús Montero, Pilar Alegría, Félix Bolaños, Óscar Puente… uno detrás de otro, ministros y altos cargos del partido denunciaron la «hipocresía» de Feijóo. Pedro Sánchez ha sostenido muchas veces durante estos meses que el líder del PP habría pactado con Puigdemont si no dependiera de Vox, y esto venía a darle la razón, a decir de los socialistas. ¿Sabía algo el propio presidente de antemano? La Voz de Galicia publicó una entrevista con Sánchez el domingo, hecha antes de que trascendieran las declaraciones de Feijóo. Y en ella sostenía: «Yo tengo la convicción de que, si Feijóo no dependiera de Vox, habría aprobado la amnistía. Llegó a hablar con Junts. Unas conversaciones nunca aclaradas».
Este lunes, el PSOE distribuyó un vídeo de 10 minutos de la vicepresidenta Montero desde Ferraz, exigiendo explicaciones al presidente del PP. «El PSOE no cesará de exigirlas», afirmó. Desde Vox, Santiago Abascal fue tajante: «Los encuentros con un partido golpista, separatista, corrupto y responsable del empobrecimiento y la inseguridad de Cataluña como Junts son inadmisibles. Estafar y mentir a los españoles es imperdonable».
En el PP trataron de pasar página a marchas forzadas. A primera hora anunciaron una querella por prevaricación contra el fiscal general del Estado por el ascenso de Dolores Delgado. Después, se Feijóo se marchó a Barbate, donde mantuvo una reunión con sindicatos y asociaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Desde allí hizo una declaración sin preguntas y no quiso responder a la prensa por «respeto» a la memoria de los dos guardias civiles asesinados el viernes.
El extraño episodio ha alentado todo tipo de teorías en torno a las razones de Feijóo, si es que realmente las hay. Según los socialistas, el líder de los populares tiene miedo de lo que pueda contar Puigdemont sobre los contactos con el PP y quiso adelantarse tratando de hacer una voladura controlada. También hay quienes opinan que Feijóo intentaba dinamitar del todo la amnistía y la legislatura, haciendo ver a Puigdemont que sus opciones no se acaban con Sánchez. Sea como fuere, objetivamente no ha salido bien.