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El expresidente de la Generalitat de Catalunya y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont,Europa Press

Elecciones catalanas

Puigdemont aspira a la investidura bajo amenaza de ser detenido aunque se apruebe la amnistía

El líder de Junts y candidato de la formación a las eleccions catalanas de este domingo sólo contempla regresar a España para volver a ser president de la Generalitat

carles Puigdemont se enfrenta a las urnas, este próximo domingo, con un único objetivo: repetir como líder del independentismo en Cataluña y hacerlo al frente de la Generalitat, reelegido presidente como antes de fugarse, escondido de noche en un maletero, en 2018. Sin embargo, aunque el resultado de las urnas sea incluso mejor que las previsiones, y su investidura fuese posible, con el permiso y la connivencia del PSC de Salvador Illa, su regreso a España de forma impune e inmediata está fuera del alcance, tanto de Junts como del Gobierno. Incluso aunque la Ley de Amnistía complete su periplo parlamentario y sea aprobada en el Congreso, antes de la fecha de investidura, Puigdemont no podrá volver con la certeza de que no será detenido.

Cabe recordar que los delitos de terrorismo y posible traición –ambos de naturaleza transacional, que pesan sobre él en las causa de Tsunami Democràtic y el caso Voloh–; los flecos que condicionan la aplicación directa de la norma, que será recurrida prejudicialmente a Europa por el Supremo quedando en suspenso; y, la orden de búsqueda y captura nacional que todavía continúa vigente, empañan las aspiraciones más directas de Puigdemont.

En este último caso, son varias las voces que ponen en duda que el prófugo pudiese acceder de nuevo a un escaño en la Eurocámara sin cumplir con el trámite de acatamiento constitucional ante la Junta Electoral Central (JEC), que ya se saltó el separatista en la ocasión anterior. Pese a que la amnistía esté aprobada para entonces, la suspensión de los efectos de la misma podría extenderse, también, a las medidas provisionales como la orden de detención si pisa suelo español, previa cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

No en vano, él mismo –que no ha podido competir en campaña electoral con el resto de candidatos en los diferentes debates programados, por temor a los grilletes– aseguraba este martes que en sus cálculos entra la posibilidad de ser detenido cuando regrese a Cataluña para asistir, entonces sí, al debate de investidura en el Parlament. También aseguró que se trata de un escenario con «muy poco recorrido» por la inminente entrada en vigor de la Amnistía, en las próximas semanas.

Sin embargo, largo lo fía el líder de Junts y prófugo de la Justicia española porque, si bien es cierto que una vez que la norma de borrado penal del procés esté publicada en el BOE, los jueces tendrán dos meses para aplicar de manera «urgente» según el texto de la ley, la cuestión previa al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) tendrá efectos suspensivos, también, sobre esa cláusula. Es decir, los jueces españoles, sobre un detenido en suelo español, podrían, sobre el papel, decretar medidas cautelares privativas de libertad contra él, hasta que se resuelva el proceso comunitario que, en cualquier caso, no será inferior a un año.

Así las cosas, Puigdemont se asoma a una disyuntiva: volver a Cataluña para ser investido y detenido –quizás no por ese mismo orden– o renunciar a la última oportunidad que tiene de regresar con la misma condición, o al menos probabilidad de adquirirla, con la que se fue. En el primero de los casos, si acepta recoger su acta como diputado del Parlament, perderá automáticamente su condición de eurodiputado y por lo tanto, la inmunidad que ya le fue retirada (aunque pendiente de resolver su último recurso sobre la cuestión) y, con ello, su aforamiento ante el Supremo.

Además, el Tribunal Constitucional ya suspendió en 2018 la investidura de Puigdemont, en respuesta a un recurso del propio líder de Junts, si no cumplía con el trámite presencial de recoger su acta como representate electo. Una exigencia idéntica a la que pesa sobre cualquier investidura que será nula si el candidato no estuviese personalmente ante la Cámara en la fecha de la misma. Por lo que, si Puigdemont quiere ser fotografiado como presidente de Cataluña, siempre que gane las elecciones o reúna los votos suficientes para exigírselo al candidato del PSC, Salvador Illa, tendrá que hacerlo asumiendo el riesgo de que sea con unas esposas puestas.