Moreno trata de evitar la «puntilla final» a la pesca de arrastre

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha pedido a la Comisión Europea (CE) que suspenda las restricciones que desde este domingo se imponen a la pesca de arrastre. El nuevo reglamento comunitario de aguas profundas puede suponer, según el dirigente autonómico, la «puntilla final» al sector pesquero, que ve limitada su actividad a los 400 metros de profundidad.

Estaba previsto que Juanma Moreno, de visita oficial a Bruselas, se reuniera este lunes con el comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virjinijus Sinkevicius, para abordar este asunto; pero finalmente lo ha hecho con su jefe de Gabinete, Simonas Satunas, debido a que Sinkevicius ha tenido que someterse a una operación médica de urgencia.

En cualquier caso, Moreno ha trasladado la solicitud de una moratoria del veto a la pesca de arrastre hasta mediados de diciembre, que es cuando se revisan los datos de profundidad y las cuadrículas en las que se podrá faenar y que están cuestionadas, porque para entonces ya puede ser demasiado tarde. Las nuevas restricciones pueden ser la «puntilla final» al sector pesquero, ha subrayado.

Las cifras en que se basa el reglamento son de 2011

El Gabinete de Pesca, por su parte, ha remitido al presidente de la Junta de Andalucía al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España, que es el encargado de proporcionar los datos a la Comisión Europea. Las cifras en que se basa el reglamento son de 2011.

Aun así, Moreno ha reclamado a la CE que sea más flexible, dado que unas 600 familias andaluzas se ven ya afectadas por unas restricciones que, además, pueden tener un impacto económico superior a los 100 millones de euros en el sector pesquero del lado atlántico de la comunidad. En este sentido, ha añadido que este sector está siendo duramente golpeado por el alza de los precios y de los combustibles.

La flota española se ve perjudicada por este veto en 35 zonas del Atlántico cuya profundidad oscila entre los 400 y los 800 metros. En el Golfo de Cádiz, las prohibiciones afectan directamente a unos 40 barcos, prácticamente un tercio de la flota que se dedica a la pesca de arrastre en Andalucía, y a las capturas de la cigala y la gamba blanca.