El vital trabajo de los voluntarios en Cártama (Málaga)

El paso de la DANA ha hecho estragos a medio millar de familias malagueñas y residentes extranjeros en la provincia,

Málaga

Los malagueños que no olvidan a su provincia tras la DANA: «Dejamos de salir en las noticias con lo de Valencia»

  • Cientos de voluntarios, organizados a través de grupos de WhatsApp, acuden a la zona del Valle del Guadalhorce en auxilio de aquellas familias que han sufrido los destrozos del temporal

Un doble peligro se cierne estos días sobre los habitantes del Valle del Guadalhorce. A los múltiples destrozos causados por el temporal se suma la amenaza del apagón informativo, ya que el foco está puesto mayormente sobre Valencia.

Por esto mismo, cuando muchos de los malagueños dejaron de tener noticias de la suerte que habían corrido sus vecinos, se movilizaron para acudir en auxilio de aquellas familias que han sufrido daños en sus casas y posesiones materiales, pero que no abren informativos, ya que la noticia parece no estar ahora en esta zona.

Una de las organizadoras de ese grupo de la esperanza desde el que partió todo lo demás es Ángela Rodríguez Mora, de 22 años, profesora y estudiante de máster.

Un matrimonio del barrio de la Estación de Cártama (Málaga), limpian su vivienda de barro por el desborde del río Guadalhorce este pasado martes 29 de octubre.EFE/Jorge Zapata.

Un matrimonio del barrio de la Estación de Cártama (Málaga), limpian su vivienda de barro por el desborde del río Guadalhorce este pasado martes 29 de octubre. EFE/Jorge Zapata.EFE

«La idea surgió entre otra chica, Soledad, y yo, cuando coincidimos en que había que colaborar de alguna forma», declara Ángela a El Debate, donde cuenta además que las previsiones pronto se desbordaron.

«Hicimos una comunidad en WhatsApp con diferentes grupos para distribuir tareas y zonas. Al principio, pensábamos que nos íbamos a juntar unas 50 personas y ya hemos pasado de los mil, y ahora hay una lista de espera».

Mirar hacia los que están cerca

Un trabajo que, en aquellos momentos, resultó vital para que todo aquel que quisiera ir a esa zona golpeada por la DANA, pero no supiera cómo hacerlo, pudiera tener una referencia de por dónde empezar. «En municipios como Cártama, la concejala nos ha derivado a Protección Civil, que son los que conocen la situación, y ellos nos dicen en qué sitios hacemos falta», resume.

Pensábamos que nos íbamos a juntar unas 50 personas y rápido pasamos a ser un grupo de milÁngela RodríguezCoordinadora grupo Voluntarios Málaga

Esta joven es otra de las que opina que la magnitud de la tragedia en Valencia ha opacado de alguna manera lo que sucedía en los pueblos del Guadalhorce, a pocos kilómetros de donde se encuentran. «Claro que Valencia está mucho peor, pero es verdad que esto lo teníamos aquí cerca y no todos eran conscientes de lo mucho que queda por hacer. Compañeros míos de la Universidad de Málaga ni tan siquiera eran conscientes», avisa, al tiempo que reivindica la fuerza de la juventud que hace que ella y otros voluntarios hayan dado un paso adelante por su provincia. «Los organizadores del grupo somos todos gente joven que nos estamos quitando tiempo y dinero para poder ayudar a quien lo necesita».

No olvidarse de Málaga

Una de esas voluntarias que primero entraron en el grupo creado por Ángela para acabar con las botas manchadas de barro fue Rocío Ruiz, de 49 años, que considera vital que se siga contando cómo es la situación en esta zona de la provincia.

Aspecto del interior de una vivienda del barrio de Cártama (Málaga), tras el desborde del río Guadalhorce este pasado martes 29 de octubre.EFE/Jorge Zapata.

Aspecto del interior de una vivienda del barrio de Cártama (Málaga), tras el desborde del río Guadalhorce este pasado martes 29 de octubre. EFE/Jorge Zapata.EFE

«Según pasaban los días, dejábamos de aparecer en las noticias debido, en parte, a la magnitud de lo de Valencia. Era tal la falta de información que a mí me costó dar con este grupo de voluntarios», cuenta a este medio, para que el que comparte su experiencia colaborando en Cártama (27.000 habitantes).

«He ido dos veces a la misma casa, y fue impactante. Allí había un matrimonio de 70 y tantos años, intentando limpiar todo con cubos pequeños y escobas. Los medios del Ayuntamiento habían conseguido achicar agua con bombas, pero había que rematar el trabajo».

Para entender la magnitud de los destrozos, hay que reseñar que estamos hablando de una situación en la que hasta el hecho de llegar al lugar de trabajo era complicado. «Protección Civil nos llevó en un 4x4 porque con el estado de los caminos es imposible acceder con turismos. Una vez dentro, hemos sacado todo el barro y se ha quedado el suelo bien. La familia, que no se esperaba esta ayuda, está muy agradecida», cuenta mientras se le entrecorta la voz.

Sin embargo, queda mucho por hacer. «Hay mucha gente que está igual, nosotros pudimos llegar allí, pero hay otras zonas a las que no se ha podido acceder, así que toda la voz que se le dé es importante, sigue habiendo personas necesitadas».

De la misma opinión es otro de los voluntarios. Se llama Iñaki Gijón, tiene 26 años y es videógrafo y fotógrafo. Aparte de su trabajo sobre el terreno, este joven explica a El Debate que se está encargando de documentar con su cámara los trabajos que su grupo realiza para que, gracias al poder de las plataformas sociales, mucha gente tenga conocimiento de la situación en este lugar.

Familias incomunicadas y sin agua

Varias familias de la comarca del Valle del Guadalhorce permanecen incomunicadas una semana después de las inundaciones ocasionadas por la DANA, mientras que 1.400 personas tienen dificultades con el suministro de agua potable y 42 municipios de la provincia siguen afectados por el temporal.

​Los daños afectan a caminos públicos, instalaciones municipales y viviendas particulares, además de cultivos de cítricos en Álora y Cártama.

Las familias que permanecen incomunicadas en la provincia lo están a causa de la existencia de caminos destrozados, aunque desde la delegación del Gobierno se ha asegurado que tienen cubiertas las necesidades básicas. En Álora, por su parte, son un millar las personas con dificultades en el suministro de agua.
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