Este rincón de la Alpujarra granadina alberga también historias y leyendas de brujasTurismo Soportújar

Granada

La calle más estrecha de Andalucía está en 'el pueblo de las brujas' de la Alpujarra granadina

Cuenta con más de 20 metros de largo y tan solo 50 centímetros de ancho en su parte más angosta

En esta localidad alpujarreña, sus vecinos presumen orgullosos de tener la calle más estrecha de España. Si te dispones a entrar en ella y te encuentras con otro viandante que ya la recorre en sentido contrario, más vale que te esperes un poco a que la vía quede expedita o te expones a quedarte atrancado en mitad de la calle. O si, peor aún, sufres de un poco de claustrofobia, más vale que te limites a asomar tu figura por la entrada de la calle, hacerte un selfie y luego dar un rodeo para evitar adentrarte en tan sofocante enclave.

Con más de 20 metros de largo y solo 50 centímetros de ancho en su parte más angosta, la calle Zanjilla, en Soportújar, está considerada la más estrecha de toda Andalucía y, según sus vecinos, también sería la «campeona» de la estrechez en España.

Sin embargo, todo no son buenas noticias. Recientemente, Urriés, un pueblo zaragozano de tan solo 40 habitantes, se ha hecho famoso por reclamar para sí este ansiado título, asegurando que dispone de un callejón que tan solo tiene 40 centímetros en su parte más angosta, por lo que sus vecinos quieren ser reconocidos en la próxima edición del dichoso Libro Guinness de los Récords.

Sea Soportújar o sea Urriés la que se lleve el gato al agua, lo cierto es que la calle Zanjilla no es más que un motivo más de los muchos que existen para justificar una merecida visita a este precioso pueblo de la Alpujarra granadina. Situado a una hora de la capital granadina, a mitad de camino entre Órgiva y Pampaneira, esta pequeña localidad de apenas 250 habitantes es conocida últimamente como el pueblo de las brujas.

Proyecto Embrujo

Aprovechando que desde antiguo se utiliza el gentilicio de brujos para referirse a los habitantes de Soportújar, en 2007 se puso en marcha el llamado Proyecto Embrujo, que pretende utilizar una antigua tradición para hacer crecer el turismo rural de esta localidad, mejorar la economía local y frenar así la preocupante despoblación que sufre esta comarca.

Al parecer, el apodo de brujos proviene de los tiempos de la repoblación de las Alpujarras, tras ser expulsados los moriscos como represalia por la histórica sublevación que protagonizaron contra el rey Felipe II, entre 1568 y 1571. Debido a la procedencia gallega de sus repobladores, que traían consigo sus conocidas tradiciones sobre hechizos y meigas que «haberlas haylas», los vecinos de los pueblos cercanos empezaron a adoptar la costumbre de llamar a los soportujeros, en lenguaje coloquial, como brujos.

Hoy en día, desaparecidas estas creencias ancestrales, las brujas se han convertido en el principal reclamo turístico del pueblo. No hay prácticamente esquina que no lo recuerde. Sus plazas, calles, casas y restaurantes están decoradas con múltiples referencias a este tema. Incluso existe, desde hace años, un Centro de Interpretación de la Brujería.

Para empezar, Soportújar da la bienvenida a los visitantes con su enorme Bruja Babayaga, de más de tres metros de altura y 7.000 kilos de peso. Luego, cuando nos adentramos en la localidad, iremos visitando lugares como La Fuente del Dragón, La Era de los Aquelarres, El Área del Barranco Frío, La Fuente de las Brujas, La Cueva del Ojo de la Bruja, El Puente Encantado o el Barranco Caliente.