Esta vista de postal recuerda a la famosísima isla griega, destino de muchos veraneantes internacionales

Esta vista de postal recuerda a la famosísima isla griega, destino de muchos veraneantes internacionalesTurismo Costa de Almería

Almería

Cómo disfrutar de lo mejor de las islas griegas sin salir de España: así es la 'pequeña Mykonos' andaluza

Esta localidad, ubicada en el municipio almeriense de Níjar, no tiene nada que envidiar a ninguna de las islas del Egeo

¿Quién no ha soñado con un idílico viaje por las Islas Griegas? El clásico verano de película visitando Santorini, Naxos, Corfú, disfrutando de sus aguas turquesas, sus playas paradisiacas y sus vistas de postal, con sus pueblos de casitas blancas y barcas de colores. Una ruta mágica que, si bien la mayoría de las veces resulta impracticable por la inmensa cantidad de turistas que hacen cola para tomarse todos la misma foto de ‘influencer’ de andar por casa, siempre ha sido la definición perfecta de verano ideal.

Para contagiarse del encanto de estas islas ya no es necesario tomar un avión para aterrizar a orillas del Egeo; basta con acercarse al municipio almeriense de Níjar y visitar la Isleta del Moro, una encantadora localidad a orillas del mar considerada ‘la pequeña Mykonos’ andaluza.

Esta pequeña península, rodeada casi en su totalidad por aguas cristalinas, forma parte del Parque Natural de Cabo de Gata y recibe su nombre por su histórica condición de refugio de piratas berebiscos en busca de tesoros, en concreto como homenaje a la figura del caudillo Mohamed Arráez. Su similitud con la citada Mykonos reside en sus construcciones blancas y en la pureza de sus aguas, convirtiéndola en un enclave perfecto para disfrutar de un día de verano.

La isleta del Moro es un pueblo de tradición pesquera donde, además de relajarse en sus playas, se puede pescar en las zonas permitidas, realizar rutas de senderismo, excursiones submarinas y, por supuesto, disfrutar de su gastronomía.

Su playa más conocida es la Playa del Peñón Blanco, la más extensa. 400 metros de arena fina y aguas cristalinas de excelente calidad hacen de este arenal el enclave ideal para disfrutar de un refrescante baño. Sin embargo, muchos visitantes optan por ir a la Cala de los Toros, a unos 30 minutos caminando desde el pueblo. Es un espacio muy especial, más apartado y rodeado de naturaleza, con un gran bosque de pinos justo antes de llegar al mar, transformándolo así en el lugar perfecto para desconectar.

Los amantes del senderismo tienen en esta localidad dos rutas que recorren su entorno natural. El más corto es un camino de tres kilómetros aproximadamente que recorre la línea de costa hasta la zona de playa de los Escullos; desde allí, una segunda ruta, no muy bien señalizada y menos accesible, lleva directamente hasta la Cala de los Toros.

Para los que quieran disfrutar del fondo marino, varias escuelas de buceo organizan salidas para explorar la belleza del Arrecife de las Sirenas. Gracias a sus aguas transparentes se pueden divisar grandes praderas de posidonias, cantiles volcánicos y fondos con rocas y arena que componen las casi 12.000 hectáreas de franja marina protegida.

La isleta del Moro es un lugar excelente para degustar la pesca del Mediterráneo. Ejemplares típicos de la zona como el sargo, la lecha, el pollico o el gallo pedro, preparados en fritura o a la plancha, constituyen la mejor elección para aquellos que quieren empaparse de la esencia pesquera de este enclave.

Sus poco más de 170 habitantes hacen de este pueblo un lugar tranquilo e idílico la mayor parte del año, aunque durante los meses de verano la calma se ve sacudida por los innumerables visitantes que no quieren perderse la belleza y la magia de esta preciosa localidad.

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