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Fotomontaje de Pedro Sánchez en Cerler

Fotomontaje de Pedro Sánchez en Cerler

Vacaciones de Pedro Sánchez

Un fuerte dispositivo de seguridad convierte a Sánchez en invisible para los vecinos de Cerler

El despliegue policial de Pedro Sánchez trata de blindarle hasta en la montaña mientras practica snow para que nadie pueda verle ni increparle. Un dispositivo difícil de burlar, excepto para los esquiadores profesionales de estas montañas

Que Pedro Sánchez tenga un amplio dispositivo de seguridad que le proteja, es lógico. Lo que no lo es tanto es que le blinden para evitar que nadie pueda verle por la calle. Un juego del escondite al que ha entrado con especial ahínco con la prensa.

Estos días el presidente del Gobierno ha madrugado para poder acceder temprano a la pista de esquí y así aprovechar la mañana, algo típico de los esquiadores. Para eso, su equipo de seguridad se garantiza que sea invisible desde la salida en el Hotel Casa Cornel hasta su llegada a las pistas.

El aparatoso despliegue cuenta con más de dieciséis escoltas y más de seis coches para el dispositivo que se pone en marcha cada vez que el presidente se mueve de un lugar a otro. Incluso, cada día, entre ellos deciden quién sube ese a esquiar con Sánchez y quien se queda haciendo guardia. Así se van relevando.

En este intento de que nadie vea a Sánchez se vuelca todo el equipo desde primera hora de la mañana. Antes de salir del hotel se cercioran de que no haya nadie en las inmediaciones del mismo. Un dispositivo que se retrasa en salir y en vez de hacerlo por la parte delantera, por la del parking, en una jugada de despiste, sale por la callejuela a la que solo se puede acceder a pie.

Parking reservado en lo más alto de la estación

Así las cosas, consigue llegar a la pista de esquí de Cerler sin ser visto. Eso sí, con un despliegue policial que no pasa nada desapercibido para los esquiadores que frecuentan esta pista de esquí.

Al presidente le gusta esquiar en la parte más elevada de la montaña donde se encuentran las pistas para personas que no son amateur. Pero es que, además de eso, coincide con que es la parte de la estación de mayor difícil acceso.

Del acceso en la parte baja de la pista a este otro, al de Ampriu-Cerler, les separa algo más de siete kilómetros de sinuosas carreteras con curvas pronunciadas. Por eso, es idóneo para buscar un poco más de intimidad y menos aglomeraciones.

Una vez en el parking, Sánchez y todos sus coches cuentan con un sitio privilegiado en la parte privada del mismo. Los dueños de una de esas plazas relatan a El Debate que «el otro día nos ocuparon la plaza con uno de sus coches y tuvimos que aparcar en otro lado».

Eso sí, a pesar de tratar de pasar desapercibido sin que nadie lo vea, en cuanto que un grupo de esquiadores le reconoce en lo alto de la montaña, no dudan en increparle. Aunque, enseguida, su equipo de escoltas tratan de disiparle. Son varias las personas que al bajar de la ladera comentan que han visto al presidente del Gobierno esquiando en la parte alta de la montaña.

Parking de la pista de Cerler

Parking de la pista de Cerler

Restaurante cerrado para el presidente

Sánchez junto con su familia y varios amigos también con sus respectivas familias están pasando unas vacaciones inolvidables en la nieve. Por eso, además del hotel en el que se evaden del mundo por completo, literalmente, también suben a las pistas buscando esa intimidad en todo momento.

Así, sitio al que van, sitio que se cierra al público mientras esté el presidente del Gobierno. Este domingo el restaurante que ha cerrado su parte de arriba para el disfrute de Sánchez y sus acompañantes, ha sido el ubicado en la pista de Ampriu-Cerler. En la fachada se puede leer Trattoria y junto a ese cartel otro de El Bosque. Es el único bar en la parte alta de esta estación de esquí y, a pesar de ello, ha cerrado la parte de arriba para poder atender a Sánchez.

Restaurante en el que ha comido Sánchez en la pista de Cerler

Restaurante en el que ha comido Sánchez en la pista de Cerler

Vuelta sin ser visto

Después de más de dos horas de comida, el presidente y sus amigos deciden que es hora de abandonar el lugar. Son más de las cinco de la tarde, y la estación de esquí ya ha cerrado. Así que cuando apenas quedan los últimos trabajadores y los esquiadores más rezagados, el dispositivo de seguridad se dispone a realizar su última jugada del día.

Los amigos de Sánchez y sus hijos salen por la puerta trasera del restaurante, lo que capta la atención de las últimas personas en irse que esperan para ver si ven la salida del presidente. Algo que parecía que iba a ser lo siguiente en ocurrir. Sin embargo, mientras todas las miradas estaban puestas en sus amigos y el amplio y aparatoso dispositivo de seguridad, Sánchez logró salir por la parte de abajo del restaurante sin ser visto, una vez más.

Una vez más, Pedro Sánchez y Begoña Gómez regresan al hotel de Cerler sin ser vistos, excepto por las personas con las que se topan esquiando en estos picos, lo cual resulta inevitable esquivar. Así, invisibles para los ojos de la mayoría, evitan tener contacto con la gente del pueblo.

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