Jaén
Un reguero de sangre revela un salvaje asesinato: mata a su expareja y lleva el cuerpo hasta unos contenedores
Los hechos tuvieron lugar el 2 de febrero de 2021 en Linares cuando ella le estaba ayudando con una mudanza
Este lunes, 28 de octubre, se celebra en la Audiencia de Jaén el juicio sobre el caso de un hombre de 47 años que le quitó la vida brutalmente a su expareja, de 57, siendo acusado por el Ministerio Fiscal de un delito de asesinato con alevosía, ensañamiento, y la agravante de género.
Sobre el agresor recae la posibilidad de una condena de prisión de 25 años por arrebatarle la vida a la mujer con la que había mantenido una relación. Tal y como apunta la Fiscalía, la pareja se había roto más de una vez debido a los «celos obsesivos del acusado, que no soportaba que la misma saliera con otras amistades». Los hijos de la víctima se oponían rotundamente a esa relación.
«No entendía una negativa a verle por parte de ella, considerándola como de su pertenencia, ejerciendo así una situación de dominio y superioridad, como si fuera un mero objeto de su propiedad», señala la Fiscalía haciendo referencia a que la mujer tuvo que bloquear al individuo en su móvil en más de una ocasión por su obstinación.
Estaba sucediendo una nueva aproximación entre ambos cuando se produjo el trágico desenlace. El hombre llamó a la fallecida para contarle que estaba en una pensión próxima a Bailén. En la conversación él le pedía ayuda para encontrar una residencia. Gracias a ella, el acusado dio con un piso, el escenario del despiadado asesinato.
La mujer acudió a la mudanza, momento en el que el sujeto le golpeó «salvajemente de manera sorpresiva e inesperada», resultando de ese ataque la muerte de la víctima a causa de un shock hemorrágico. El Ministerio Público detalla que le atacó con puñetazos y patadas, provocándole 36 lesiones distintas, demostrando ensañamiento e «impidiendo cualquier clase de defensa hacia esta agresión».
Tras haber asesinado a su expareja, aprovechó el momento de la llegada de la noche para llevar el cuerpo sin vida de la víctima a unos contenedores, que más tarde fue localizado por los trabajadores de la recogida de basura. Estos avisaron del hallazgo al 091 en torno a las 3:47 de la madrugada, señalando que el cadáver de la mujer poseía «síntomas de haber sido agredida».
Acto seguido, varios efectivos policiales se personaron en la ubicación mencionada, percatándose de la existencia de un reguero de sangre que conducía hacia la calle en la que el acusado había asesinado a su expareja. Siguiendo el rastro llegaron hasta el edificio concreto, subiendo hasta el segundo piso.
Los agentes llamaron a la puerta, pero no obtuvieron respuesta, por lo que necesitaron la asistencia de los bomberos para derribar la puerta. En el interior de la vivienda, se toparon con el acusado, que reconoció los hechos, con manchas de sangre en su ropa. Una vez detenido, las autoridades judiciales pertinentes dictaminaron su entrada en prisión, lugar en el que se encuentra de manera preventiva hasta el juicio.
Sumado a la condena de 25 años de cárcel, se demanda una indemnización de 100.000 euros para los hijos de la víctima y diez años más, agregados a la pena, de prohibición de comunicación y acercamiento a estos.