Carles Puigdemont y Vladimir Putin

Carles Puigdemont y Vladimir Putin

La red de conexiones de Puigdemont con los hackers rusos para desestabilizar España

Rusia prestó apoyo encubierto a las intenciones independentistas de Cataluña con el fin de alterar a España y a la Unión Europea

El independentismo ha invertido millones de dinero público, muchos de ellos procedentes de todos los españoles, dado que la Generalitat se financia mediante el Fondo de Liquidez Autonómica, en buscar apoyo internacional y reconocimiento diplomático. El 27 de octubre de 2017, cuando Puigdemont declaró la independencia unilateral ningún país del mundo reconoció a Cataluña y todos, sin excepción, uno tras otro, emitieron comunicados de apoyo a la unidad de España. El sueño de que China, Rusia o Israel reconocieran a la nueva república se desvaneció, ni tan siquiera Andorra se alineó con su vecina. Pero eso no desalentó a los líderes independentistas que han seguido buscado, sin éxito, apoyo internacional.

Apoyo encubierto

En su afán de reconocimiento no han tenido escrúpulos en buscar el apoyo de naciones no democráticas y no le han hecho ascos al posible apoyo de dictaduras o países con falsa apariencia democrática como Venezuela o Rusia. Si bien ningún gobierno del mundo brindó apoyo a Puigdemont, Junqueras y los Jordis, cabe señalar que ciertos países prestaron apoyo encubierto con el fin de desestabilizar a España, a la Unión Europea o a ambas a la vez.

Dos informes del Real Instituto Elcano señalaron que en septiembre de 2017, durante el momento álgido del Procés la actividad cibernética de Rusia hacia Cataluña se había incrementado un 2.000 %. Detrás de este súbito incremento de actividad estaba un viejo conocido de los servicios de seguridad europeos, Pawn Storm, una organización que ya había intento incidir en procesos políticos o electorales de forma previa en otros lugares de Europa como las elecciones presidenciales francesas buscando favorecer a Marine Le Pen frente a Macron.

La relación entre los hackers rusos y Cataluña no es un acto voluntario de los rusos hacia los independentistas catalanes sino que los contactos han sido constantes a lo largo del tiempo. Sin ir más lejos cuando la Guardia Civil clausuró, por orden judicial, la web oficial creada por la Generalitat de Cataluña para la consulta del censo del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 fueron los ciberactivistas rusos los que crearon links para mantener vivo el acceso a la web donde consultar los puntos de votación. Las replicas de la web clausurada tenían dominios registrados en Rusia y direcciones de búsqueda como referendum.love o referendum.ninja. Cada vez que los hackers rusos creaban una replica de la web, Puigdemont la difundía mediante su cuenta de Twitter.

La relación entre los hackers rusos y Cataluña no es un acto voluntario de los rusos hacia los independentistas catalanes sino que los contactos han sido constantes

Pero la relación entre el independentismo catalán y Rusia no es solo cibernética sino que Rusia actuó sobre el terreno en los momentos más calientes de verano y otoño de 2017. En agosto de 2017 fue detenido en Barcelona y posteriormente extraditado a EE.UU., donde se le reclamaba por ataques informáticos al Partido Demócrata, Alexandre Ionov, líder de un movimiento antiglobalización que en 2015 y 2016 organizo sendos congresos en Moscú que reunieron a partidos independentistas de todos los lugares del mundo. A dichos congresos se invitó a la CUP y asistió una representación de Solidaritat Catalana, el partido que lideró el actual presidente del FC Barcelona Joan Laporta y por el que fue diputado autonómico. Laporta tras su paso por el Parlamento fue concejal del ayuntamiento de Barcelona por ERC.

Víctor Tarradellas, responsable de relaciones exteriores de CDC nombrado por Artur Mas y presidente de la Fundación CatMon salto a la fama por presionar a Carles Puigdemont para que en los días previos a la declaración de la independencia del 27 de octubre de 2017 no convocara elecciones autonómicas argumentando que le podía garantizar que el Ejército ruso apoyaría la declaración unilateral de secesión, desembarcando a 10.000 soldados del antiguo Ejército rojo en las playas de Barcelona.

Tarradellas mantuvo contactos con Serguei Markov, diputado de Rusia Unida, el partido de Vladimir Putin con el que estuvo negociando que Rusia reconociera la independencia de Cataluña a cambio de que la República catalana independizada hiciera la propio con la anexión de Crimea por parte de Rusia que se había producido en marzo de 2014. Markov reconoció los contactos de los servicios secretos rusos con el independentismo en una entrevista publicada en noviembre de 2019 en El Periódico de Cataluña.

Contactos con Moscú

Por su parte La Vanguardia publicó los audios de las conversaciones de Tarradellas con David Madi y Xavier Vendrell, cerebros en la oscuridad de Tsunami Democràtic y los disturbios callejeros que daban alas al Procès. En esas grabaciones realizadas por el propio Tarradellas este les ponía al tanto de sus contactos con Moscú y explicaba una operación para financiar al nuevo Estado catalán mediante criptomonedas con el apoyo ruso.

El 3 de septiembre de 2021 el periódico New York Times publico un reportaje en portada que desvelaba las relaciones de Josep Lluis Alay, jefe de la oficina de Puigdemont en Bélgica con Aleksander Dmitrenko, empresario que desde el NYT se señalaba como espía, cosa que el propio Dmitrenko desmintió en una entrevista en prime time en TV3. La TV autonómica abrió las puertas al empresario-espía ruso con el fin de desacreditar la información del rotativo norteamericano y proteger a Puigdemont. El supuesto empresario ruso solicitó en su momento la nacionalidad española pero la misma le fue denegada.

La relación entre el independentismo catalán y Rusia no es solo cibernética, Rusia actuó sobre el terreno en los momentos más calientes de 2017

Hasta hace poco las relaciones entre Rusia y el entorno de Puigdemont, eurodiputado no adscrito, están siendo objeto de investigación oficial por parte del Parlamento Europeo. En unas circunstancias como las actuales, de conflicto entre Rusia y la UE por la amenaza rusa a Ucrania el Parlamento Europeo podría llegar a determinar que las actividades rusas de Puigdemont y su entorno son una amenaza para la seguridad europea.

El independentismo soñó con la independencia y no tuvo reparo alguno en que el precio de dicha independencia fuera la conversión de Cataluña en un estado títere al estilo de lo que hoy es Bielorrusia de la Rusia de Putin.

comentarios
tracking