Mediante esta celebración se conmemora el quinto aniversario de la colocación de la estatua en la plaza de la MalaguetaWikimedia Commons

Málaga

El homenaje al militar suizo que fue gobernador de Málaga y héroe en la Batalla de Bailén

Los actos incluirán un desfile con recreación histórica, un izado de banderas y una salva de honor con fusiles del siglo XIX

Una de las grandes figuras del callejero malagueño y de la historia de la ciudad tiene apellido suizo. Teodoro Reding da nombre nada menos que a un paseo, una calle, una fuente y una escultura; esta última, inaugurada hace ahora cinco años, es el motivo del homenaje que se celebrará el próximo sábado 26 de octubre en honor del que fuera gobernador de Málaga y uno de los hombres clave en la Guerra de la Independencia contra las tropas de Napoleón.

La Asociación Histórico Cultural Teodoro Reding ha sido la encargada de organizar estos actos conmemorativos, que arrancarán a las 11:30 horas con un desfile a cargo del grupo de Recreación Histórica del Regimiento Suizo de Reding n.º 3 que partirá desde la Fuente de Reding hasta la plaza de la Malagueta, donde se encuentra la escultura del laureado militar.

La obra, inaugurada en 2019 y esculpida en bronce por el malagueño Juan Vega, tiene casi tres metros de altura y representa a Reding con uniforme de mariscal de campo del Ejército español. Manteniéndose fiel a los datos biográficos del suizo que hablan acerca de su austeridad y sencillez, la escultura no luce las medallas que le corresponderían según sus logros y categoría, pero sí el bastón de mando y el sable con el que el pueblo de Málaga le obsequió después de la trascendental Batalla de Bailén.

Los actos incluirán, además del citado desfile, un izado de las banderas española y francesa como conmemoración de la paz entre las naciones y una salva de honor que correrá a cargo de los recreadores históricos del colectivo, empleando fusiles de época.

Militar, gobernador y héroe español

Teodoro Reding (Schwyz 1755 - Tarragona 1809) se convirtió en una de las personalidades más queridas y respetadas por los malagueños gracias a su intensa labor por mejorar la capital y la vida de sus vecinos. Llegó a Málaga en 1802 junto a su regimiento, destacando en sus labores en la Junta de Sanidad para luchar contra las epidemias de fiebre amarilla.

En 1806 fue nombrado Gobernador Militar y Corregidor Político de Málaga, momento en el que se volcó en sus intentos por transformar la ciudad en todos sus ámbitos, tanto social como político, urbanístico o sanitario. Se preocupó por los desbordamientos del Guadalmedina y los daños que causaban las inundaciones en los barrios de La Trinidad y El Perchel; por el empedrado de las calles y la instalación de alumbrado público; por el embellecimiento de la ciudad, con especial atención en el paseo de la Alameda, que convirtió en la vía principal de la ciudad; se ocupó también del empleo, del control del juego, la bebida y las armas e impulsó el respeto por la vía pública y la limpieza de la ciudad. Reding se implicó, además, en labores de caridad, orientando sus acciones más importantes hacia los huérfanos de las epidemias y a los presos enfermos.

Cuando en 1808 España se levantó contra las tropas de Napoleón, Reding fue nombrado general en jefe de las tropas de Granada, Málaga y Almería y reclutó a miles de voluntarios para completar los regimientos de la guarnición de Málaga y crear nuevos batallones. Junto al ejército del general Castaños, el suizo fue designado general de la primera División del llamado Ejército de Andalucía y el 19 de julio de 1808 dirigió a las tropas que lograron la primera derrota en campo abierto de Napoleón en la histórica Batalla de Bailén.

Como consecuencia de este triunfo, el pueblo malagueño le recibió con honores y se le hicieron varios regalos, entre ellos un caballo blanco, un uniforme de teniente general, un bastón de mando y un sable con la inscripción «El pueblo de Málaga agradecido a su gobernador, el general Reding. Libertador de la Patria. Vencedor de los franceses en Bailén». Además, el cabildo le ofreció una corona de laurel que el militar ofrendó a la Virgen de los Reyes en la Catedral.

A pesar del vínculo que le unía con Málaga, Teodoro Reding fue trasladado a Tarragona, cumpliendo con su deber con el ejército español, donde fue nombrado capitán general. Murió en 1809 como consecuencia del tifus que contrajo en sus visitas a los enfermos del hospital de Tarragona. Sus restos aún descansan en el cementerio de la ciudad catalana.