Fundado en 1910
Alberto Núñez Feijóo, en su escaño del Congreso

Alberto Núñez Feijóo, en su escaño del CongresoEFE

«Frankenstein» se quiebra

PP, Vox, Junts y PNV visibilizan una mayoría alternativa que pone nervioso al Gobierno

En la Moncloa restan importancia a ese pacto puntual entre «las derechas», pero no están cómodos. Los Presupuestos se le complican aún más a Sánchez tras la caída del gravamen a las energéticas

El último Pleno del año en el Congreso dejó dos estampas no precisamente navideñas. Por un lado, la visualización de una mayoría alternativa a la que permitió la investidura de Pedro Sánchez en noviembre de 2023. Por el otro, a los socios parlamentarios del presidente envalentonados de cara a la negociación de los Presupuestos Generales de 2025. De lo primero dio buena cuenta la alianza entre el PP, Vox, Junts y el PNV para acabar con el gravamen temporal a las energéticas. De lo segundo, la actitud perdonavidas de Ione Belarra a la salida del hemiciclo.

En la Moncloa restan importancia a ese pacto puntual entre «las derechas» porque —afirman— en materia de impuestos es muy difícil poner de acuerdo a partidos tan distintos como Junts y Podemos, pero igual de necesarios para el PSOE (ambos a la vez). Sin embargo, y aunque mantengan las apariencias, los socialistas no están cómodos con la idea de que vaya calando que existe una aritmética parlamentaria distinta a la de PSOE, más Sumar, más Junts, más ERC, más el PNV, más Bildu, más Podemos, más el BNG.

No en vano, si algo ha repetido insistentemente Sánchez en este primer año de legislatura es que él es el único capaz de armar una mayoría en el Congreso actual. Pero resulta que este jueves hubo una suma de 183 diputados (para eliminar el gravamen a las energéticas), y el PSOE no estaba en ella, encabezándola. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, incluso presumió de ese superpoder en los pasillos de la Cámara: «Nosotros podemos desequilibrar al Gobierno, ponerle en peligro y ponerle votaciones difíciles, porque podemos buscar mayorías alternativas», aseguró. Su siguiente frase fue un rejón a Belarra: «Ella no. Ella está en una esquina del hemiciclo, y a ver si se empieza a dar cuenta de que para algunas cosas no tiene mayoría».

Mal presagio para los Presupuestos

La conclusión es que, si hasta este jueves el Gobierno tenía serias dudas de poder aprobar unas cuentas públicas para el año próximo, desde ayer aún más. Aunque Sánchez anunciara a última hora del día desde Bruselas que el Gobierno «sudará la camiseta», como siempre. Lo resumió así la líder de Podemos, después de arrancar al Ejecutivo la suspensión de los desahucios a las personas vulnerables un año más y otra prórroga de medio año en las ayudas al transporte público. A cambio de no tumbar la ley estrella de Félix Bolaños, la Ley de eficiencia de la Justicia, y hacer un agujero aún mayor en el fuselaje del Ejecutivo.

El ministro Félix Bolaños, en el Pleno de este jueves

El ministro Félix Bolaños, en el Pleno de este juevesEFE

«Nadie piensa que este Gobierno va a poder aprobar más de unos Presupuestos, en el mejor de los casos. Esa es la gran negociación de la legislatura», afirmó Belarra. Ya le gustaría a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda verse en los zapatos de Emiliano García-Page: las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron este jueves sus Presupuestos de 2025 con la facilidad que da tener una mayoría absoluta.

A diferencia de García-Page y su paseo militar por el Parlamento castellano-manchego, Montero salió ayer del Congreso haciendo una nueva concesión. La número dos del Gobierno anunció que el Consejo de Ministros del lunes aprobará un real decreto ley para extender el impuesto a las energéticas un año más. Puesto que, el mes pasado, los socialistas prometieron a Podemos, ERC, Bildu y el BNG prorrogar ese gravamen a cambio de su apoyo al paquete fiscal de Sánchez.

Montero sabe que el Gobierno se está haciendo trampas al solitario: este real decreto ley, como todos los demás, deberá ser convalidado por el Pleno del Congreso en los 30 días siguientes para no decaer. Y cuando llegue ese momento, Junts y el PNV votarán en contra. Pero el Ejecutivo se ha convertido en experto en dar patadas hacia adelante y en ganar tiempo. En 48 horas lo hizo dos veces, porque el martes el PSOE decidió posponer la decisión de la Mesa del Congreso sobre la admisión o no a trámite de la proposición no de ley de Junts pidiendo a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza. La intención de Sánchez es negociar con ellos para que la retiren.

Al contrario que Montero, los populares salieron ayer del Congreso eufóricos. La jugada les salió a pedir de boca: decidieron no vetar el paquete fiscal del Gobierno en el Senado, aun teniendo mayoría absoluta en la Cámara Alta, con la idea de introducir enmiendas parciales que Junts y el PNV pudieran apoyar en la Cámara Baja. Y así romper el bloque de investidura, contando también con la colaboración necesaria de Vox.

Pero, desde Bruselas, Santiago Abascal aclaró algunos términos al PP antes incluso de que se produjera la votación. «El PP debería abandonar esa pretensión absurda de construir o de crear la cuadratura del círculo y de pretender sentar a la mesa de la alternativa a un partido de golpistas, de mafiosos y de delincuentes como Junts, por un lado, y, por otro lado, a un partido de gente decente, honrado y defensor de la unidad nacional y de la libertad como es Vox. Eso es imposible», zanjó. Desde Vox recuerdan a Feijóo que, con los números actuales, sin ellos no hay mayoría alternativa que valga. «Vox es un elemento más de la ecuación», insisten.

comentarios
tracking