Fundado en 1910

Jorge Múgica, nieto de Fernando Múgica, el dirigente socialista asesinado por ETA en 1996Alfonso Úcar

II Congreso de Víctimas del Terrorismo

Jorge Múgica: «La memoria es fundamental, pero se tiene que sustentar en algo; hace falta pedagogía»

El nieto del dirigente socialista asesinado por ETA considera que es su obligación moral contar la realidad de lo que ocurrió, especialmente a las generaciones más jóvenes que hoy apenas conocen esa parte dolorosa de nuestra historia más reciente

Era 6 de febrero de 1996 cuando miembros de la banda terrorista ETA –entre ellos, el que es considerado uno de los etarras más sanguinarios, Francisco Javier García Gaztelu 'Txapote'– asesinaron con un tiro en la nuca al abogado y político socialista Fernando Múgica cuando caminaba por una calle de San Sebastián, su ciudad natal, tras un largo tiempo de amenazas y extorsión, que continuaron contra su familia después del asesinato.

Su nieto Jorge Múgica fue uno de los ponentes que participaron en el segundo Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo que organizó este jueves la Fundación Universitaria San Pablo CEU en colaboración con la Comunidad de Madrid y que reunió a víctimas del terrorismo para conocer su testimonio de primera mano y a expertos y autoridades para abordar los desafíos a los que asiste nuestro mundo hoy en la lucha contra esta lacra.

Para Múgica, que tenía cuatro meses cuando ETA acabó con la vida de su abuelo, participar en un congreso como este es «por un lado, un privilegio y, por otro, una obligación moral», explica a El Debate. Privilegio por el hecho de que hayan contado con él para un evento del CEU, «que siempre está muy comprometido», que ha reunido a tantas personalidades, y obligación porque en su caso, afirma, es su bandera.

«Yo utilizo la expresión de esparcir la palabra. Creo que es fundamental en un tiempo de ignorancia, en muchas ocasiones malintencionada y en otras simplemente involuntaria, porque no se conoce lo que pasó hasta hace 15 años, ni se conoce la realidad actual siquiera del País Vasco. Es mi obligación contar, sobre todo a las generaciones de mi quinta, la realidad», subraya.

El pasado fin de semana, los resultados de las elecciones del País Vasco no por previsibles dejaron de ser un duro golpe no solo para las víctimas y sus familiares, sino para la España defensora de la libertad y la democracia, que asiste con incredulidad al fuerte ascenso de los herederos políticos de ETA, tras años de blanqueamiento en las instituciones y especialmente por parte del Gobierno, que lo incluye en el conglomerado de partidos que se afana en calificar de «mayoría progresista».

La lectura que hace Múgica de los resultados de estos comicios «es todos los adjetivos calificativos que te puedas imaginar». «Es terrible, genera una desesperanza brutal», señala, aunque también «absolutamente predecible», de hecho pensaba que EH Bildu casi lograría la mayoría absoluta. «Es terrible que las juventudes –porque mucho voto de Bildu es voto joven– voten a un partido que son nada más y nada menos que los legatarios del terrorismo», lamenta, y recuerda que Bildu es una congregación de partidos en uno de los cuales está David Pla, el exmiembro de ETA que salió encapuchado a anunciar el cese de la banda terrorista en 2011, y que su coordinador general, Arnaldo Otegi, secuestró a un empresario, y ahora se investiga su presunta relación con un asesinato.

En este contexto, ¿qué papel juega la educación? Para Múgica, es clave. «Yo creo que durante mucho tiempo se ha hablado de la memoria, que es fundamental, y es, evidentemente un pilar principal, pero la memoria se tiene que sustentar sobre algo. En mi generación –tengo ahora 28 años– no puede haber memoria porque apenas hay conocimiento», explica: «pedagogía y memoria».