Almería
Mata a un octogenario por la compraventa de un coche y se deshace del cuerpo en una zona de invernaderos
Este 7 de octubre se celebrará el juicio del caso en la Audiencia Provincial de Almería
Una riña por la compraventa de un automóvil fue el motivo que impulsó a un individuo a matar a una persona de 83 años. El acusado tenía un papel de intermediario en la operación y acabó quitándole la vida al vendedor y ocultando su cuerpo en un área de invernaderos de El Ejido.
Por esta cuestión, el sujeto se encuentra en prisión provisional desde enero de 2022 y la Fiscalía pide para él una pena de 18 años de condena. Además, también se solicita una indemnización de 120.000 euros destinada a los herederos de la víctima.
Todo sucedió en el mes de diciembre de 2021. El cadáver de la víctima fue hallado con significativas marcas de haber sido agredido en una zona rural. Su cara estaba oculta tras una piedra y debido a los días que habían pasado desde su fallecimiento, el cuerpo presentaba signos de descomposición.
La familia del anciano había denunciado su desaparición unos 18 días atrás de la localización del cuerpo, incluso la asociación SOS desaparecidos había distribuido un mensaje de búsqueda para intentar localizar a la persona de 83 años que estaba en paradero desconocido.
Motivo de la discusión
El hombre que fue asesinado reclamaba al acusado que le había engañado en la compraventa de un Hyundai Coupé cuyo valor se estimaba en torno a unos 2.000 euros. El damnificado creía que el precio y los documentos relativos a la operación no eran los correctos.
Con la excusa de querer demostrar a la persona mayor que todo estaba correcto, el ahora detenido quedó con la víctima para llevarle a la gestoría y allí explicarle todas las gestiones realizadas. Nunca acudieron al comercio, que se encontraba cerrado, sino que el destino final del trayecto fue una zona de invernaderos.
Fue allí donde el intermediario le propinó un fuerte golpe en la cabeza con una herramienta aún desconocida según el Ministerio Fiscal «con la intención de ocasionarle la muerte». El fuerte traumatismo provocó el fallecimiento del octogenario, quien no pudo defenderse del ataque «prevaliéndose de su avanzada edad y sus dificultades físicas», como recoge el organismo.
En el intervalo temporal de las 20:16 y 20:28 horas de la misma jornada, según el escrito de acusación, el agresor trasladó el cuerpo del fallecido con el objetivo de ocultarlo. Una vez encontró el lugar idóneo, colocó una enorme piedra encima del rostro del cuerpo sin vida.
Para la resolución del caso fue clave el papel del laboratorio de ADN de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental, entidad que analizó minuciosamente el lugar donde se encontró al anciano. El grupo pudo determinar, gracias a los restos ubicados en las uñas y ropa del octogenario, que el perfil genético existente en la chaqueta y hebilla del cinturón del damnificado estaba relacionado con el del investigado. Todo apunta a que el agresor usó el cinturón y la prenda de abrigo para arrastrar el cuerpo hasta la zona en la que lo dejó oculto.
El juicio del caso prevé alargarse a varias jornadas, contando con la intervención de numerosos testigos que formaron parte de la investigación.