Huelva
Las dos playas de agua cristalina de Huelva que no tienen nada que envidiar a Matalascañas o Punta Umbría
Estos dos arenales, además de su increíble belleza, la claridad de sus aguas y el paraje natural que los rodea, no están masificados
La Costa de la Luz de Huelva es uno de los destinos favoritos de los veraneantes que eligen Andalucía para pasar sus vacaciones; las razones parecen más que evidentes si se le echa un vistazo a los populares enclaves de Matalascañas o Punta Umbría, con sus impresionantes playas y sus fascinantes entornos naturales que las convierten en una apuesta segura para los amantes del mar, el sol y la naturaleza.
Pero, además de estas dos conocidísimas opciones que cada año atraen mayor número de visitantes, en la misma costa se encuentran otras dos playas menos frecuentadas, con aguas cristalinas y un entorno natural prácticamente virgen, el sueño de cualquier veraneante que busca huir de la masificación y disfrutar de un día de desconexión junto al mar, sumergido en plena naturaleza.
Playa de Cuesta Maneli
Esta playa virgen se encuentra en pleno Parque Natural de Doñana, entre Mazagón y Matalascañas. Es un entorno salvaje donde el acceso, a pesar de ser complicado, merece la pena. La entrada de vehículos está regulada a través de una carretera que circula paralela al mar y el aparcamiento es de pago. Una vez estacionado el coche, comienza la aventura.
Para llegar a la playa es preciso recorrer un sendero de 1,37 kilómetros a pleno sol por una pasarela de madera desde la que se pueden observar las impactantes dunas y acantilados del Asperillo, considerados ambos Monumento Natural por su valor geológico. Este paseo es también el momento perfecto para observar gaviotas, charranes y chorlitejos que habitan en su ecosistema.
Tras aproximadamente 20 minutos de calurosa caminata se llega a un impresionante mirador, que se asoma al océano Atlántico, y una escalera de madera que da acceso a la playa, por lo que no es recomendable la visita de personas con movilidad reducida.
Una vez en la arena, el visitante se olvida del largo paseo bajo el sol. Cuesta Maneli es un oasis de paz en mitad de la naturaleza, una playa salvaje rodeada de pinos y de enormes dimensiones, con una anchura de unos 80 metros en marea baja y sin edificaciones que estropeen la vista ni servicios de ningún tipo que alteren la tranquilidad del entorno. Es el lugar perfecto para perderse y no querer regresar a la ciudad.
Playa de Mazagón
Una playa más accesible y urbana pero con idéntico encanto que Cuesta Maneli y a pocos kilómetros de distancia es Mazagón, también conocida como Playa de las Dunas y destaca por ser uno de los arenales más largos de Huelva.
Esta playa tranquila y poco agobiante es el lugar perfecto para familias, niños y personas mayores, además del enclave favorito de los bañistas puesto que sus aguas son las más cálidas de la provincia y el oleaje es bastante escaso.
Sus nueve kilómetros de arena suave, fina y dorada se dividen en varias zonas, fusionándose en uno de los extremos con el espigón del puerto deportivo, mientras que en el otro extremo recupera su lado más virgen y salvaje, con dunas, pinos y un muro natural que se eleva a lo largo del arenal simulando un acantilado. Dos mundos muy diferentes que, sin perder un ápice de belleza, la hacen tremendamente atractiva para todo tipo de públicos.
Al contrario que Cuesta Maneli, Mazagón es considerada playa urbana y su accesibilidad está absolutamente garantizada. Cuenta con una amplia variedad de servicios y una gran oferta gastronómica en sus proximidades y ha obtenido recientemente la Bandera Azul, que certifica su compromiso con la calidad de su entorno y su sostenibilidad.