Así perdió los papeles María Jesús Montero, una vicepresidenta exaltada a las puertas de Ferraz
La adulación a Pedro Sánchez hace que sus dirigentes nacionales rompan las líneas de la moderación que venían observando hasta ahora la mayoría de los políticos españoles
La imágenes más comentadas del fin de semana siguen siendo las de una exaltada vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a las puertas de la sede del nacional del PSOE tras el Comité Federal de su partido. Con un comportamiento impropio de una dirigente que ocupa una alta responsabilidad pública, Montero se acercó a la gente para darse un baño de masas que fue captado por todas las cámaras y sigue llamando la atención por su gesticulación y emotividad desmedida. Y todo para mostrar el máximo fervor en su apoyo al presidente del Gobierno con el fin de que el próximo lunes no presente su dimisión.
«¡Pedro, quédate!», imploró una y otra vez Montero, la primera en intervenir desde la sala Ramón Rubial ante los principales dirigentes del PSOE: ministros, presidentes autonómicos y secretarios generales autonómicos entre ellos. En la calle, las personas llegadas desde distintos puntos de España, en una movilización de última hora que pinchó en asistencia, coreaban consignas a favor del presidente: «No estás solo», «basta ya», y gritaban en contra de la «campaña de acoso y derribo» en su contra que denunció el propio Sánchez en su carta a la ciudadanía.
La adulación al líder ha suscitado una suerte de competición entre los dirigentes socialistas por ver quién pronuncia la mayor loa. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha optado por la chabacanería para ensalzar a Sánchez como «el puto amo». También ha señalado que cree «firmemente», que Núñez Feijóo «está detrás» de la estrategia de «socavar la vida personal» de Sánchez.