Cándido Conde-Pumpido hijo protagoniza un incidente ​a las puertas de Telecinco y tiene que acudir una ambulancia

Eran las cinco y media esta mañana cuando Cándido Conde-Pumpido, hijo del Presidente del Tribunal Constitucional, se ha presentado en las puertas de Telecinco. A las personas que le han atendido en un primer momento les ha dado la sensación de que el abogado iba bebido y drogado. Quizá con un brote obsesivo.

La excusa que ha puesto es que había quedado conmigo y que le iba a entrevistar. Era mentira. De hecho, cuando he llegado a las instalaciones le he reprochado que no teníamos ninguna cita. Él ha admitido que era falso, pero que quería acceder a una hoja de reclamaciones. Su discurso era incoherente y poco elaborado.

Regresando a la madrugada, los servicios de seguridad, al ver el estado del abogado, han tratado de tranquilizarle. Siempre con un trato exquisito. Conde-Pumpido ha llegado a las instalaciones en su propio vehículo. La Policía Local al llegar ha visto mal aparcado el vehículo y se lo ha llevado en una grúa.

Aunque no estaba al volante, le han hecho pruebas de alcohol y drogas. Lo que se ha comentado en ese momento es que ha dado positivo. Aunque le han invitado a irse, no ha querido hacerlo. A las 8:23 de la mañana me ha llamado por teléfono. No he visto la llamada hasta después.

Una hora después, al llegar a las instalaciones de Mediaset he visto un coche de Policía Nacional y a varios agentes. El hijo del Presidente del Constitucional no me ha dado la apariencia de ir ni bebido ni drogado, pero sí me ha parecido que parecía obsesionado, como con una fijación.

Me ha llamado la atención lo delgado que estaba, iba en camiseta y vaqueros negros. He tratado de hacerle reflexionar, pero ha sido imposible. Cree que existe una campaña de persecución contra él desde hace dos años y medio y que todo el mundo le pone la zancadilla.

En ese momento había alguien de su entorno que ha acudido cuando se ha reclamado ayuda de sus familiares y amigos. Una persona cercana le ha intentado hacer reflexionar, pero tampoco lo ha logrado. Incapacitar a una persona en este país es muy complicado a pesar de que es obvio que Cándido Conde-Pumpido necesita ayuda médica urgente.

En ningún momento el abogado se ha puesto violento, simplemente discutía con todo el que le quería hacer pensar. Incluso los policías han demostrado una gran dosis de paciencia. Finalmente solo ha habido una forma de sacarlo de las instalaciones. Aunque han tardado, ha llegado una ambulancia, le han proporcionado un tranquilizante y se lo han llevado. La intención era ingresarlo en el área de psiquiatría de algún hospital. Cándido Conde-Pumpido tiene una gran verborrea: acabará convenciendo al especialista para que le de alta y vuelta a empezar.