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José Luis Ábalos, Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en una imagen de abril de 2020

José Luis Ábalos, Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en una imagen de abril de 2020EFE

Ley del silencio

Sánchez ordena a los ministros y cargos del PSOE que no polemicen con Ábalos

La Moncloa y Ferraz han trasladado las directrices del presidente a todos los cargos, a propósito de la ronda de entrevistas que ha empezado a conceder el ahora diputado del Grupo Mixto

Pedro Sánchez quiere extender una especie de cordón sanitario en torno a José Luis Ábalos, una vez que éste ha desafiado su autoridad como secretario general del PSOE. El presidente y jefe de filas socialista ha dado orden a los miembros de su Gobierno y a los dirigentes de su partido de no responder en público al exministro de Transportes y, ahora, diputado del Grupo Mixto. Y mucho menos polemizar con él.

La Moncloa y Ferraz han trasladado las directrices de Sánchez a todos los cargos, a propósito de la ronda de entrevistas que ha empezado a conceder Ábalos, y que le mantendrá varios días -semanas incluso- en el candelero político y mediático. La consigna es ignorar todo cuanto diga.

Este miércoles, mientras el presidente y sus ministros se enfrentaban a una tensa sesión de control en el Congreso, el también exsecretario de Organización del PSOE se sentaba en el estudio de Onda Cero para dejar mensajes a Sánchez, de quien dijo no entender su «cambio de opinión». Puesto que, según Ábalos, en un principio no estaba en la mente del presidente pedirle que renunciara al escaño.

En realidad, ni siquiera lo hizo Sánchez directamente, sino que envió en su lugar al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, para quien también tuvo palabras Ábalos. «Ya le dije que no me dejaban mucha opción (…). Santos está igual que yo, en la misma situación. El no actúa muto proprio, sino por la dirección», señaló Ábalos. Precisamente, una de las cosas que más ha molestado al exministro es que no fuera Sánchez, en persona, quien hablara con él.

Los socialistas están cumpliendo a pies juntillas los deseos de su líder. Desde que este martes Ábalos se rebeló contra su suicidio político asistido, nadie en el Gobierno ni en el PSOE ha cargado en público contra él, a pesar del enorme malestar que existe en las filas socialistas por el daño que –consideran– está haciendo a su partido.

El martes por la tarde, el ministro Óscar Puente afirmó tener «el más alto concepto tanto como personal como político» de él, de quien alabó su hoja de servicios: «Ha sido un gran ministro y un magnífico secretario de Organización del partido». En paralelo, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, declaró que era «un día muy triste» para la formación, a propósito de la apertura de un expediente y la suspensión cautelar de militancia de quien fuera número tres del PSOE entre 2017 y 2021.

Durante la sesión de control al Gobierno de este miércoles, tanto Sánchez como los ministros Félix Bolaños, Fernando Grande-Marlaska, Ángel Víctor Torres y Óscar Puente fueron interpelados por el caso Koldo, pero ninguno de ellos dijo una palabra sobre el que fuera ministro de Transportes.

Les queda el consuelo de que Ábalos ha aclarado que no va a votar en contra de ninguna iniciativa de su partido, que ya antes de la marcha al Grupo Mixto de uno de sus diputados adolecía de una precaria mayoría parlamentaria. «No tengo ninguna duda», sostuvo al respecto la vicepresidenta María Jesús Montero desde Sevilla.

Aunque en público los socialistas se están cuidando mucho de no azuzar el fuego, en privado algunos echan pestes contra Ábalos. «Desobedecer una decisión así de la Ejecutiva Federal (la de pedirle el acta de diputado) no tiene un pase. Pero el escaño suyo», sentencia una ministra, resignada a seguir asistiendo al espectáculo.

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