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Pedro Sánchez y Olaf Scholz, durante un mitin

Pedro Sánchez y Olaf Scholz, durante un mitinEFE

Sánchez será uno de los negociadores para renovar a los altos cargos de la UE

España estaría en condiciones de reclamar uno de los cargos, teniendo en cuenta el poder que tienen el PP y el PSOE dentro de sus partidos europeos

Tras las elecciones, lo importante en Bruselas es quién ocupará cada puesto durante los próximos cinco años. Más ahora todavía que nunca, el ir y venir en los pasillos es el atractivo de la política europea y los focos se van a centrar en España, ya que uno de los que llevará la voz de las negociaciones será Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno ha sido el elegido por los socialistas europeos para encargarse de las conversaciones junto al canciller alemán Olaf Scholz. El PSOE es el partido que más diputados ha aportado al grupo de los socialdemócratas, por lo que era previsible que Sánchez tuviera un papel clave, y Scholz jugará la carta de la importancia de Alemania en el mapa comunitario.

Desde el primer momento, el grupo europeo ha dejado clara su intención de negociar «con todas las fuerzas salvo con la extrema derecha», por lo que piden a gritos una nueva alianza con el Partido Popular Europeo y los liberales para renovar el mandato de Von der Leyen.

Por parte de los populares, quienes se encargarán de las negociaciones serán el primer ministro polaco Donald Tusk y el griego, Kyriakos Mitsotakis. Comenzarán a hablar los próximos días y las conversaciones se intensificarán a partir del próximo lunes, durante la cena informal que mantendrán todos los líderes de Estado de la Unión.

El objetivo es encontrar cuanto antes cuatro nombres que marquen la hoja de ruta de la Unión Europea para los próximos cinco años. En función al resultado de las urnas, y también a la fuerza que tiene cada uno de los Estados, tienen que elegir al presidente del Parlamento Europeo, al presidente de la Comisión Europea, al presidente del Consejo Europeo y al Alto Representante para política exterior.

Con los resultados en la mano, Sánchez tiene capacidad de negociar un alto puesto para España. Dentro de los socialistas europeos, el suyo es el más votado y entre los populares, el de Feijóo es el segundo con mayor representantes, así que tienen peso suficiente como para reclamar lo que les corresponde. Podría repetir así lo que ocurriera hace cinco años cuando nombraron a Josep Borrell como responsable de la diplomacia europea, pero la carta con la que quiere jugar el presidente del Gobierno es la de Teresa Ribera, que no encajaría en ninguna de las opciones.

Es probable que Meloni pida un alto puesto para Italia, dado su gran resultado en las urnas, y que los populares reclamen la reelección de Von der Leyen, por lo que Alemania estaría cubierta. También podría entrar en juego Macron, que se hundió en los comicios pero puede ser un salvavidas para la «gran coalición» de populares, socialistas y liberales.

En cualquier caso, la partida de ajedrez en Bruselas acaba de empezar y el mes de junio será largo. Por medio hay una reunión del G7 y dos encuentros de los líderes de la Unión en los que se podrá empezará a dilucidar el escenario que tendremos los próximos años.

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