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Desarticulada una organización criminal dedicada a estafar a personas de edad con el timo del “tocomocho”

Desarticulada una organización criminal dedicada a estafar a personas de edad con el timo del «tocomocho»@policia

Someten químicamente a una mujer de 80 años y la llevan al banco para vaciarle la cuenta

La cajera que la atendió en la sucursal no se fijó en sus ojos llorosos ni en su aspecto y le dio 3.000 euros

El relato de María del Carmen produce una enorme tristeza. Tiene 80 años y además está enferma. Relata así una de las peores experiencias de su vida: «El viernes 12 de enero de 2024 sobre las 12.00h fui a salir de mi portal en Madrid cuando me abordan dos personas, un hombre y una mujer en la puerta». Inician una conversación con ella. La pobre mujer, todo amabilidad, responde con educación hasta que ellos la empujan al interior del portal.

«Me acorralan entre los dos y cierran la puerta. Me pongo muy nerviosa y empiezo a gritar: «Déjenme que me quiero ir a comprar». Pero ellos siguen acorralándome. Me pongo nerviosa presintiendo que van a hacerme algo: «Por favor, por favor», grito. Ellos me dicen: «No te pongas así que no te hemos hecho nada».

Ella insiste en que se quiere ir, pero ellos la sujetan. María del Carmen llora de la impotencia. «No llores mujer», le dice su asaltante y le da un kleenex para que se seque las lágrimas. En ese momento, los investigadores creen que es sometida químicamente con algún producto. Ella nota que sus ideas dejan de ser coherentes y ágiles.

«La asaltante me dice que mire el móvil y me enseña una foto de mi hija, diciendo que la tienen en su lugar de trabajo, y que si no les doy 3.000 euros, les va a pasar algo. Después oigo su voz diciendo: «Mamá dáselo, mamá dáselo».

«Empiezo a llorar y les digo a todo que sí. A continuación me meten en un coche negro diciéndome que vamos a ir a un banco. La chica se sienta atrás conmigo y el chico conduce. Ella no para de hablar y hablar. Estoy mareada y empiezo a llorar. Ellos dan vueltas y vueltas con el coche. La mujer me coge el bolso y estudia la documentación. Así sabe que tengo una cuenta en el BBVA».

La llevan a una sucursal que no es la suya. «El chico me dice que entre y saque 3.000 euros. Me explica que si me preguntan que diga que es una urgencia para un hijo. Entro en el banco, veo mucha gente esperando. Vuelvo a salir. El chico se dirige hacia mí, y le digo que hay mucha gente».

Ella no puede dejar de obedecer. Está sometida químicamente. «El mi dice que vuelva a entrar, que no tiene prisa y que saque lo que pueda. Vuelvo y cuando llega mi turno le digo a la cajera lo que me han dicho. La cajera me da el dinero en un sobre: 3.000 euros (el máximo permitido). Salgo y me meten en el coche continuando, dando vueltas y sin parar de hablar».

«Luego no me acuerdo de casi nada, hasta que me bajan del coche. No recuerdo cómo volví a casa. Preguntaba a gente que como podía volver, en realidad, no sé como volví. Estaba llorando, mareada y me temblaba el cuerpo. Cuando llegué sobre las 18.00h me fui a casa de mi hija. Vomitaba, lloraba y contaba cosas sin sentido. Al llegar, entre mi yerno y yo, anulamos la tarjeta. Durante el tiempo que no recuerdo dónde estaba, ellos sacaron por cajero tres cantidades de 1.000 euros, en la sucursal de Alcorcón y gastaron otros 5.500 euros de compras».

Deciden acudir a denunciarlo y a un hospital. En el centro médico le hacen unos análisis y concluyen que ha sido sometida a sumisión química y da positivo en benzodiazepinas. También acuden al banco, pero según denuncian: «No nos hacen ni caso».

Hace unos días María del Carmen se llevó una alegría. La Policía Nacional detuvo a doce personas que se dedicaban al timo del tocomocho con personas mayores. Con argucias les sometían químicamente y anulaban su voluntad. Entre ellos están las dos personas que abordaron a la pobre mujer en su portal. Ahora espera que se haga justicia y le devuelvan el dinero que le robaron. El susto y el mal trago se lo queda para ella.

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