'Desembarco de Colón de Dióscoro Puebla'. Primer desembarco de Cristóbal Colón en América, óleo de 1862 de Dióscoro Teófilo Puebla (1831-1901)

Desembarco de Colón de Dióscoro Puebla. Primer desembarco de Cristóbal Colón en América, óleo de 1862 de Dióscoro Teófilo Puebla (1831-1901)

Cataluña  Guerra entre historiadores independentistas por los disparates para adoctrinar

Historiadores como Agustí Alcoberro o Angels Casals denuncian que los «investigadores» del INH no hacen historia. Desde el Institut defienden la catalanidad de Colón o dicen que El Quijote fue escrito en catalán

Miguel de Cervantes, Santa Teresa de Jesús, el Cid, Cristóbal Colón o incluso Shakespeare y Beethoven eran catalanes, o como mínimo tenían un origen catalán. Eso y otras cuestiones, como que Malta fue una colonia catalana durante 500 años, es lo que defienden los investigadores del llamado Institut Nova Història (INH), que se dedica a proclamar a los cuatro vientos que la historia ha sido convenientemente manipulada por Castilla, en un primer momento, y por España, posteriormente. Y Cataluña ha sido la gran damnificada por esta «historia usurpada».

Ante estas inverosímiles teorías, algunos historiadores, también independentistas, como Agustí Alcoberro, Angels Casals, Vicent Baydal y José Enrique Ruiz-Domènec escribieron un libro en 2020 titulado Pseudohistoria contra Cataluña. En él denunciaban las teorías y métodos de investigación de las tesis sobre la ocultación de «la auténtica historia de Cataluña» del INH.

Pues bien, como respuesta, desde este Instituto han iniciado una campaña de micromecenazgo para poder editar el libro de uno de los investigadores que forman parte del INH, Pep Mayolas, y que pretende responder al libro de los historiadores: Doctores contra el instituto Nova Història, se llama. Argumentan desde el INH que «esta obra razona, argumenta y contextualiza las circunstancias históricas que empujarían al caballero barcelonés Joan Colom i Bertran a cambiar su identidad y convertirse en el inmortal Cristóbal Colón, descubridor de América». Una campaña que va dirigida a aquellos que creen en «el proyecto comprometido de restaurar nuestro pasado secuestrado por la razón de Estado» y que quieren ser protagonistas «de este nuevo proyecto de restaurar nuestra historia usurpada y tergiversada por la censura del Estado». Hay dos opciones disponibles para ayudar: aportando 50 euros, 100 o más.

Y es que no sentó nada bien lo que decían de ellos los historiadores Agustí Alcoberro, Angels Casals, Vicent Baydal y José Enrique Ruiz-Domènec en su libro editado por Sapiens. Así por ejemplo, Casals decía que era el momento de «desenmascarar prácticas pseudohistóricas que no se alejan demasiado de las teorías d'Erich von Däniken sobre la intervención extraterrestre en la construcción de las pirámides egipcias, mayas y las líneas de Nazca».

Y Alcoberro, que incluso dirigió la ANC (Asamblea Nacional Catalana) considera que el «INH es como una religión», porque tiene «más seguidores» que lectores y llegó a decir que «es como una secta, por no decir como una droga, porque cada descubrimiento es como una gran subida de sustancia química en el cerebro y cada vez quieres más, pero al final el resultado es tóxico». De forma irónica, estos historiadores se 'sorprenden', ante las acusaciones de manipulación de la historia por parte del INH porque «desde Felipe II, que debió establecer las directrices, todos han seguido escrupulosamente el plan». En cualquier caso, consideran que los investigadores del Institut no han debido pisar un archivo, además de acusarles de desechar aquellos documentos que no se ajustan a sus tesis.

Pero lo cierto es que estas tesis del INH cuentan con ilustres seguidores. El expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, les llegó a escribir una carta en la que les animaba a seguir trabajando «en la misma línea». Todo ello a raíz de la publicación de un libro sobre el Descubrimiento y conquista catalana de América. Una historia reescrita por los castellanos. También el que fuera vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carlos Rovira, aseguró que «es muy bestia lo que se explica en el libro, porque se borra todo rastro, por minúsculo que sea, de la catalanidad del Descubrimiento». Más recientemente, el expresidente Quim Torra, el diputado de Junts per Catalunya, Joan Canadell, o el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, no han dudado en compartir públicamente y apoyar algunas de las tesis del INH.

¿Y qué defienden desde el Institut Nova Historia?

Por ejemplo, que Cristóbal Colón era catalán y el descubrimiento de América fue cosa, por lo tanto, de catalanes, aunque financiados por la corona «catalanoaragonesa». Para empezar, Colón no se llamaba así, sino Joan Colom i Bertran, que pertenecía a una familia destacada de Barcelona. Y en realidad, para su primer viaje, Colón no salió del puerto de Palos, en Huelva, sino del puerto de Pals (Gerona).

Miguel de Cervantes, el mismísimo autor de El Quijote, tampoco se llamaba así, sino Joan Miquel Servent, valenciano; concretamente, de Jijona. Desde el INH muestran como prueba que Cervantes se «autonombra el cisne de Turia». Y además, El Quijote, por supuesto, fue escrito originariamente en catalán. Se llamaba El Quixot, que según la teoría de Jordi Bilbeny, uno de los investigadores del Institut, es 'toxiq' (escrito al revés), la forma con la que Cervantes no sólo quería recordar su origen para la posteridad, sino destacar el papel corrosivo de un personaje incomprendido. El problema, según otros historiadores, es que la palabra 'tòxic' no entra en el catalán hasta el siglo XIX.

De hecho, desde el INH no sólo se dedicaron a hacer un listado de las 'catalanadas' que contenía El Quijote, sino también otras obras como La Celestina, el Lazarillo de Tormes (que se titularía La vida de Llàtzer de Tormos), que por supuesto, también fueron escritas en catalán, según el Institut.

Y por cierto, y hablando de Cervantes. Resulta que Miquel Sirvent y William Shakespeare eran en realidad la misma persona.

«Leonardo da Vinci era catalán»

Pero además, y según las investigaciones del Institut Nova Història, también Leonardo da Vinci era catalán. Es lo que se defendía en un documental que se llegó a emitir por TV3. Era descendiente de la «Casa Real catalana» y además, las montañas que aparecían en el fondo de sus cuadros hacían referencia a la montaña de Montserrat. Como catalana también era Santa Teresa de Jesús, que se llamaba en realidad Teresa de Cardona y fue la abadesa de Pedralbes entre 1521 y 1562.

Y uno de los últimos descubrimientos es que fue una catalana, Violant de Aragón, la que «fabricó» el mito de Juana de Arco. Violant nació en Barcelona, en 1384, y fue ella la que «con su enérgica y decidida intervención cambió la historia de Francia». Y es que, según la teoría del INH, Violant vio en Juana «aquella campesina adolescente y mística la oportunidad de restaurar y relanzar la decrépita moral de las tropas Valois. Fue Violant la que ordenó que la condujeran de la lejana Lorena a los dominios Anjou, a través de un mítico viaje por el territorio enemigo. Y fue Violant la que le presentó a Delfín, el futuro Carlos VII de Francia».

Estas son sólo algunas de las tesis que recoge el INH, aún quedan otras por repasar, como por ejemplo que El Cid no sería de Vivar, sino de la localidad valenciana de Biar; y otros ilustres catalanes serían Hernán Cortés, Bartolomé de las Casas, Lope de Vega o el Greco.

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