Un pueblo de Cádiz quiere que la Unesco declare las «charlas al fresco» Patrimonio de la Humanidad

Un pueblo de Cádiz quiere que la Unesco declare las «charlas al fresco» Patrimonio de la HumanidadAyuntamiento de Algar

Cádiz

Un pueblo de Cádiz lucha para que sus «charlas al fresco» se conviertan en Patrimonio de la Humanidad

Las reuniones y las tertulias a pie de puerta son escenas habituales en las zonas rurales de Andalucía durante los meses más cálidos del año

Una de las tradiciones más reconocidos en verano en cualquier pueblo de Andalucía son las reuniones al aire libre, en las que los vecinos aprovechan para comentar los últimos acontecimientos que han sucedido en la región. A muchos de los lectores se les vendrá a la mente esos momentos en los que veían a sus abuelos, tíos o padres sacar una silla a la calle, cuando empezaba a caer el calor a última hora de la tarde, para disfrutar de un momento único junto a sus seres más queridos.

Para evitar que esto desaparezca. el pequeño municipio gaditano de Algar comenzó en el verano de 2021 una iniciativa para declarar las llamadas «charlas al fresco» como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, una «carrera de fondo» en la que están inmersos desde entonces y en la que están «casi en el final del túnel».

El alcalde de Algar, el popular José Carlos Sánchez, ha explicado que esta propuesta está impulsada desde este municipio de los Pueblos Blancos de la sierra de Cádiz, pero que su objetivo es poder hacerla extensiva al resto de las localidades, ya que en esta provincia es habitual que cuando cae la tarde sus vecinos saquen las sillas y pasen el rato hablando «al fresco» sobre cómo ha ido el día y otros asuntos.

Una de las principales razones por las que el consistorio cree que estas charlas deberían obtener el reconocimiento y convertirse en patrimonio cultural inmaterial, es la importancia que tienen estas conversaciones para la salud mental, un asunto que en España se ha agravado con la pandemia. Según Sánchez, «los residentes salen a la calle y, en lugar de sentir que están solos, lo que consiguen es una sesión de terapia en la que comparten sus historias o los problemas por los que están pasando y los vecinos intentan ayudarles».

La concejala de Turismo, Miriam Sánchez, es la encargada actualmente del expediente para conseguir esta declaración y ha defendido que «esto no sólo es cosa de mayores sino también de los jóvenes, que participan en las actividades del pueblo y también en estas charlas al fresco», algo en lo que también coincide el alcalde, quien también busca con todo esto que «las buenas tradiciones no se pierdan» y que «las redes sociales no acaparen a los jóvenes tanto tiempo», entendiendo que «también hay tiempo de diversión y de charlar».

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