Málaga
Una clínica de Marbella, pionera en España en clonar mascotas desde 50.000 euros
La empresa comenzó clonando equinos con un coste de 75.000 euros. Hoy amplían su negocio a los animales de compañía, atraídos por la ‘humanización’ que los dueños están ejerciendo sobre sus mascotas
El pistoletazo de salida a la clonación de animales se produjo en 1996, cuando un grupo de científicos del Instituto Roslin de Escocia consiguió crear, por primera vez en la historia, una copia genética de un mamífero a partir de una célula adulta. La famosa oveja Dolly se convirtió en un hito científico y abrió la puerta a un complejo y controvertido nuevo mundo: el de la ingeniería genética.
A partir de ese momento, y aunque a la mayoría de los españoles aún les resulte difícil de creer, la clonación de animales se popularizó en países como Estados Unidos, China o Corea del Sur, siendo una práctica habitual la realizada con camellos o caballos debido a un motivo puramente económico, y es que un ejemplar de pura raza de estas especies puede llegar a valer más de un millón de euros.
La clonación de animales de compañía responde a un criterio puramente emocional y ya es un negocio al alza fuera de nuestras fronteras. Recientemente, la clínica Ovoclone, ubicada en la localidad malagueña de Marbella, ofrece este servicio en exclusiva en España, donde por 50.000 euros podemos clonar a nuestro gato o a nuestro perro por 55.000.
Según afirma a EFE el embriólogo Enrique Criado, fundador y director ejecutivo de los centros de reproducción asistida Grupo OVO (del que forma parte Ovohorse, división especializada en clonación equina, y Ovoclone, centrada en mascotas), el interés por la clonación de animales de compañía se ha incrementado notablemente en el último año, tras hacerse pública la noticia de que el presidente argentino, Javier Milei, clonó a su perro fallecido, Conan, y ahora tiene cuatro mastines prácticamente idénticos a él.
Este proceso de clonación es tan sencillo, y a la vez tan complejo, como replicar un ser con la misma genética que el animal original. Para conseguirlo, es imprescindible disponer de una muestra de ADN del tejido cutáneo de dicho animal, ya sea mientras está vivo o inmediatamente después de su muerte. A partir de esa biopsia, se generan una serie de células llamadas fibroblastos, que poseen un núcleo con la información genética del animal. Ese núcleo se extrae y se inyecta en un óvulo de la misma especie que se ha enucleado previamente; de está manera, se desarrolla un embrión que tiene el 99,9 % del material genético del animal original y se implanta en una hembra para su gestación.
A pesar de esta labor de ingeniería y manipulación genética, la mascota resultante nunca será exactamente igual que la original, ni en su apariencia física ni en su comportamiento, dado que tendrá una pequeña parte del genoma de la hembra que aporta el óvulo, ese 0,1 % restante de ADN mitocondrial, además de, según el propio Criado, el papel fundamental de la epigenética o alteración de los genes por la exposición a factores ambientales como el clima, la alimentación o los medicamentos.
Más allá del dilema ético y moral que pueda suponer y del más que elevado coste económico y biológico del proceso, la realidad del resultado final no deja de ser una mascota por valor de 50.000 euros que puede parecerse a aquella que murió, pero que no es y nunca será la misma. Hasta el momento, en Ovoclone aseguran haber realizado únicamente cinco clonaciones de perros de clientes españoles; su objetivo final es llegar a clientes de países vecinos como Francia o Portugal.