El consejero de Educación de Cataluña, Josep González-Cambray, en el pleno del ParlamentDavid Zorrakino / Europa Press

Cataluña

El nuevo objetivo de la Generalitat en las escuelas: «Vivir en catalán, querer en catalán y relacionarse en catalán»

La Generalitat insiste en potenciar el uso del catalán en los colegios a pesar de la sentencia del 25 % de español

La Generalitat sigue haciendo caso omiso de la sentencia sobre el 25 % de castellano. Es más, presenta medidas para ver cómo potenciar aún más el uso del catalán, y no solo dentro del ámbito escolar propiamente, en las aulas, sino también en los ratos de ocio de los alumnos, a la hora del patio, o en el comedor, por ejemplo. De hecho, según el consejero de educación de la Generalitat se trata de «vivir en catalán, querer en catalán y relacionarse en catalán, y eso no va de porcentajes», insistía Josep González-Cambray. Y para ayudar a revertir esta situación, el Consell Lingüístic Assessor del Govern (Consejo Lingüístico Asesor) ha elaborado un informe que pone encima de la mesa hasta 50 propuestas, de las que vamos a destacar algunas:

Para el profesorado

De entrada, se deja claro a los docentes que «la lengua utilizada en los centros no puede responder a una elección personal» y tienen que usar el catalán como una «herramienta» para conseguir que los alumnos «tengan las mismas oportunidades». En este sentido, se revisará la formación inicial de los profesores «en relación con la competencia y el uso de la lengua catalana y la valoración de la diversidad lingüística de todo el personal que interviene en el proceso educativo formal y no formal». Es decir, no sólo propiamente de los docentes, sino de monitores y de otras figuras que formen parte de las actividades que haga la escuela.

De hecho, la consejería tiene intención de hacer una evaluación de competencia lingüística, oral y escrita, para los docentes en el procedimiento de incorporación al sistema educativo. También se pide a la consejería «que implemente planes para mejorar la competencia y la formación lingüística de los docentes» en un plazo de tres años. No hay tampoco que perder de vista que el objetivo del Govern es exigir a los profesores de secundaria un nivel C2 de catalán, o lo que es lo mismo, tener un nivel de filólogos, aunque impartan matemáticas, química o historia.

El proyecto lingüístico

Este es uno de los caballos de batalla de la Generalitat, que recordemos, aprobó un decreto en el que se establecía expresamente que los proyectos lingüísticos de los centros no deben contemplar porcentajes en el aprendizaje de las lenguas. Todo ello, para no aplicar la sentencia del 25 % de castellano.

Pues bien, sobre esta cuestión, el Consejo Lingüístico Asesor dice que será la Administración la que «orientará, asesorará y acompañará en el proceso de elaboración de los PLC a través de los asesores de lengua, interculturalidad y cohesión y de la Inspección de Educación». O lo que es lo mismo, será el propio departamento que controlará que se cumple a rajatabla con sus instrucciones. Y no sólo eso, también el PLC «determinará las actuaciones lingüísticas y se adecuará a las circunstancias y al alcance de los objetivos fijados por el Departamento y desplegados por el centro». Por este motivo, se prevé que haya revisiones y evaluaciones anuales. Y también en este aspecto, este consejo asesor avala las tesis del Govern: «la regulación de los usos lingüísticos se hará en función de las dinámicas, las metodologías y los procesos de aprendizaje lingüístico y no puede ceñirse a ningún porcentaje prefijado externo o discrecional sin ningún fundamento pedagógico».

Evaluaciones

En este aspecto, se analizará el resultado de las pruebas diagnósticas de cuarto de Primaria y de segundo de ESO, las pruebas de competencias básicas de sexto de Primaria y de cuarto de ESO y otros indicadores para «asegurar que los alumnos acaban las etapas de primaria y de secundaria con un pleno dominio oral y escrito de las lenguas catalana y castellano, y en su caso, del occitano». En función de estos resultados, se decidirá si hace falta cambiar los Proyectos lingüísticos de los centros, cambios metodológicos o pedagógicos y de formación también para los profesores.

Pero los alumnos, según el consejo, se deberían someter a final de la ESO a una prueba específica para conseguir un certificado oficial que acredite la competencia lingüística en catalán, que sería en este caso, el nivel C1. Hasta ahora, si los estudiantes superaban esta etapa, este nivel se conseguía automáticamente, pero ahora se pide ir más allá en la exigencia.

Entorno, redes sociales y plataformas

En este ámbito se incide en actividades que no son lectivas, propiamente. Actividades en las que, cómo no, se tendrá que promover el uso del catalán. Y aquí las redes sociales y otras plataformas de contenido audiovisual juegan un papel importante para el Consell Lingüístic, que pide que se difundan aquellas iniciativas en las redes sociales que «utilicen el catalán o el occitano». También se apuesta por concertar visitas a escuelas de influencers o youtubers que utilizan el catalán en sus redes sociales; se insta a incrementar la oferta de materiales audiovisuales en catalán que puedan ser «susceptibles de ser utilizados como apoyo en la docencia». Y también se busca la complicidad de los medios públicos de la Generalitat para «acercar los contenidos de la CCMA (Corporación Catalana de Medios Audiovisuales) a las aulas y promover el uso de la lengua catalana».

Acogida

Este es uno de los apartados específicos del informe del Consell dirigido a los estudiantes que se incorporan al sistema educativo catalán desde el resto de España o del mundo. En este sentido, se considera que los proyectos lingüísticos de cada centro deben «recoger y asegurar el aprendizaje y uso de la lengua catalana» para esos alumnos. Para ello se deberá utilizar «la transferencia plurilingüe para establecer puentes y relaciones entre las lenguas iniciales de los alumnos» y el uso del catalán. Y también en este ámbito se dará formación a los docentes sobre las características de las lenguas iniciales de los estudiantes y cómo estas lenguas pueden facilitar el aprendizaje del catalán.

Y atención también a este aspecto, porque se dice que «el reconocimiento y la visualización de las lenguas familiares no oficiales tienen que ser el punto de partida para el aprendizaje y el uso del catalán». Y entonces, ¿dónde quedaría el alumno que se acaba de incorporar y tiene como lengua materna al castellano?

En el caso de los centros que acogen alumnos con sorderas severas se deja claro que «una de las lenguas de aprendizaje para todo el alumnado deberá ser la lengua de signos catalana».