Dos tercios de los presos etarras que Otegi exigió a Sánchez liberar en 2021 ya están en la calle

«Tenemos 200 presos en la cárcel y, si para sacarlos hay que votar a favor de los Presupuestos, puesovotamos», afirmó Arnaldo Otegi hace ahora tres años en plena negociación presupuestaria.

Pues bien, tres años después de aquellas palabras, dos tercios de esos 200 presos se encuentran ya en la calle, bien porque han cumplido las penas, bien porque se les ha progresado al tercer grado o bien porque estando en segundo grado se les ha aplicado el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario que les permite salir de prisión durante el día para trabajar.

Cuando Otegi pronunció esas palabras, había en prisión 194 presos condenados por delitos terroristas. En la actualidad hay 126 presos en las cárceles españolas del País Vasco y Navarra y tan solo 4 todavía se encuentran en Francia. De ellos, 39 tienen concedido el tercer grado, que les permite estar en la calle y acudir a prisión para dormir y solo de lunes a viernes. Y de los 87 restantes que se encuentran en segundo grado, 21 tienen aplicado el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario que supone una flexibilización de la clasificación que les permite incluso salir de prisión para trabajar para favorecer así su inserción social.

Estos datos se desprenden del último informe realizado de la asociación de familiares y amigos de los presos de ETA, Etxerat con datos actualizados a 17 de septiembre. Es decir, todavía faltaría por añadir los dos últimos terceros grados concedidos por el Gobierno vasco, los primeros que concede el PSOE desde que se hizo con la consejería de Justicia, por lo que los datos a día de hoy serían todavía más sangrantes.

Si además ahora se aprueba la enmienda colada por Sumar en la reforma de la Ley Orgánica 7/2014 en la que a los presos que han pasado por las cárceles francesas se les descontaría esos años de su condena en las prisiones españolas, prácticamente se cumplirían al pie de la letra la petición de Otegi a cambio de apoyar al Gobierno en los Presupuestos.

Una hoja de ruta planificada

En el mismo momento en que Arnaldo Otegi pronunció esas famosas palabras sobre la votación de los Presupuestos, se activó la hoja de ruta para la excarcelación de los presos de ETA.

Cuando Pedro Sánchez accedió al Gobierno en 2018 comenzó una política de acercamiento de presos en varias fases que culminó en marzo de 2023 cuando ya todos los etarras llegaron a las cárceles vascas o a la navarra de Pamplona.

A partir de ese momento, todos los presos etarras se encontraron ya bajo el amparo del Gobierno vasco, ya que en octubre de 2021, mientras acercaba a los presos, transfirió las competencias de la política penitenciaria al Gobierno vasco.

Este, a su vez, comenzó a conceder terceros grados a los presos de forma masiva, más de 80 terceros grados a unos 67 etarras (a algunos se les tuvo que progresar más de una vez tras ser recurridos por la Audiencia Nacional), de los que 39 todavía permanecen en ese grado.

Los presos que permanecen en prisión en segundo grado sin opción de salir salvo con permisos penitenciarios son los más sanguinarios, los que acumulan mayor número de asesinatos: 'Txapote', 'Anboto', 'Gadafi', 'Kantauri'...

Y precisamente sobre estos etarras es sobre los que recaería los beneficios penitenciarios que Sumar, posiblemente a petición de Bildu, pretende colar en la reforma de la Ley Orgánica 7/2014 de intercambio de información de antecedentes penales.

Al ser los más sanguinarios, la mayor parte de ellos pasaron a Francia para dirigir la organización terrorista, por lo que fueron detenidos en el país vecino y pasaron por las cárceles francesas bajo la acusación de pertenencia a grupo armado. La reforma de la Ley Orgánica pretende que esos años que pasaron en las cárceles francesas les sean restados de las condenas que cumplen en España, aunque sea por otros delitos.