Vacaciones en el pueblo de Barrabés
Los vecinos de Cerler, molestos con el blindaje de seguridad de Sánchez: «Cierran cada sitio al que va»
El presidente y su familia están pasando unas vacaciones de Navidad esquiando, en un pequeño pueblo del pirineo de la provincia de Huesca, donde apenas se deja ver y se rodea de una fuerte escolta
Los vecinos de Cerler (Huesca), con un censo de 400 habitantes que se amplía con los visitantes, están acostumbrados al turismo de invierno, muy ligado al esquí y la nieve. Es en esta temporada cuando sus calles -al igual que las de Benasque- cobran vida y se llenan de turistas. Este año uno de ellos ha sido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ha pasado unos días haciendo esquí en la Estación de Aramón Cerler junto a su mujer, Begoña Gómez.
El Hotel Casa Cornel está siendo su alojamiento estos días. Se trata de un pequeño hospedaje familiar con tono boutique, localizado en el casco antiguo del pueblo. Para acceder solamente existen dos opciones, y bien controladas por sus escoltas. Una de ellas es a través del parking que se sitúa en la parte superior de este alojamiento. Y el otro acceso es a pie a través de un portón del siglo XII, que da acceso a una pequeña y discreta calle de propiedad privada en la que se ubica el establecimiento y la Taberna. Un lugar idóneo para poder alojarse y garantizar su independencia y soledad.
No hay persona que pase por las inmediaciones del hotel que no repare en el despliegue de seguridad que ha llevado consigo el presidente. Algo que molesta a los vecinos de esta localidad oscense: «El problema está en que tenemos que bordear el hotel y esa calle cada vez que queremos cruzar el pueblo», cuentan. En el momento en que una persona se acerca a esta calle «sale un segurata y te pregunta a dónde vas o te piden que vayas por otra calle».
«No entiendo que cierren todo por él»
El Hotel Casa Cornel tan solo tiene 21 habitaciones, distribuidas en tres plantas, ahí es donde se aloja Pedro Sánchez. Nada más pasar por la puerta del establecimiento sale a la calle una señora, que parece estar vinculada con el hotel, y uno de los guardaespaldas del presidente del Gobierno. Al preguntarle por el Restaurante La Solana ubicado en el edificio del hotel, indica que «está cerrado», eso sí, desde Casa Cornel aseguran que «el restaurante no está cerrado con motivo de la estancia de Sánchez, sino que no abrirá durante esta temporada invernal».
Una joven vecina de este pueblo cuenta a El Debate su desagrado porque «cierren Casa Cornel y la Taberna porque está el presidente del Gobierno», asegura. Sin embargo, desde el Hotel señalan que «no se encuentra cerrado al público durante la estancia de Pedro Sánchez» y afirman que «hay alojadas otras personas en el establecimiento».
El cerrojazo a los sitios en los que va Pedro Sánchez es algo que no agrada a los lugareños, que cuentan a este periódico las dificultades que están teniendo, por ejemplo, «para pasar por la calle del hotel donde un policía nacional nos pide la identificación y nos pregunta a dónde vamos, cada vez que cruzamos por ahí», relatan. Una de las personas que se encuentra paseando por este pueblo lamenta que «será para que no le digamos todo lo que le tenemos que decir los españoles». En Cerler, por lo que se intuye conversando con la gente, no hay simpatías mayoritarias por Sánchez.
Cuentan que «es un pueblo muy pequeño y no hay muchos sitios a los que ir», por lo que parece molestarles que se cierren algunos establecimientos: «El otro día queríamos ir a la Taberna y estaba cerrada porque estaba Pedro Sánchez», asegura una vecina del pueblo que vive «muy cerca del hotel» y se queja por todo esto: «No entiendo la necesidad de que cierren todo por él». Algo que Alma, la joven que regenta la Taberna -ubicada en la calle del hotel- niega por completo. Lo mismo cuentan desde Casa Cornel quienes aseguran que «la Taberna no ha sido cerrada al público y se ha mantenido abierta en su horario habitual, admitiendo reservas anticipadas».
Los vecinos aseguran que no es agradable la gran presencia de seguridad que hay. En cuanto que se merodea por los alrededores del hotel, se puede identificar a varios escoltas con pinganillos y perros controlando la situación: «Es muy molesto porque no me dejan pasar muchas veces, tengo que dar toda la vuelta y el otro día sí que les dije que iba a pasar por la calle», relata.
En resumen, que pedro Sánchez haya elegido pasar las vacaciones en este bonito pueblo ha generado cierta polémica entre los vecinos. La mayoría reconocen que «cada uno puede pasar sus vacaciones donde quiera», pero lo que crispa es que lo haga «en mitad de todo lo que está pasando con los casos de corrupción de su partido».