Las fugas de presos durante los traslados se han duplicado desde 2012 «y no tiene visos de mejorar»

Días atrás, El Debate informaba de la enorme diferencia que se da en el número de fugas de presos que se registran entre las que se producen en los centros penitenciarios y los que tienen lugar en el traslado al hospital, a los juzgados o a otro centro.

Hasta cinco veces más presos se escapan en los traslados de los que lo consiguen desde la misma cárcel. Las evasiones producidas durante los traslados se han duplicado entre 2012 y 2023. Y esto se debe principalmente a que el intento de fuga (no confundir con las fugas consumadas) en los centros penitenciarios se han reducido nada menos que un 42 % en 2023 respecto a 2021, mientras que las tentativas durante los traslados se han triplicado en 2022 y 2023 en comparación con 2021, y las producidas en hospitales han ido creciendo progresivamente hasta incrementarse un 125 % en 2023 respecto a 2019, según los datos ofrecidos por Instituciones Penitenciarias.

«Los medios y el personal son insuficientes, las instalaciones deficientes y los protocolos inadecuados, por lo que no tiene visos de cambiar», afirman desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC). Y esto se traduce en una serie de medidas que «llevan años sobre la mesa».

En los juzgados y hospitales deben habilitarse garajes o zonas seguras para evitar riesgos de fugas o agresiones cuando tengamos que bajar de la furgoneta al preso en plena calle. De igual modo, una vez en los hospitales, piden dependencias de custodia adecuadas y separadas del resto de pacientes y usuarios, «no solo por seguridad sino también para respetar el derecho a la privacidad y dignidad de las personas internas en centros penitenciarios garantizado en la normativa reguladora».

Recado a Instituciones Penitenciarias

También Instituciones Penitenciarias podría poner de su parte adaptando los procedimientos para organizar las salidas de los hospitales o juzgados para que no tengan esa información personas que podrían prestarles ayuda externa.

En este sentido, son numerosas las fugas que se dan con ayuda desde fuera como un preso que se fugó el pasado mes de junio del Hospital de Valdecilla de Santander cuando los encargados de su traslado fueron atacados con gas pimienta en el momento de descender de la furgoneta.

También esas furgonetas de traslado podrían ver mejoradas las condiciones para evitar intentos de fuga «como dotarlas de como grilletes rígidos de seguridad, cinturones de anclaje, spray defensivo en formato gel, defensas extensibles de longitud reducida, escudos de dimensiones reducidas, chalecos antibalas de dotación individual y pistolas taser».

De igual modo, esta asociación de guardias civiles recuerda que «llevamos muchos años pidiendo que se modifique y actualice el protocolo que lleva en funcionamiento desde 2009 para la realización de las conducciones y custodias de internos de centros penitenciarios, de manera que las custodias en los centros hospitalarios y médicos sean asumidas por cada cuerpo policial dentro de su respectivo ámbito territorial». Se evitaría así un problema que se viene produciendo durante los últimos años, con gran cantidad de consultas y pruebas médicas canceladas y la consiguiente sobrecarga de trabajo innecesario y riesgos de seguridad.