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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús MonteroEuropa Press

Amenaza a los católicos: el Gobierno eliminará el delito de ofensas religiosas

El Gobierno de Pedro Sánchez pretende eliminar el delito de ofensas religiosas del artículo 525 del Código Penal en el marco del plan de regeneración democrática que el pasado lunes el jefe del Ejecutivo anunció que aprobará este martes el Consejo de Ministros. Según ha adelantado el progubernamental diario El País, Sánchez llevará a cabo esta reforma legislativa gracias a un acuerdo con sus socios de Sumar que a última hora de ayer aún no estaba cerrado.

Además, el rotativo del Grupo Prisa ha señalado que el PSOE está dispuesto a eliminar el tipo penal contra los sentimientos religiosos aunque tiene más dudas con la supresión de los delitos de injurias a la Corona y a las altas instituciones del Estado; que la coalición fundada por Yolanda Díaz presiona para que se despenalicen.

De hecho, la primera proposición de ley que presentó el grupo parlamentario de Sumar en esta legislatura tenía como objetivo excluir del Código Penal seis delitos distintos, las injurias y calumnias particulares contra la Corona, el Gobierno de la Nación, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo, el Ejército y las Fuerzas de Seguridad. No obstante, a finales del mes de octubre de 2023 retiraron esta iniciativa legislativa.

El delito de ofensas contra los sentimientos religiosos

El artículo 525 del Código Penal regula el delito contra los sentimientos religiosos, que recoge una pena de multa de ocho a doce meses para tanto los que públicamente –«de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento»– vejen a quienes profesan una religión como a los que ofendan «los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa».

Por su parte, Sánchez destacó el lunes que su plan «emana» de la Constitución, «que defiende el derecho de los ciudadanos», y también que sale de las medidas aprobadas por el Parlamento Europeo y por la propia Comisión Europea. Por eso, dijo confiar en que cuente con el apoyo de «todos los demócratas» del país.