Granada
El edificio histórico que fue alhóndiga, corral de comedias y almacén de carbón en Granada
Estuvo a punto de ser demolido en 1918 para ser convertido en un teatro-cine, pero poco tiempo después fue comprado por 128.000 pesetas por el arquitecto restaurador de la Alhambra
En pleno centro de Granada, casi escondido entre la céntrica calle Reyes Católicos y la plaza del Ayuntamiento, se encuentra un bellísimo edificio del siglo XIV que está considerado como la única alhóndiga andalusí que se conserva en nuestro país.
Conocido popularmente como el Corral del Carbón, en sus casi 700 años de azarosa vida, el emblemático monumento ha desarrollado multitud de usos diferentes según las épocas. Levantado en 1336, fue concebido originalmente como una alhóndiga; es decir, un edificio público destinado a dar cobijo a los comerciantes y a sus mercancías durante la celebración de grandes mercados. En la parte baja del edificio se guardaba y vendía el grano de trigo u otros cereales, mientras las habitaciones de las dos plantas superiores servían como hospedaje para los comerciantes que llegaban a Granada.
Tras la reconquista de la ciudad en 1492, los Reyes Católicos cedieron el edificio a su lugarteniente Juan de Arana, pero a la muerte de este fue vendido en pública subasta, pasando a convertirse en corral de comedias. Algunos autores aseguran que allí vio el mismísimo Miguel de Cervantes la representación de uno de sus populares entremeses.
Ya en el siglo XVII, el edificio pasó a convertirse en corrala de vecinos, usándose las habitaciones de la planta baja como almacén para el carbón. Es de ahí de donde deriva su nombre actual. Cuando el edificio fue declarado Monumento Nacional, en 1887, aún habitaban en él 36 modestas familias granadinas.
Pese a la supuesta protección pública, lo cierto es que los cronistas aseguran que, a comienzos del siglo XX, el Corral del Carbón estaba lamentablemente degradado. De hecho, el monumento iba a ser derribado en 1918, pues la Sociedad Anónima de Espectáculos lo había adquirido para instalar en el lugar un teatro-cine. La gente de la cultura de la ciudad montó en cólera y protestó de forma airada, consiguiendo que el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes paralizara la demolición.
Visita inexcusable para los turistas
Fue poco después, en 1923, cuando uno de los grandes personajes de la historia reciente de la ciudad, el arquitecto conservador y restaurador de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás, adquirió el Corral del Carbón, en nombre del Estado, por 128.000 pesetas provenientes de la venta de billetes del monumento. Restaurado después, entre 1929 y 1931, se ha convertido desde entonces en una referencia para la ciudad y en visita inexcusable para los más de un millón de turistas que cada año callejean por el casco histórico de la última ciudad islámica de España.
Hoy día, la parte baja del edificio ha pasado de almacén de carbón a sede de oficinas del Festival Internacional de Música y Danza, la Orquesta Ciudad de Granada y el Patronato de la Alhambra. En su patio se realizan periódicamente representaciones teatrales, conciertos de flamenco y actividades culturales varias
Su espectacular portada, con un bellísimo arco de herradura de ladrillo festoneado, o su elegante patio interior, de forma cuadrada y con un pilar en el centro, son fotografiados diariamente por cientos de turistas y curiosos que se sorprenden al acceder a este lugar único, oculto entre tantos sitios de interés como contiene la vieja ciudad de Granada.