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Mertxe Aizpurua y Pedro Sánchez en el Congreso de los Diputados

Pedro Sánchez y la portavoz de Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua

La hipocresía socialista

El PSOE estaba pactando con Bildu en el Congreso a la misma hora que lo repudiaba en la Moncloa

Ambos partidos negociaron la citación del fiscal jefe de Anticorrupción en la comisión de investigación. El acuerdo se cerró a la vez que la portavoz del Gobierno llamaba cobarde al candidato de Otegi

El PSOE estaba pactando con Bildu en el Congreso a la vez que la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, repudiaba al partido de Arnaldo Otegi y a su candidato desde la Moncloa por no calificar a ETA como una banda terrorista. Literalmente, al mismo tiempo.

En la mañana del martes, los miembros de la comisión de investigación sobre los contratos de la pandemia de la Cámara Baja se reunieron a puerta cerrada para aprobar el listado definitivo de comparecientes, la documentación que solicitarán y el calendario de las primeras comparecencias.

Los socialistas querían pactar con sus socios un listado único, sobre la base de las propuestas que cada grupo parlamentario registró el jueves anterior. En el grupo de Patxi López sabían que, para llegar a un acuerdo, debían aceptar la inclusión en esa lista del exministro José Luis Ábalos. Pero no solo. Sumar, Junts, ERC, el PNV, Bildu… todos ellos pusieron sus condiciones. La de la izquierda abertzale fue llamar a la comisión, entre otros, al fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón. La excusa era que ofreciera una «visión completa» sobre los casos de corrupción y no sobre ninguno en concreto, según la versión socialista. El PSOE accedió para no malograr el acuerdo, a pesar de que existen muy pocos precedentes de fiscales compareciendo en comisiones de investigación. De hecho, el último es de hace 20 años.

La propuesta de que compareciera el fiscal jefe de Anticorrupción en el Congreso fue de Bildu

A las 13.08 horas del martes, el grupo parlamentario socialista informó a la prensa de que habían alcanzado un pacto con sus socios de investidura y envió a los periodistas el listado definitivo de comparecientes, compuesto por 134 nombres. A esa hora acababa de arrancar la habitual rueda de prensa de la portavoz del Gobierno desde la Moncloa. Durante la misma, Pilar Alegría cargó duramente contra el candidato de Bildu, Pello Otxandiano, por negarse a llamar a ETA por su nombre. «Desgraciadamente, en este país todos los españoles sabemos muy bien que ETA fue una banda terrorista. Y no reconocerlo así no es solo cobarde, sino que es un absoluto desprecio por las víctimas, hacia la sociedad española, hacia la sociedad vasca y demuestra un negacionismo incompatible con la propia historia de nuestro país y con la democracia, que fue la que derrotó al terrorismo de ETA», afirmó.

La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, el martes en la MoncloaEFE

No obstante, durante esa comparecencia, la portavoz del Ejecutivo no asumió ninguna contradicción del Gobierno después de cinco años de acuerdos con Bildu. Tampoco quiso aclarar si Pedro Sánchez se replanteará sus pactos con la izquierda aberzale en Madrid y Navarra por ese «negacionismo» de Otxandiano.

Mientras eso ocurría, Bildu se apuntaba un nuevo tanto en el Congreso al lograr que el PSOE llamara a un fiscal a una comisión de investigación parlamentaria por primera vez en dos décadas. Concretamente, desde que el fallecido Eduardo Fungairiño, entonces fiscal jefe de la Audiencia Nacional, compareció en la comisión sobre los atentados del 11-M el 15 de julio de 2004 para responder a las preguntas de los grupos parlamentarios.

El incendio en la Fiscalía

A la postre, lo que era uno más de tantos gestos de los socialistas hacia Bildu se convirtió en un incendio en el PSOE. Que, además de la de Alejandro Luzón, accedió a meter en el listado a otros dos fiscales de la Fiscalía Europea a petición de Junts: Ignacio de Lucas, que investiga las presuntas irregularidades en los contratos firmados en la pandemia por los gobiernos de Baleares y Canarias; y Codruta Kovesi, la fiscal jefe.

El fiscal general del Estado envió una carta al presidente de la comisión de investigación, Alejandro Soler, pidiéndole que reconsiderara la citación de Luzón. Para no crearse más problemas con jueces, fiscales y abogados de los que ya tiene, el ministro Félix Bolaños reaccionó rápidamente y desautorizó al grupo parlamentario socialista. «No tiene ningún sentido que jueces y magistrados vayan a declarar a comisiones de investigación sobre causas que están conociendo y creo que el mismo principio es aplicable a los fiscales», avisó este miércoles por la mañana. El grupo parlamentario socialista captó la orden y dio marcha atrás. Ninguno de los tres será llamado a declarar.

En lo que respecta al repentino rechazo de los socialistas a Bildu, este miércoles siguió el rosario de ministros del Gobierno y cargos del PSOE afeando a su candidato su «cobardía». Incluido el ministro de Transportes, Óscar Puente, que cuando el PSOE entregó Pamplona a los abertzales hace cuatro meses hablaba así: «En pocos días habrá otra alcaldía progresista en España y una menos en manos de la derecha. Por eso le digo que no tengo ningún problema, ninguno, en que un partido democrático progresista de este país se haga con la alcaldía de una capital de provincia de España». Ayer, por el contrario, Puente se declaró «decepcionado» con Bildu por no mostrar la «madurez democrática» que los socialistas le reclamaban.

Entre declaración y declaración, Alberto Núñez Feijóo retó este miércoles a Pedro Sánchez a que él y los suyos pasen de las palabras a los hechos y firmen ante notario que no volverán a pactar con Bildu hasta que no condene los asesinatos de ETA.

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