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Bieito Rubido, director de El Debate

Bieito Rubido, director de El Debate

La Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias apoya a Bieito Rubido ante los ataques del PSOE

Critica a su vez los insultos del ministro Óscar Puente al director de El Debate y señala: «Es inaceptable que desde el Gobierno y su partido se pretenda meter en el mismo saco a todos aquellos que no están de acuerdo con su proceder»

La Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA, por sus siglas en inglés) ha enviado una carta al director de El Debate, Bieito Rubido, en la que le muestra su «apoyo y afecto» tras los ataques recibidos por parte del PSOE.

En las últimas horas, el partido principal que sustenta el Gobierno de España ha señalado en sus redes sociales al director de El Debate por un comentario realizado en una tertulia. A ese primer mensaje le siguió después otro del ministro de Transportes, Óscar Puente, en el que insultaba a Bieito Rubido refiriéndose a él con los términos «carcundia» y «fascismo puro», entre otros.

En las últimas horas, el PSOE ha anunciado incluso, a través de un grupo de WhatsApp donde están los periodistas que habitualmente siguen la información del partido, que estudian acciones legales contra el director.

A pesar de toda esta presión, desde la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias han mostrado su apoyo a Bieito Rubido y han condenado estos ataques: «Es inaceptable que desde el Gobierno y su partido se pretenda meter en el mismo saco a todos aquellos que no están de acuerdo con su proceder», denuncian en la misiva, firmada por Martha Ramos, presidenta de la WEF (Asociación Mundial de Directores) así como Fernando Yarza y Vicent Peyrègne, presidente y CEO, respectivamente, de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias.

A continuación, reproducimos el contenido íntegro de la carta:

Estimado Sr. Rubido:

​A los periodistas y empresarios de la comunicación de todo el mundo, incluyendo los 18.000 de 109 países agrupados en la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) nos corresponde un trabajo fundamental para la sociedad: publicar lo que sabemos que es cierto y no publicar lo que sabemos que no es cierto. Esa es la línea, muchas veces difusa, que separa la información de la manipulación, la opinión de la propaganda, el análisis de la calumnia, la verdad de la mentira.

​Lo dijo el filósofo y matemático lord Bertrand Russell al final de su vida: «Atente a los hechos, pregúntate cuál es la verdad que se deriva de estos hechos. Nunca te dejes arrastrar por lo que te gustaría creer o por lo que piensas que te beneficiaría si los demás lo creyesen». Ahí está todo. En el respeto a los hechos, a lo que sucedió y no a lo que preferiríamos que hubiese sucedido, está la clave de bóveda de nuestro oficio, que es informar. No mentir.

​Por esa razón nos parece positivo que, en España, se haya producido un movimiento social que reclama una mayor limpieza y honestidad en las informaciones que constantemente se difunden. Eso no puede ser sino saludable. No todo el que tiene un blog o una página web, algo que está al alcance de cualquiera, es periodista. No todo lo que se publica en redes sociales es cierto, ni digno, ni siquiera creíble. Quien pone sus publicaciones al servicio exclusivo de un partido o de una ideología no está informando sino manipulando a sus posibles lectores o espectadores. Porque se aleja deliberada, interesadamente de los hechos. Y eso es mentir.

Pero la tentación totalitaria es común a todo poder. No hay nada más fácil, ni más frecuente, ni más abyecto, que esconder intenciones inquisitoriales detrás de una idea inicialmente honesta, como es procurar que la información que recibimos sea veras y fiable. En los últimos días, algunos ministros del Gobierno particularmente lenguaraces, portavoces del partido que sostiene a ese Gobierno y medios afines a él están cayendo precisamente en lo que dicen que tratan de evitar. Han desenvainado el dedo acusador y están señalando como mentirosos, manipuladores, «matones de la derecha», «fascistas», «carcundia» a muchos informadores que, legítimamente, no están de acuerdo con lo que el Gobierno hace o dice, y corren el riesgo –porque se está convirtiendo en un riesgo– de decirlo. Es el caso del director del diario digital El Debate, Bieito Rubido, a quien queremos trasladar todo nuestro apoyo y afecto. Pero no es más que un ejemplo. Hay más casos.

Desde la WAN-IFRA y la Asociación Mundial de Directores WEF y el consonancia con la Declaración de Santiago +30 sobre la Libertad de Prensa, firmada por numerosas asociaciones de periodistas de todo el mundo que reclaman proteger a periodistas de medios de comunicación de amenazas, ataques y violencia, tenemos la obligación de de denunciar lo que no es más que el viejo acoso del poder a los medios de comunicación disfrazado, al menos esta vez, con la noble intención de desacreditar a quienes difunden bulos. Es inaceptable que desde el Gobierno y su partido se pretenda meter en el mismo saco a todos aquellos que no están de acuerdo con su proceder.

​Y mucho menos en nombre, precisamente, de la libertad de prensa y de la dignidad de los medios de comunicación o de la regeneración. Este es un buen momento para recordar lo que dijo la Corte Suprema de EE UU en 1971, cuando muchos periódicos, entre ellos el Washington Post y el New York Times, publicaron informaciones secretas que demostraban con toda claridad las mentiras del Gobierno, y este pretendió procesar a los periodistas: «La libertad de prensa está para proteger a los gobernados. No a los gobernantes».

​Aprendamos de los errores del pasado. O lo hacemos, o los repetiremos.

​En París, a 29 de abril de 2024.

Martha Ramos, presidenta de la WEF.

Fernando de Yarza, presidente de WAN-IFRA.

​Vincent Peyrègne, CEO de WAN-IFRA.
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