Vox ve a Alvise como «un rival político más», pero avisa que desmentirá sus «informaciones falsas»

Alvise Pérez se ha lanzado esta semana al ataque de Vox y de su presidente, Santiago Abascal, que han sido los protagonistas de varios mensajes difundidos por el líder de Se acabó la fiesta (SALF) a través de su canal de Telegram en los últimos días, que Vox ha salido a desmentir en sus redes sociales.

En concreto, Alvise acusó a la formación de dar sobresueldos a la dirección y aumentar los sueldos de esta -Abascal recalcó el viernes, tras la Asamblea General del partido, que los salarios están congelados-, así como de «posicionarse» con la fiscalía y Begoña Gómez en el caso abierto sobre la presunta corrupción de la mujer del presidente del Gobierno, y a Abascal, de tener un sueldo vitalicio de la Fundación Disenso -algo que también ha desmentido la propia fundación-.

«A ver, Alvise; ahora que te has metido en política y que representas a 800.000 personas, deberías dejar de mentir. Ni Santiago Abascal tiene ni ha tenido ni tendrá un sueldo, ni vitalicio ni puntual, en Disenso. Ni Vox reparte sobresueldos. Vox paga nóminas, con impuestos y cotizaciones», contestó el partido de Abascal tras el cuestionamiento de sus cuentas en un primer mensaje, al que le siguieron otros alertando sobre sus «bulos».

Se trataba del primer rifirrafe público entre ambos, después de que Vox le diera la bienvenida al Parlamento Europeo tras su irrupción con tres escaños en las elecciones del 9 de junio. Aquella misma noche electoral, como trasladaron desde la formación, sus equipos de comunicación intercambiaron mensajes para felicitarle por su entrada en la Eurocámara.

Desde Vox, sin embargo, señalan que no ha habido cambio de actitud respecto a él y que el hecho de que el 9-J le dieran la enhorabuena tras sus resultados no quiere decir que cuando este haga pública una información que sea falsa no vayan a desmentirlo, como hacen con los otros partidos.

Su irrupción en el panorama político, y al haberlo hecho sumando casi 800.000 votos, llevó a preguntarse de dónde proceden esos apoyos, si fueron de la abstención o si pudieron ser a costa de Vox, máxime cuando lo sitúan a la derecha del partido de Abascal. Empezando por el propio Sánchez, que ha incidido estas semanas en la idea de la derecha de «tres cabezas», en alusión al PP, a Vox y a la agrupación de Alvise.

No obstante, fuentes de Vox trasladan que es «otro rival político más», como lo es el PP, y que no les preocupa más que otro. Señalan, en este sentido, que no van a caer en usar el argumento de los populares, que vendría a ser, como les recriminan, atribuirse sus votos, al considerar que los votos son de los ciudadanos. Algo en lo que ha insistido Vox es en que su electorado no pertenece al PP, aunque buena parte pueda venir de él.

Ya el día siguiente a las elecciones europeas, y preguntado acerca de si consideraba que la aparición de Alvise había podido frenar la posibilidad de que Vox subiera uno o dos escaños más, Jorge Buxadé, cabeza de lista, remarcó que «los partidos no son propietarios de los votos» y que ese apoyo recibido por Se acabó la fiesta respondía a un «hartazgo» que ellos compartían.

En Bambú subrayan además que Alvise moviliza a un electorado que Vox no moviliza, y que en todo caso han crecido a la par, puesto que si bien ha irrumpido este nuevo partido, Vox no ha perdido votos, sino que ha crecido en las europeas tres puntos porcentuales sumando tres escaños más respecto a los que tuvo en 2019. Remarcan, en este sentido, que sus votantes ven «coherencia» y que su éxito radica en no haber «renunciado» a ninguno de sus principios.

De cara a futuras elecciones generales, Alvise ya figura en algunas encuestas ante unas posibles elecciones generales en otoño, coincidiendo con las catalanas. El CIS le incluía por primera vez, con un 1,5 %, por detrás de ERC y Junts; y la encuesta de Target Point que publicaba El Debate este domingo le otorgaba un 3,8 %, entre 3 y 4 escaños.