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Un grupo de vecinos, testigos de un tiroteo en Ciudad Real

EFE

Cuando los vecinos deciden dormir con un bate o una escopeta bajo la almohada por la oleada de robos

En Cieza, Murcia, los vecinos andan desesperados: no hay apenas patrullas de policía y a ellos no dejan de robarles día tras día

Oleada de robos en Cieza, en Murcia. Los vecinos están desesperados. Exigen más seguridad porque se sienten abandonados e inseguros. En los últimos dos meses han sufrido más de 20 robos. En un solo golpe se llevaron 20.000 en joyas y 4.000 euros en dinero. Pero es que también se tienen la costumbre de reventar la casa y sustraer la nevera, el micro y la lavadora. A uno de los vecinos le robaron el camión y le pidieron 7.000 euros para recuperarlo.

«Han entrado a robar en las dos viviendas que tengo. Una mía y otra de mi hija», cuenta María del Mar. «En la de mi hija arrancaron la verja y se colaron por la ventana. En la mía usaron el método que utilizan con todos los vecinos: cortaron la valla perimetral y dentro de la parcela fueron a la casa y reventaron la puerta». Y eso que tenían perros para proteger la parcela. «Tengo tres, a una grande la metieron en la perrera, a otra lo mismo para que no armara escándalo y a la tercera la lisiaron. Entraron y se lo llevaron todo: joyas bastantes, dinero también, el destrozo de la casa y el coche se lo llevaron».

La suerte es que lo tenía geolocalizado. «El coche lo encontraron en Jumilla. Puedo dormir por las noches, no voy a dejar que me echen de mi casa. Tengo miedo cuando estoy sola», explica María del Mar. Sin embargo toma sus medidas de protección. «Duermo con un bate de beisbol al lado. Y si entran, al primero que entre le arreo en la cabeza con el bate. Luego si tengo que ir a algún lado pues me iré (se refiere a la cárcel)».

Lo reconoce sin complejos a pesar de las potenciales consecuencias: «Es casi seguro que tal y como están las leyes hechas en España, me siento en un banquillo. Al que roba no le pasa nada: le detienen y le dejan suelto a las pocas horas. Si tú le das al ladrón, ya sea por miedo o para salvar tu vida vas pa' dentro. Y no olvidemos que es el ladrón el que ha venido a mi casa con malas intenciones».

Visitación está aterrorizada. Toma medicación para calmar los nervios. Le han intentado entrar en casa dos veces con ella dentro. Exige a los políticos que les protejan y les dan seguridad para poder dormir tranquilos, pero como no lo logran, toman sus medidas de protección personal. «Yo tengo una escopeta. No tengo licencia, pero para la que tengo no es necesario. ¡Qué necesidad tengo yo de verme en la tesitura de tener que dispararle a alguien!», exclama desesperada y con lágrimas en los ojos.

«Yo soy muy pacífica. Soy incapaz de hacerle daño a nadie, pero quiero defenderme. Me da igual ir a la cárcel, pero el peso de la conciencia y de la culpa me va a perseguir siempre. Las leyes no están hechas para la gente de bien, están hechas para los sinvergüenzas, los ladrones y los estafadores», insiste Visitación.

La mujer es muy crítica con la clase política: se entiende que con las últimas decisiones como, por ejemplo, las sentencias exculpatorias de los ERE del Constitucional y la amnistía. «Estamos cansados de ver en la tele las noticias. Políticos que han desfalcado, han despilfarrado nuestro dinero y ahora van a la calle porque lo dicen ellos o el que manda fabrica una ley para que salgan impunes, salvar a los suyos. Pero los ciudadanos si nos defendemos para salvar nuestra vida, a la cárcel».

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