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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Caso PSOE

El señalamiento de Sánchez como «el 1» de la trama Koldo desmonta el cortafuegos contra Ábalos y compromete al Gobierno

La exposición razonada remitida por el magistrado Ismael Moreno al Supremo insta la imputación del ex ministro de Transportes por los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias y cohecho

La decisión del juez Ismael Moreno, que investiga el 'caso Koldo' en la Audiencia Nacional, de elevar al Supremo (TS) una petición para que investigue al exministro de Transportes José Luis Ábalos por los «indicios fundados y serios» de su «papel principal» en la supuesta «organización criminal» diseñada para el cobro de comisiones irregulares en adjudicaciones de varias Administraciones para la compra de material sanitario, en pandemia, ha destapado un poco más la caja de los truenos.

Tal es así que, apenas unas horas después de conocerse el contenido del auto del magistrado, el propio Pedro Sánchez, señalado como «el 1» de la trama en el rescate bajo sospecha de Air Europa, lanzaba balones fuera y apuntaba a su Gobierno, en pleno, como responsable solidario de la decisión de inyectar 475 millones de euros a la aerolínea española.

No en vano, el juez instructor califica como «indicio relevante» delictivo contra Ábalos, de entre los recabados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el papel que jugó en aquella operación, influida por el «nexo corruptor» de la estructura, el conseguidor Víctor de Aldama, y la reunión que el socialista mantuvo para ello con Sánchez y con la entonces titular de Economía, Nadia Calviño.

El auto sitúa al «presidente del Gobierno» en el marco de varios encuentros clave celebrados durante el proceso de tramitación de la ayuda a la compañía y certifica, además, la participación directa en las gestiones necesarias para impulsarla, de uno de los detenidos, Aldama, actualmente en prisión provisional por otra presunta estafa.

El auto del instructor del caso Koldo incluye entre los indicios recabados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que podrían ser constitutivos de un delito de tráfico de influencias una reunión mantenida, el 16 de julio de 2020, por el jefe del Ejecutivo con Calviño, entonces vicepresidenta del Ejecutivo y ministra de Economía, y el hoy ex ministro de Transportes para analizar la petición de la aerolínea. El magistrado recuerda que de Aldama se refirió a Sánchez «como el 1».

En dicho contexto, cobra especial relevancia la información publicada sobre cómo la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez –imputada por un presunto delito de tráfico de influencias y corrupción en los negocios– se reunió en secreto con el consejero delegado de Globalia (la mercantil matriz de Air Europa), Javier Hidalgo, el mismo día en el que su marido se reunía con dos de sus principales ministros, uno de ellos al borde de la imputación en el Supremo, en plena negociación para el rescate de la empresa.

Por si no fuese suficiente con las sombras que rodean al rescate, en sí, de la aerolínea, el auto con el que el juez Moreno deja en manos de la Sala Segunda del Alto Tribunal la competencia de la investigación, al menos sobre el hombre que lo fue todo para Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, ha desatado el pánico en La Moncloa. Y, para ello, basta con analizar la reacción del presidente y las de sus ministros que inmediatamente concernidos, cerraban filas con él.

Pedro Sánchez, en rueda de prensa desde Faro, capital de la cumbre bilateral que España celebra estos días con Portugal, fijaba la pauta para defender el rescate de la compañía española y se reafirmaba en su decisión: «Las decisiones que yo tomé las tomé con el Gobierno, y las volvería a tomar hoy también», aseguraba el titular del Ejecutivo, repartiendo responsabilidades con el resto de su equipo.

Además, Sánchez defendía la conveniencia de aquellas ayudas millonarias aprobadas para Globalia, asegurando que ese tipo de rescates fueron algo habitual en el marco de la Unión Europea (UE) durante la pandemia, y que la que salpica a la aerolínea, en concreto, recibió «todo tipo de avales» sobre los préstamos concedidos «con condiciones muy estrictas» que, asegura, «se están cobrando» en la actualidad.

Lo que no es menos cierto es que la inyección pre-aprobada por Sánchez y Calviño, en una reunión con Ábalos, en 2020, fue confirmada por el ex asesor del ministro, Koldo García Izaguirre, de quien toma su nombre la supuesta trama corrupta, a Víctor de Aldama, en tiempo real. Una información que, a su vez, el presunto comisionista trasladaba al CEO de la compañía, Javier Hidalgo, tal y como recoge el magistrado Moreno, en el auto sobre el ex ministro de Transportes: «Mañana a primera hora está el 1, ella la de Hacienda y él y está tomada la decisión de que se da, pero mañana cuando esté con él te digo».

De todo ello se desprende que Koldo, usando la capacidad de «influencia» de Ábalos, actuaba en beneficio de Aldama, sus empresas y las de aquellos que decidieron contratar sus servicios profesionales –entre ellas, las dos primera rescatadas por el Gobierno, Air Europa y Duro Felguera– para la obtención, por una parte de suculentas ayudas públicas y, por otra, para acceder a los contratos millonarios de suministro de material sanitario, principalmente mascarillas, que se firmaron tanto con Transportes, como con Interior, y las administraciones autonómicas de Canarias y Baleares.

En los dos últimos casos, además, cuando quienes los máximos responsables políticos de las mismas eran los socialistas Ángel Víctor Torres, ahora ministro de Política Territorial, y Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, respectivamente.

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