La crítica y el sarcasmo de las tradicionales carocas y quintillas marcan el inicio de la Feria del Corpus

Nadie entiende una feria del Corpus Christi sin las carocas y las quintillas que se exponen cada año en la plaza Bib-Rambla de Granada. Las carocas son unos dibujos, o más bien caricaturas, que se hacen para ilustrar las quintillas, unos poemas de cinco versos que suelen tratar de forma satírica y humorística los principales acontecimientos locales y nacionales que han tenido lugar en la ciudad. Ambas se exponen durante el Corpus, en el corazón de Granada, para el regocijo, el divertimento y la crítica social de todos los que se acerquen a verlas.

Esta nueva edición del tradicional concurso de quintillas del Corpus de Granada ha contado con un total de 335 participantes. Los temas más elegidos este año han sido la película de La sociedad de la Nieve, las colas de urgencias, las calimas que ha sufrido la ciudad o los Premios Goya.

De las 20 quintillas seleccionadas, el jurado ha elegido como ganadora la obra de Cristina Cueto Moreno. La pieza de esta autora ironiza sobre los problemas que los nominados a los premios Goya encontrarán si pretenden llegar a Granada en el actual AVE. Para ilustrar estos versos se ha creado una parodia del célebre cuadro 'Saturno devorando a su hijo', de Francisco de Goya.

El Ayuntamiento de Granada también ha recuperado este año el título que conceden al 'Quintillero Mayor del Reino', que en esta ocasión ha recaído en Arcadio Ortega Muñoz, miembro honorífico de la Academia de Buenas Letras de Granada. De este modo, el consistorio ha retomado una tradición que se había olvidado en los últimos años y que viene a reconocer al miembro de mayor edad del Jurado de Quintillas, su participación y su trayectoria dentro de la vida cultural de la ciudad de Granada.

¿Cuál es el origen de esta tradición?

El origen de esta tradición, tan arraigada en la ciudad, se remonta al siglo XVIII, cuando el rey Fernando VI ordenó que se le diera un aire más festivo a la plaza Bib-Rambla y que se adornara con cuadros.

Al principio, en esas pinturas aparecían personajes religiosos, pero en el XIX la temática religiosa fue cediendo paso a asuntos más mundanos. La primera caroca que podemos calificar como de la era moderna, es decir, una caricatura irónica, ácida y mordiente de un hecho político o persona pública, no apareció hasta el Corpus de 1845. Además, en esa época empezaron a celebrarse concursos para elegir la mejor caroca de cada año, cosa que se sigue haciendo hoy en día.

Durante la dictadura de Primo de Rivera y en los primeros años del Régimen de Franco, las carocas y las quintillas fueron prohibidas. Sin embargo, regresaron en 1952 y desde entonces no han faltado nunca a su cita con la feria del Corpus de la ciudad.