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17 de mayo de 2024

Conde-Pumpido hijo y la mujer que lo ha denunciado

Conde-Pumpido hijo y la mujer que lo ha denunciado

La última mujer que ha denunciado a Cándido Conde-Pumpido hijo: «Puso música demoniaca y empezó a reír»

Vivian es brasileña y, según cuenta, durante tres años mantuvo una relación de pareja con el hijo del Presidente del Tribunal Constitucional

En el entorno de Cándido Conde-Pumpido Varela aseguran que en la nueva denuncia que hay contra él la víctima sólo asegura que le amenazó de muerte. Que en el papel sólo está escrito que le dijo que la iba a matar. De hecho en una nota de voz a la que ha tenido acceso este periódico se escucha a la mujer decir textualmente: «Tío, lo he leído en tus labios (se entiende que la amenaza). Tú has gritado, tu cara de demonio. ¿Para qué matarme? ¿Para qué matarte en la carretera? Déjate de historias y punto y final. Yo he aguanto demasiado. Me has liberado tío, gracias».
El mensaje parece en algunos aspectos críptico, pero se comprende cuando esta mujer de origen brasileño explica qué le sucedió aquel día. Pero antes, ella misma nos pone en antecedentes: «Me llamo Vivian. Soy abogada, soy arquitecta, soy fotógrafa, tengo tres títulos universitarios. Hablo idiomas y una capacidad mental muy fuerte. Soy la exnovia de Cándido. Tuvimos una relación de tres años".
Se separaron hace un año aproximadamente: «Ahora teníamos una amistad. Una relación de familia, donde siempre que podamos estamos apoyándonos. Le conocí a finales de 2020. Él estaba separación de su mujer y empezamos una relación ahí. Hemos vivido juntos dos años en su casa, en mi casa. Y tuve una relación estable hasta el momento donde a mí no me pareció muy agradable». Ese es el contexto de la relación. Es a partir de ahí que comienza a hablar de lo que le ocurrió la pasada semana.
Nos situamos, miércoles 24 de abril. «Ese día por la tarde me llama para ir a mi casa a comprarme unos cuadros que me había encargado. Soy pintora también. De repente, una amiga de Ávila dijo que iba a visitarme. Avisé a Cándido de que cuando ella llegase, debería irse, quería estar con ella y hablar. Él acepta. Pero se duerme en el salón y cuando ella llega, él sigue ahí dormido. Lo dejo, no pasa nada. Mi amiga y yo estuvimos charlando, hablando y de fiesta hasta el momento que ella necesitaba regresar a Ávila».
Es cuando se despierta Cándido y se ofrece a llevarla. La joven acepta y los tres se montan en su coche. «La llevamos. Llegamos a Ávila, dejamos a la chica ahí y a la vuelta para una gasolinera. Tiene un Tesla que tenemos que cargar. Y entonces sin que hubiera ningún tipo de pelea la cosa empieza a cambiar. Yo le decía que estaba mareada, le decía: «Cariño, vamos a casa. Llévame a casa porque quiero dormir y no quiero comer». Él me dijo que comiese algo pero que me bajase del coche. Hacía frío. Yo decía: «No, no voy a bajarme».
Con el coche cargado emprendieron la marcha de regreso a Madrid. «Empezó a poner una música como demoníaca (muy alta), y empezó a acelerar muy rápido el coche como si fuéramos chocar . Yo le pedía por favor que parase, que nos íbamos a matar. Comenzó a reír. Yo fui a tocar para bajar el volumen de la música. Me detuvo la mano. Puso el coche en piloto automático y coge un cable del teléfono y me hacia así (hace un gesto que ella interpreta como que va a estrangularla)».
Vivian asegura que en ese momento comienza a llorar y rezar, las dos cosas. «Yo le decía: «Por favor, para el coche, Para el coche!». Obedeció y se apartó al borde de la carretera. Me dijo que estábamos a tres kilómetros de distancia de Madrid. Consigo abrir la puerta y le digo que me marcho. Él me respondió: «Márchate, si no, te mato».
Son las 05:00 de la madrugada del jueves 25 de abril. «Creo que es mejor que parase y bajase porque pudo haber pasado algo muy grave». Empezó a caminar por el arcén dirección Madrid, hasta que a las 8.00 de la mañana se encontró con personal de mantenimiento de la autovía. Son ellos los que llaman a la Guardia Civil. «Me llevaron y presenté la denuncia. No me ha pegado, pero me ha amenazado de muerte, entré en pánico y me abandonó en la carretera a tres grados de temperatura, sola, sin dinero».
La mujer asegura que está en shock: «Estoy aterrorizada desde entonces. No entiendo el motivo de lo que sucedió. No salgo de mi casa. No sé qué puede pasar. No sé nada. Yo quiero paz en mi vida. Nada más. Solo tranquilidad».
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