Jóvenes universitarios en una jornada informativa

Los estudiantes malagueños vienen mostrando una clara apuesta por la Formación Profesional para completar su educaciónEFE

Málaga

El número de jóvenes malagueños que ni estudian ni trabajan registra su cifra más baja desde 2008

Según recoge un estudio, el porcentaje de desocupados ha descendido casi a la mitad, del 21 % al 11,1 % en apenas 10 años

La famosa crisis de 2008 se produjo como consecuencia de una serie de factores que, combinados y alineados en el tiempo, dieron lugar a una de las recesiones económicas más importantes a nivel mundial que podemos recordar, homologable a otras crisis históricas de la talla de la Gran Depresión de los años 30 del pasado siglo. Importantes factores, como la burbuja inmobiliaria, las fuertes pérdidas de las numerosas instituciones financieras o la inesperada e histórica quiebra de Lehman Brothers, concibieron el caldo de cultivo perfecto para sumir a la población mundial en una situación económica muy difícil de mantener y superar.

Fue precisamente en ese mismo contexto crítico cuando, en nuestro país, se empezó a hablar de una figura preocupante, tanto a nivel social como laboral y económico: los jóvenes, de entre 15 y 24 años, que ni estudian ni trabajan, popularmente conocidos como ninis.

En la provincia de Málaga, estos jóvenes inactivos llegaron a su cifra máxima en 2015, cuando más del 21 % de la población malagueña del citado rango de edad confesaba estar desocupado, sin trabajo ni estudios. Desde entonces, y tal y como cuenta el Observatorio de la Formación Profesional de CaixaBank en su último informe disponible, el porcentaje descendió hasta la mitad, encontrándose, a día de hoy, en el 11,1 %. No ha sido la cifra más baja, ya que en 2022 rozó el 10 %, pero es un dato optimista y muy lejano a los valores tan preocupantes registrados en mitad de la crisis.

Además, hay otras dos buenas noticias relacionadas con el paro juvenil y la permanencia en el sistema educativo. Por un lado, de los 20.000 jóvenes desempleados que, aproximadamente, había contabilizados en la provincia de Málaga en 2014, la cifra ha descendido hasta los 9.500, una reducción considerable a casi la mitad que hace diez años.

Por otro lado, se está experimentando una mayor permanencia en el sistema educativo por parte de los jóvenes. Si en 2012 la tasa de abandono temprano era de casi el 28 %, a día de hoy ha descendido a poco más del 15 %. A pesar de que el número de alumnos universitarios no ha crecido, sí lo ha hecho el de estudiantes de Formación Profesional, que se ha duplicado en los últimos 10 años hasta llegar a casi 10.500 alumnos.

Los programas contra el paro juvenil, como los Proyectos Integrales para la Inserción Laboral de Personas Jóvenes o el programa de incentivos financiado con el Fondo Social Europeo, así como la implantación de nuevas ramas formativas y con una alta empleabilidad en los estudios de Formación Profesional, son el perfecto incentivo para ofrecer a las nuevas generaciones de malagueños un futuro laboral y económico más esperanzador.

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